Las empresas que promueven el monocultivo de árboles en gran escala no buscan el sello del FSC solo para valorizar su producto final. Existen empresas que usan el FSC con un objetivo bien específico y bien diferente: obtener la certificación para vender créditos de carbono. Es el caso de la empresa Plantar S/A en el estado de Minas Gerais, Brasil.
Hace más de 10 años, la empresa Plantar presentó un proyecto de venta de créditos de carbono al Fondo Prototipo de Carbono (PFC- Prototype Carbon Fund) del Banco Mundial. Este Fondo pretendía reunir proyectos pilotos de comercio de carbono a través del MDL (Mecanismo de Desarrollo Limpio) en diversos sectores productivos, para que estos ‘buenos' ejemplos se pudieran multiplicar posteriormente.
En el proyecto original, Plantar argumentaba que necesitaba dinero de la venta de créditos de carbono para plantar 23.100 hectáreas de monocultivo de eucalipto para no verse 'obligada' a usar carbón mineral, otra fuente de energía que, según Plantar, era más barata para producir arrabio (materia prima para producir acero) en su central siderúrgica de la ciudad de Sete Lagoas. Plantar afirmaba que el uso del carbón mineral, un combustible fósil, emitiría más carbono que el uso de carbón vegetal. Este último, según la empresa, es un 'combustible renovable’, alegando que se produce a partir de eucaliptos, que serían replantados varias veces. Como el proyecto involucraba plantaciones de eucalipto y se trataba, para el Banco Mundial, de un proyecto de referencia, recibió el sello FSC, que garantizaba que se trataba de ‘buen proyecto’ que practicaría un ‘buen manejo forestal’ en esas 23.100 hectáreas.
Plantar comenzó a ser certificada por el FSC desde 1997. Cabe destacar que en ese momento se divulgó la noticia de que Plantar quería el certificado para producir carbón para ser usado para asar carnes. Sin embargo, este argumento era extraño ya que solo una pequeña parcela de toda la producción de las áreas certificadas sería destinada a este fin mientras que la mayor parte del carbón se destinaría a la central siderúrgica de Plantar en Sete Lagoas. Además, esta certificación, como muchas otras de monocultivos de árboles, fue muy criticada debido a sus impactos negativos sobre el medio ambiente y las comunidades locales (1). Cada vez se hizo más evidente el interés de Plantar por vender créditos de carbono y para ello necesitaba al FSC.
Llama la atención que el FSC, en su página web, afirma que “brinda un vínculo creíble entre la producción y el consumo responsable de productos forestales, haciendo posible que consumidores y empresas tomen decisiones de compra que benefician a la gente y al medio ambiente”. A pesar de esta afirmación, el FSC, hasta el momento, no adoptó ninguna posición clara en relación con empresas como Plantar, que usan al FSC desde hace años para garantizar la comercialización de sus créditos de carbono. Incluso porque no es posible que los créditos de carbono entren en la categoría de 'consumo responsable'. Los proyectos de comercio de carbono se ubican en una categoría bien diferente: la de las falsas soluciones para la crisis climática.
En un documento específico sobre el ‘carbono forestal’, el FSC declara en diciembre de 2010 que el "FSC no debería evitar que sus beneficiarios certificados tengan acceso a mercados de carbono, pero tiene que garantizar que eso no ponga en riesgo la reputación del FSC” (2’). Sin embargo, la venta de créditos de carbono por parte de Plantar de sus plantaciones certificadas por el FSC es otro factor que contribuye a erosionar la credibilidad del FSC.
En septiembre de 2010, decenas de organizaciones y movimientos sociales de Brasil y del mundo entregaron nuevamente una carta al Consejo Ejecutivo del MDL de la Conferencia Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), en protesta contra el registro oficial que dio la ONU al proyecto de carbono de Plantar como proyecto MDL. Las organizaciones señalaron los impactos negativos de las plantaciones de eucalipto y también afirmaron que los eucaliptos almacenan el carbono solo de forma temporal y que "es inaceptable que el carbono almacenado en los eucaliptos justifique la emisión de una cantidad equivalente de carbono provocada por la combustión de combustibles fósiles por parte de empresas contaminadoras de Europa". El resultado es un aumento neto de emisiones de carbono, o sea que se trata de una falsa solución para resolver el problema del cambio climático. A pesar de esta nueva carta, Plantar logró registrar en setiembre pasado el último y más polémico componente de su proyecto MDL ante este Consejo Ejecutivo del MDL: las plantaciones de eucalipto como sumideros de carbono.
Recientemente, el 14 de febrero de 2011, el Comité Ejecutivo del MDL respondió a la carta de las organizaciones y movimientos sociales sobre el proyecto Plantar. El Comité manifestó que la preocupación de nuestra carta se refería a que el proyecto Plantar no contribuye al desarrollo sustentable en Brasil. Añadió que esta evaluación es responsabilidad del gobierno brasileño. Es decir, el Comité Ejecutivo del MDL se esconde detrás de la política oficial perversa de Brasil de expandir las plantaciones de monocultivos de árboles a gran escala para satisfacer los intereses comerciales, causando numerosos conflictos e impactos negativos en el país. Además, no toma en consideración lo que se expresó y argumentnó en la carta de las organizaciones y movimientos sociales sobre el hecho de que el proyecto Plantar ¡no hace más que agravar la crisis climática! Por lo menos deberían responder a eso, ya que son los "expertos" en el asunto. Pero no hubo respuesta alguna. Es una desconsideración total para con la sociedad.
Seguramente Plantar y otras empresas del sector intentarán registrar más proyectos de carbono que puedan garantizar dinero y más ganancias para sus negocios. 'Lorentzen Empreendimentos', dirigido por Haakkon Lorentzen, hijo del fundador de Aracruz Celulose S/A - la actual Fibria- se asoció con Plantar en una nueva empresa llamada Aflopar. Esta empresa ya adquirió en los últimos años por lo menos 60 mil hectáreas de tierras en el estado de Minas Gerais (3).
El objetivo de Aflopar, según Lorentzen, es producir carbón, pero el grupo también planea realizar actividades en el rubro de los créditos de carbono, o sea, vender estos créditos a empresas contaminadoras interesadas en la compra. En otro artículo, el propietario de Plantar, Geraldo Moura, afirmó lo siguiente, luego de destacar la diferencia de costos entre usar carbón vegetal y mineral: “Cuando las siderúrgicas movidas a carbón vegetal comiencen a compensar esa diferencia vendiendo créditos de carbono se van a dar cuenta que la sustitución es un buen negocio” (4)
Hace largo tiempo que denunciamos la falta de credibilidad del FSC en cuanto, en definitiva, avala los monocultivos forestales y contribuye a debilitar las luchas de resistencia de las comunidades afectadas. Si ahora certifica, además, las plantaciones que quieren lucrar doblemente con créditos de carbono, no hará más que confirmar que lo que hace su sello “verde” es contribuir a aumentar los lucros empresariales y agravar aún más la crisis climática.
(1) www.wrm.org.uy/actores/FSC/certificaport.html
(2) (http://www.fsc.org/fileadmin/web-data/public/document_center/
News/Climate_change_news/FSC_FCWG_Issue_Paper_Carbon_FINAL.pdf).
(3) Ferreira, Rodrigo, “Bioenergia e o mercado de carbono: oportunidades para a cadeia produtiva da siderurgia”, presentación powerpoint durante el “Seminário Bases Bioenergéticas para uma Industria Verde”, 6 de abril de 2010
(4) Herzog, Ana Luísa, “Agronegócio, eles querem florestas...”,http://planetasustentavel.abril.com
.br/noticia/desenvolvimento/conteudo_270602.shtml?func=1&pag=0&fnt=9pt, Revista Exame, 02/2008