Australia: plantaciones de árboles sustituyen a bosques florecientes

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Hoy fui a caminar por el Tarkine. Al sentarme tuve la suerte de poder observar un águila (Aquila audax) que volaba en círculos sobre mí. Su nido debe haber estado en los alrededores porque demoró en irse, muy curiosa por mi intrusión. Mientras caminaba hacia ese punto, tan similar a muchos otros lugares del noroeste de Tasmania, tuve el placer de ver a una pareja de "wallabis" (canguros pequeños) y algunos árboles bastante raros, entre los cuales había un magnífico espécimen de olivo nativo.

Esto resultaba aún más extraordinario porque me encontraba en el borde de la zona de plantaciones. Esta área está siendo transformada de bosque nativo en plantaciones de Eucalyptus nitens a una velocidad tal que hace apenas seis semanas, gran parte de las pilas de restos vegetales provenientes de la tala que me rodeaban eran antes un magnífico bosque lleno de árboles, musgos, helechos y rebosante de vida. Una zona a la que entré ni siquiera había sido talada para obtener astillas o troncos para aserrado, sino que se trató simplemente de una operación de apropiación de tierras, donde sólo se recuperaron algunos árboles de madera de alta calidad, pero la mayor parte del bosque fue quemado. Un completo e inmoral desperdicio.

Hacia fines del año 2020, la cantidad de plantaciones en Tasmania se duplicará si no hacemos algo ahora. El bosque primario, que nos quieren hacer creer que está protegido, es talado, quemado y reducido a astillas. Estos bosques tan diversos, que contienen tantas variedades de hongos que sería imposible contarlas, están siendo destruidos, sus restos apilados y luego quemados. A partir de la firma del Acuerdo Regional sobre Bosques, se eliminaron además cientos de puestos de trabajo.

Forestry Tasmania nos dice que su madereo se ajusta a las mejores prácticas mundiales, pero todos los días se produce la tala a matarasa y el madereo en las franjas boscosas que bordean los cursos de agua. Las comunidades desaparecen, las pequeñas ciudades son borradas de los mapas a medida que se aplanan y se entierran bajo las plantaciones las casas de familia y los establecimientos rurales. Se aplica 1080 (un veneno usado por agricultores y expertos forestales para matar animales que pueden afectar las plantaciones), y así también desaparecen los animales nativos. Pocos o ninguno sobreviven.

Es posible detener esta locura tan destructiva. Estos bosques son de ustedes, ¡están en tierras públicas! Cuéntenle esto a todos sus conocidos, presionen a los políticos, reenvíen este mensaje electrónico. Ayúdenos a cambiar la situación.

Por: Matthew Campbell-Ellis, correo electrónico: makojazz@bigpond.com , enviado por Anthony Amis, FoE Australia, correo electrónico: aamis@wild.net.au