Celulosa y papel

Los monocultivos de árboles a gran escala para la producción de celulosa y papel, junto con la infraestructura y las fábricas de celulosa que conllevan, se han expandido sobre las tierras fértiles de las comunidades. Han destruido bosques y praderas, especialmente en América Latina, Asia y el sur de África. Las especies utilizadas no son nativas de estos países y son de rápido crecimiento, lo que implica un manejo intensivo con un consumo muy grande de agua y agrotóxicos. Incluyen variedades de eucalipto, acacia y pino.