Madera
Los monocultivos de árboles de manejo intesivo, edad uniforme y a gran escala para la producción de madera se han expandido sobre las tierras fértiles de las comunidades. Han destruido bosques y praderas, especialmente en América Latina, Asia, África oriental y meridional. Las especies utilizadas son exóticas y de rápido crecimiento. Incluyen variedades de eucalipto, pino y teca.
En 1989 hubo una guerra en el valle del Lila, Portugal. Centenas de personas se juntaron para destruir 200 hectáreas de eucaliptos, con miedo de que los árboles les robasen el agua y trajesen el fuego.
En 2017, la empresa finlandesa UPM firmó un contrato con el gobierno uruguayo para instalar una tercera mega-fábrica dedicada a la producción de celulosa. El proyecto está sujeto a exorbitantes condiciones impuestas por la multinacional.
Sobre como las empresas de celulosa y papel avanzan en estos territorios neutralizando la resistencia de las comunidades, en un proceso que lleva a la población a depender de las empresas económica y simbólicamente.
Green Resources S.A., una empresa de capitales mayormente noruegos, es considerada la mayor empresa de monocultivos de árboles en África. Existen serios conflictos de tierra entre la empresa y las comunidades, tanto en Mozambique como en Uganda y Tanzania. Este artículo refleja la situación en Mozambique.
Los proyectos de monocultivos industriales de árboles en Mozambique están ganando cada vez más espacio en el proceso de adquisición y disputa de tierras. La empresa portuguesa Portucel tiene un plan de "reforestación" hasta 2026 que pretende cubrir 356 mil hectáreas.
Este artículo brinda un panorama general de la amenaza que plantea la expansión de las plantaciones industriales de árboles en los países del este y sur de África, sus causas externas así como los problemas que provoca esta expansión a las comunidades locales afectadas que luchan por defender sus tierras y formas de vida y sustento.
Las plantaciones de teca en Ecuador no son destinadas al consumo interno de esta madera. Toda la teca se exporta. Los beneficios económicos para los lugares donde se produce esta madera son muy pocos debido a la poca mano de obra que genera este cultivo, la nula inversión social de los productores, la pérdida de soberanía alimentaria y la escases de agua que acarrea.