Fondo Monetario Internacional: financiando la deforestación

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A diferencia de lo ocurrido con el Banco Mundial, las denuncias sobre los impactos del FMI sobre los bosques han recibido una atención relativamente baja. Sin embargo, los préstamos y políticas del Fondo Monetario Internacional (FMI) han provocado amplios procesos de deforestación en países de África, América Latina y Asia.

A través de la imposición de sus "programas de ajuste estructural", el FMI influye en las políticas y prácticas económicas de los países, al condicionar los préstamos a la aceptación de una serie de medidas de liberalización del comercio y de la inversión. Junto con sus socios, principalmente el Banco Mundial y la Organización Mundial del Comercio, el FMI ha contribuido a promover un modelo de privatización, desregulación, inversión extranjera y crecimiento orientado a la exportación. A través de estas políticas, el FMI impone una receta única para todos, supuestamente con el objetivo de lograr un crecimiento económico que permitiría a los países del Sur obtener ingresos en divisas fuertes. Sin embargo, en la mayor parte de los países clientes del FMI no sólo no se alcanzaron los objetivos de desarrollo, sino que el resultado general de esas políticas sobre los bosques ha sido devastador.

Aunque los artífices de la globalización corporativa sostienen que la liberalización del comercio y la inversión constituyen la mejor estrategia para obtener avances en la protección del medio ambiente, los datos demuestran que los fondos para los programas ambientales han sido trabados por los significativos recortes presupuestales impuestos a los países por el FMI. Los gastos del estado en importantes programas ambientales se han reducido sustancialmente en Brasil, Nicaragua, Guyana, Papua Nueva Guinea, Indonesia, Tanzania, y Camerún. Los recortes presupuestales inducidos por el FMI han impedido el desarrollo de las siguientes actividades:

- Promoción del uso responsable del bosque y el desarrollo sustentable
- Aplicación de medidas de protección de los bosques y la fauna
- Prevención de desastres mineros
- Demarcación de tierras indígenas

Además, la financiación insuficiente que reciben los organismos reguladores ha creado condiciones propicias para:

- Madereo ilegal generalizado, incluyendo los parques nacionales y las reservas protegidas
- Corrupción en los sistemas de control
- Incapacidad de responder rápidamente ante los desastres naturales
- Expansión de la caza furtiva de especies en peligro

La prosperidad económica a largo plazo se debe basar en modelos de desarrollo sustentable. En su lugar el FMI prioriza medidas de liberalización económica en vez de objetivos clave a nivel social y ambiental. Los mecanismos principales de liberalización económica del FMI incluyen: reducción de impuestos a la exportación; flexibilización de leyes y reglamentaciones sobre minería y bosques, eliminación de barreras a la exportación de troncos sin procesar; oferta de exenciones impositivas a empresas extranjeras; levantamiento de prohibiciones a la inversión extranjera incluyendo la propiedad de la tierra; y cualquier otra forma de eliminación de barreras al comercio. La implementación de tales mecanismos de liberalización --claramente orientados a beneficiar a las corporaciones transnacionales-- ha tenido un profundo impacto en los bosques del mundo y sobre los medios de vida de los pueblos que en ellos habitan. Sin ninguna mejora real en las salvaguardas ambientales, la fórmula del FMI ha sido una receta para la deforestación acelerada en ya demasiados países.

Además, las políticas del FMI han tenido indirectamente impactos sobre los bosques y la fauna a través del agravamiento de las condiciones de pobreza en muchos países tropicales. El desplazamiento de comunidades, la devaluación de la moneda nacional, la eliminación de los servicios sociales y otras medidas promovidas por el FMI que apuntan a rebajar el nivel de vida de los pobladores locales, determina que la población rural de muchos países se haya visto forzada a explotar los recursos de los bosques para intentar satisfacer sus necesidades básicas.

A lo largo y ancho del mundo existen pruebas más que suficientes que demuestran que las actividades del FMI son destructivas y constituyen una real amenaza para los bosques y para quienes en ellos habitan o dependen de los mismos. La reiteración de procesos de degradación de bosques en los países en los que el FMI ha tenido un rol importante pone en cuestión la credibilidad del FMI cuando reivindica que sus políticas no dañan el medio ambiente o que la preocupación por la temática ambiental está fuera de su mandato: la preocupación está ciertamente ausente en sus políticas pero los impactos están claramente siempre presentes. La evidencia disponible muestra claramente que la proteccion de los bosques a escala mundial no será posible sin un cambio total en el enfoque actual del FMI o sin la eliminación de la capacidad de la que actualmente dispone para promover e imponer políticas que dañan a los bosques.

Artículo extraído del informe: "The IMF: Funding Deforestation" de Jason Tockman, American Lands Alliance. El informe completo puede ser leído (en inglés) en: http://www.wrm.org.uy/actores/FMI/Jason.doc