Ghana: ¿Qué se oculta detrás del proyecto de la Represa de Bui?

Imagen
WRM default image

Las represas son una de las principales causas directas e indirectas de la destrucción de la naturaleza y el trastorno de la vida de las poblaciones locales en todo el mundo. Si bien la preocupación internacional por este tema está aumentando, los gobiernos nacionales, junto con las firmas consultoras y constructoras transnacionales siguen adelante con ese tipo de megaproyectos, con la ayuda de instituciones financieras internacionales. Generalmente están rodeados de corrupción y casi siempre traen como consecuencia la violación generalizada de los derechos humanos de las comunidades locales.

El continente africano no es una excepción a la regla. Al igual que en Kenia, Namibia y Uganda (ver Boletín N° 42 del WRM), los megaproyectos de represas en Ghana han causado y están por provocar graves impactos sobre los pueblos y el medio ambiente. En 1965, 80.000 campesinos del valle del río Volta fueron obligados a abandonar sus tierras debido a la construcción de la represa hidroeléctrica de Akosombo, que inundó más tierras que ninguna otra represa en el mundo: 8.500 km2, casi 4% de la superficie total del país. La represa también desencadenó la difusión de enfermedades transmitidas por el agua, especialmente la bilarciasis y la malaria. Más tarde, entre 1978 y 1981, la represa de Kpong en Ghana significó el desplazamiento de 6.000 personas, y a pesar de las promesas de no repetir los errores de Akosombo, los problemas que originó el programa de reasentamiento en realidad fueron aún más graves que los de Akosombo.

Sin embargo, el gobierno de Ghana pretende ignorar la realidad. Al presentar el presupuesto anual del país al Parlamento el 9 de marzo de 2001, el Ministro de Finanzas, Yaw Safo-Marfo, reiteró el compromiso del gobierno de construir una nueva represa en el río Volta Negro, donde se encuentra actualmente el Parque Nacional de Bui, “para seguir aumentando la capacidad de generación de energía del país, de acuerdo con el espíritu de cambio positivo de la agenda gubernamental”. Está previsto que el proyecto hidroeléctrico de 400Mw de la Represa de Bui comience a producir energía hidroeléctrica en el año 2006. La construcción de la represa, a cargo de un consorcio dirigido por Brown and Root del Reino Unido, supuestamente comenzará en 2002 y tendrá un costo de US$ 900 millones. El reservorio de 660 km2 inundaría todos los bosques ribereños del Parque Nacional de Bui, considerado la última zona silvestre primitiva en todo el sistema del Volta. En el Parque viven también los dos grupos más grandes de hipopótamos que quedan en Ghana, y una variedad de primates, leopardos, ungulados, lagartos, mariposas, pájaros, peces, murciélagos, roedores, libélulas y otras variedades de fauna.

Una decisión reciente de las autoridades del país sobre este polémico tema ha dado lugar a duras críticas: se ha prohibido el ingreso al Parque del zoólogo británico Daniel Bennett, quien ha estado realizando investigaciones biológicas allí desde 1996. Nick Ankudey, director del Departamento de Fauna de la Comisión de Bosques de Ghana, afirmó que actualmente esa zona es un lugar políticamente sensible, y que los estudios del zoólogo ya no son de interés nacional. Su decisión fue respaldada por el Ministerio de Tierras, Bosques y Minería. El argumento para esa decisión tan arbitraria es que las autoridades del país consideraron “inaceptables” las conclusiones que el Dr. Bennett publicara en su sitio web (ver http://hippo.50megs.com/). El zoólogo británico afirmó que la construcción de la represa implicará la desaparición de la rica flora y fauna del parque y de la base de alimentación de los hipopótamos, obligando de esa manera a los hipopótamos hambrientos a movilizarse hacia el norte del parque a zonas pobladas. Ante tal situación, dijo que “no habría otra opción que destruir la mayor parte de los hipopótamos para asegurar la seguridad de las personas”.

“Al parecer la intención es que nada ponga en tela de juicio los resultados de la evaluación de impacto ambiental del Proyecto de la Represa de Bui recientemente encomendada a la compañía canadiense ACRES por las Autoridades del Río Volta. Una evaluación pagada por la organización que va a construir la represa no constituye un nivel aceptable de investigación si se va a destruir el área”, afirmó Bennett.

Integrantes de la comunidad ambientalista nacional e internacional calificaron la decisión del Departamento de Fauna como “arbitraria, caprichosa, excesiva e innecesaria”. Para ellos, “la decisión es totalmente ilógica, y constituye un insulto a la democracia y la justicia”. En la misma línea, el Sr. Joshua Awuku Apau de la Green Earth Organisation de Ghana afirmó que la decisión podría perjudicar la imagen del país.

Aún quedan muchas preguntas por contestar. ¿Por qué se prohiben actividades científicas independientes relativas a la conservación de una zona silvestre que será afectada por un megaproyecto de represa? ¿Por qué se toma esa decisión justamente antes de que ACRES, una empresa contratada por los promotores de la represa, presente una evaluación de impacto ambiental del proyecto? ¿No se contradice eso con la intención declarada por el Gobierno de Ghana de combinar el desarrollo con la protección del medio ambiente? ¿Qué se oculta realmente detrás del proyecto de la Represa de Bui?

Artículo basado en información obtenida de: Mike Anane, 3/5/2001,