India: bienvenidos a la tierra de Mowgli

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Al ingresar a la Reserva de tigres de Pench que se extiende sobre territorio de los estados de Maharashtra y Madhya Pradesh, se pueden ver carteles con la leyenda “bienvenidos a la tierra de Mowgli”. Mowgli, el protagonista de “El libro de la selva”, un libro para niños escrito por Rudyard Kipling en el siglo XIX, es un joven que crece hablando con los demás habitantes de la selva incluso una pantera y un elefante. No quedan dudas de que Mowgli y su gente vivían simbióticamente con los animales en medio de la densidad del bosque. Y sin embargo hoy, la tierra de Mowgli es vaciada para transformarla en Parque nacional y Santuario de la vida silvestre, y una de dos: o se ha pedido a los habitantes humanos que dejen el bosque voluntariamente o se los ha desalojado por la fuerza.

En 1995, el Banco Mundial inició el proyecto de ecodesarrollo (EDC) con el gobierno indio. La Reserva de tigres de Pench en Madhya Pradesh fue finalmente elegida como una de las receptoras del préstamo. Ubicada en un Área del Quinto Programa (disposición constitucional referida a la protección de ciertas zonas y de los derechos tribales), un sector reservado a poblaciones tribales como los Gonds, la Reserva de tigres de Pench abarca los estados de Madhya Pradesh y Maharashtra. Los objetivos generales del proyecto son proteger la biodiversidad y los ecosistemas de India, fomentando que los pobladores de las áreas de amortiguación que rodean los parques nacionales reduzcan su dependencia de los bosques para su supervivencia.

No obstante, en el “Documento de proyecto” de 1996 del Banco Mundial se establece claramente que “los recursos biológicos de India son económicamente importantes tanto a nivel mundial como nacional”. Y estos recursos biológicos y naturales serán explotados “para el desarrollo industrial y municipal”. Por lo tanto, no se protegerá la vida silvestre del desarrollo industrial nacional y mundial, sino que se la “protegerá” de las poblaciones tribales que viven en los parques y sus alrededores. Por otra parte, si bien el Banco Mundial reconoce que las “plantas medicinales y otros productos no madereros del bosque son particularmente importantes como fuente de ingresos y subsistencia para las poblaciones tribales”, ha diseñado un programa que claramente niega el acceso de las poblaciones tribales de las periferias de estos parques nacionales a los recursos biológicos que considera “económicamente importantes” para otras poblaciones industrializadas. Incluso las plantas medicinales tradicionales se citan como “productos comerciales” importantes a ser explotados por las compañías farmacéuticas en el futuro.

Salae, una de las poblaciones “beneficiarias” del EDC, ubicada a aproximadamente un kilómetro del santuario, cuenta con una población de unos 500 Gonds. Los pobladores dependen de los productos del bosque como las hojas de tendu (utilizadas para fabricar “bidees”, los cigarrillos de la India) y las semillas de mahua (del árbol de mahua, utilizado para fabricar un excelente licor nacional) para su supervivencia e ingresan al bosque a recoger leña. Estos pobladores tienen un bhumka, o “sanador tradicional” que se encarga de las ceremonias religiosas y recoge diferentes hierbas, ramas, nueces y frutos del bosque con fines medicinales. Su hijo también estudia para llegar a ser bhumka. Cuando se les pregunta qué es lo que les identifica como Gonds, los pobladores contestan que se diferencian de los pueblos no tribales porque tiene un bhumka y no un pandit (sacerdote hindú).

Si bien el proyecto de ecodesarrollo se inició en 1997, los pobladores explicaron claramente que no tienen ni idea sobre de qué se trata el proyecto; los funcionarios forestales no realizaron una sola reunión en el poblado. El departamento forestal instaló nueve plantas de biogas (que generan gas a partir del estiércol de vaca) en el poblado, pero ninguna funciona. Al preguntarles porqué no funcionan las plantas, nos respondieron que para hacerlas funcionar se necesita agua y agregaron que “en el poblado no hay agua para beber, ¿cómo podríamos tener agua para usarla en estas plantas de biogás?”. Aunque el departamento de irrigación y una ONG local han abierto un pozo a medio kilómetro del poblado, éste sólo cubre las necesidades diarias de la población.

Existe un conflicto permanente entre los pobladores y el departamento forestal con respecto a la compensación por la pérdida de ganado y cultivos a manos de los animales silvestres (tigres, jabalíes, ciervos, etc.). A pesar de que hay una disposición a esos efectos, los pobladores no reciben ninguna compensación. El departamento forestal hace los trámites burocráticos pero no da ninguna compensación a los pobladores, cuya supervivencia depende de esas dos fuentes de ingreso. Como si esto fuera poco, se multa a los pobladores si sus animales ingresan al parque y a menudo se los arresta y detiene en prisión. Cuando se les preguntó si el proyecto había cambiado o afectado sus vidas de alguna manera, dijeron que nada había cambiado: “antes éramos hostigados, y ahora seguimos siendo hostigados”.

El poblado de Durgapur, a dos kilómetros del santuario, ha integrado a quince familias Gond desalojadas del poblado de Alikatta, ubicado dentro del santuario. Todos los integrantes de las familias nacieron y se criaron en Alikatta a orillas del río Pench. Tenían buena tierra para la agricultura en Alikatta y muchos de los hombres también trabajaban para el Departamento Forestal como vigilantes nocturnos o en la construcción de caminos. En Alikatta cultivaban arroz, maíz y trigo y no había escasez de agua.

Los pobladores de Alikatta fueron desalojados del santuario cuando la represa hidroeléctrica del estado comenzó a inundar sus tierras. Fueron reasentados en Durgapur en 1993, y se les dijo que debían trasladarse porque se había creado un Parque Nacional y se estaba construyendo una represa. Dijeron que se trasladaron “voluntariamente” cuando se dieron cuenta que los niveles de crecida de las aguas estaban fuera de control y que los animales salvajes estaban destruyendo sus cultivos, pero es evidente que se les ordenó que dejaran dejar sus tierras y que fueron forzados a trasladarse debido a las circunstancias.

Estos pobladores quieren que sepamos que se les prometió buena tierra, irrigación, pozos y una represa, pero que no se cumplió ninguna de las promesas. También se les prometió dinero pero nunca lo recibieron. Se les dieron ladrillos para sus casas pero tuvieron que obtener por sus propios medios todos los demás materiales de construcción como el bambú. También se les prometió trabajo en una hostería para turistas, pero todavía están esperando ver la hostería. Están muy enojados porque las cerca de dos hectáreas de tierra que recibió cada familia son de “mala calidad”. Tienen graves problemas de escasez de agua y todavía están esperando que el gobierno y el departamento forestal tomen alguna medida para resolver el tema del riego.

Acerca del EDC, lo que ellos saben es que los funcionarios forestales vinieron a decirles que había dinero para construir diques, estanques, pozos, etc. Pero jamás han visto el dinero ni se han construido diques, ni estanques, ni pozos. No obstante, su único pedido es que se resuelva el problema del agua. Necesitan agua para irrigar los campos que no alcanzan para su sustento y no producen suficiente arroz sin el agua. No se les ha ofrecido ninguna fuente de sustento alternativa y deben “ir a Nagpur para trabajar”. Estos pobladores dicen que consiguen leña de sus campos y utilizan estiércol seco como combustible. Ya no van al bosque porque son arrestados y encarcelados. Lo único que consiguieron del EDC fue seis plantas de biogas, de las cuales tres están funcionando, y quince ollas a presión.

Se informó a las mujeres acerca de un centro de costura a cuatro kilómetros y que si asistían al curso de costura se les daría una máquina de coser y una bicicleta. Sin embargo, dos de las mujeres informaron que cuando fueron al centro de costura, se les pidió que presentaran sus certificados de pertenencia a un grupo tribal. Las mujeres explicaron que no podían presentar los certificados porque estaban en sus poblados originales. Entonces se les pidió que firmaran unos papeles pero no sabían leer ni escribir. Por lo tanto fueron excluidas del programa. Las mujeres que asistieron al curso están enojadas porque no han recibido ni las máquinas de coser ni las bicicletas prometidas, aunque saben que en otro poblado se distribuyeron treinta y seis bicicletas.

Los pobladores de la zona de amortiguación del Parque Nacional de Pench no fueron consultados durante el proceso de microplanificación del proyecto de ecodesarrollo del Banco Mundial. Los programas no se adecúan a las necesidades locales y los pobladores están perdiendo sus fuentes de sustento debido a su exclusión del parque nacional y la restricción del ingreso al santuario. La cultura y la identidad Gond han sido menoscabadas, incluso a pesar de que el parque nacional está en un área destinada a pueblos tribales; las relaciones entre los pobladores y el Departamento Forestal se han deteriorado.

No resulta claro que se estuviera “protegiendo” adecuadamente la vida silvestre con la construcción de una represa y la apertura del santuario a los turistas. Los estados de Maharashtra y Madhya Pradesh comenzaron a construir una represa en el santuario adyacente al parque nacional como parte de un proyecto hidroeléctrico, a pesar del mandato de 1974 del parque nacional de proteger la vida silvestre, y gran parte de los hábitats de vida silvestre quedaron sumergidos. Los pobladores que habitan en Madhya Pradesh sufren escasez de agua, pero ni el proyecto hidroeléctrico, ni el EDC, les suministran el agua que necesitan. Se ha gastado el préstamo del Banco Mundial y no hay nada para mostrar salvo el desalojo gradual de las poblaciones tribales de los bosques.

Mientras tanto, el aparato estatal autoriza y apoya las actividades de los intereses industriales mundiales y nacionales. El bhumka del poblado es arrestado por ingresar al santuario a recolectar plantas medicinales, pero esas mismas plantas son “protegidas” para ser cosechadas por las compañías farmacéuticas multinacionales. Los tigres no están para nada seguros.

Una cosa es evidente: el supuesto nuevo paradigma de las áreas protegidas (el que respeta los derechos de los pueblos indígenas y los pobladores locales), acordado en el Congreso Mundial de Parques realizado en Durban, y en el Convenio sobre Diversidad Biológica en Kuala Lumpur, Malasia, no debe tardar mucho en llegar aquí, si es que se desea salvar a la gente de la “tierra de Mowgli”.

Por: Anjoli Bandyopadhyay. Investigación basada en entrevistas a pobladores de seis poblados de India.

Anjoli desea agradecer al equipo de investigación de Samata, Satish Kumar y Mithun Raj, por sus comentarios y traducción, y por invitarla a unirse a ellos en los estudios de campo apoyados por Tom Griffiths del Forest Peoples Programme en el Reino Unido. Anjoli es miembro del Caucus Global sobre Manejo Comunitario de Bosques, que apoya a comunidades locales y pueblos indígenas en la defensa y afirmación de sus derechos y la asunción de responsabilidades en el manejo, control y uso de sus bosques en formas socialmente justas, ecológicamente razonables y económicamente viables. Se puede obtener información actualizada sobre el Caucus en el sitio: http://www.forestsandcommunities.org . Les invitamos a unirse a nuestro grupo de discusión en línea enviando un correo a: globalcbfm@yahoogroups.com