India: conocimiento y poder de las mujeres en sociedades dependientes del bosque

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Salvo por unos pocos estudios etnográficos y antropológicos, la dimensión de género de los sistemas de conocimiento indígena ha recibido muy poca consideración por parte de los primeros antropólogos, ecologistas y ambientalistas, que centraban su atención en el conocimiento de los hombres dejando de lado el de las mujeres.

Fue recién a mediados de los años setenta, cuando los mitos asociados a este estereotipo fueron desenmascarados, que los estudios feministas dirigieron su atención a los sistemas de conocimiento de las mujeres. Hoy en día se reconoce que el papel de la mujer, en muchas comunidades, es esencial en la gestión de los recursos naturales, ya que su profundo conocimiento del medio ambiente les permite mantener los medios de subsistencia, la continuidad cultural y la cohesión de su comunidad.

Antes de comenzar las presiones del Estado sobre las sociedades matrilineales, las relaciones de género eran relativamente igualitarias. Basadas en su rol en la producción, en su especial conocimiento de los bosques y en su lugar en la vida cultural y religiosa de las comunidades matrilineales, las mujeres gozaban de un espacio considerable en sus hogares y en la comunidad para tomar decisiones respecto al uso de los recursos.

En los pueblos de Chota Nagpur, en India Central, las prácticas sociales actuales reconocen el conocimiento de las mujeres en materia de bosques y agricultura. Cuando los Munda (los jefes) van de una ciudad a otra, sus esposas van delante. El conocimiento de las mujeres sobre semillas, hierbas y plantas es considerado precioso tanto en el seno familiar como en la comunidad. Su conocimiento de las raíces de una planta en particular es usado para elaborar cerveza de arroz, la más sagrada y popular bebida.

Su rol en la preparación de la tierra cultivable es también muy importante; se las ve trabajando junto a los hombres en tal tarea, así como en el desmonte. Su contribución al desarrollo de la agricultura se confirma además por el “mito de la preparación de la primera labranza”, donde la esposa del Ser Supremo se describe como la real inventora de la técnica del arado. Es así que el derecho de la mujer a la tierra y sus productos, ha tenido siempre un lugar en la ley consuetudinaria de los Munda.

Desafortunadamente, mantener esta posición de poder ha sido difícil para las mujeres, particularmente al enfrentar las presiones del Estado a favor de centralizar la gestión de los bosques, debilitando una importante fuente de poder de las mujeres en las sociedades matrilineales.

Ciertamente, las mujeres continuaron utilizando los bosques luego de la centralización, pero muchas veces tuvieron que hacerlo clandestinamente y en visitas cortas. Además, muchos bosques fueron transformados en monocultivos que proveían sólo algunos de los recursos que las mujeres habían controlado históricamente. Con acceso limitado a un bosque muy alterado, la capacidad de las mujeres de frenar las fuerzas del patriarcado se vio muy reducida.

Los esfuerzos del Estado por centralizar la gestión de los bosques encontraron una fuerte oposición. Sin embargo, estos movimientos no siempre reafirmaron la igualdad de derecho de las mujeres con respecto al manejo de los bosques u otros aspectos de la vida social. El traspaso de poder de la mujer hacia el hombre había comenzado hacía ya tiempo cuando dichos movimientos surgieron, y los hombres aprovecharon el momento para consolidar aún más el patriarcado. En el proceso de cambio en el uso de los bosques, de un sistema de tala y quema a otro de cultivo sedentario en tierras de propiedad privada, y de un acceso comunitario a un acceso privado a los productos del bosque, las mujeres perdieron su fuente de poder y estatus. Los hombres luchaban por recuperar los bosques, no por la igualdad de género.

Sin embargo, dicha situación está cambiando y la inclusión de las mujeres en los comités se está transformando en una norma. En muchos lugares se han formado grupos de mujeres para el manejo y la protección de los bosques. Las mujeres son consideradas mejores para las tareas de gestión y producción. Pero estas nuevas normas sobre la inclusión, si bien son aún limitadas en el espacio tanto vertical como horizontalmente, han surgido de un proceso de lucha por parte de las mujeres, muchas veces apoyadas por varios actores externos.

Artículo basado en información extraída de: “Patriarchy at Odds: Gender Relations in Forest Societies in Asia”, Govind Kelkar and Dev Nathan (editores), 2003, http://www.gendermainstreamingasia.org/img/b1.pdf; “Women’s indigenous knowledge of forest management in Orissa (India), Smita Mishra, http://www.nuffic.nl/ciran/ikdm/2-3/articles/mishra.html