Kenia: los derechos de los Ogiek son violados por el cambio climático y por las medidas para detenerlo

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El complejo Mau – el bosque más grande de Kenia – ha sido el hogar ancestral de la comunidad Ogiek. A pesar de ser extremadamente importante como zona de captación de agua, como regulador del microclima y por su diversidad biológica, el bosque Mau ha sido despejado regularmente para establecer asentamientos y emprendimientos agrícolas privados con apoyo de políticas oficiales. La destrucción del bosque ha socavado los derechos de los Ogiek a la subsistencia, a la cultura, e incluso a tener un futuro.

Pero todavía tenían que sufrir más. Hace algunos años, el gobierno canceló todos los títulos de propiedad que recaían sobre el bosque Mau con el objetivo de expulsar a más de 100.000 personas de la comunidad Ogiek que habitaban el bosque (ver Boletín Nº 94 y 113 del WRM) con el argumento de que eran ellos, ni más ni menos, quienes destruían el bosque.

La tendencia al despojo continúa. Un informe reciente de Survival International (1) muestra “cómo los pueblos indígenas del mundo, que son quienes menos provocaron el cambio climático y son los más afectados por el mismo, se enfrentan a la violación de sus derechos y a la devastación de su tierra, con el pretexto de detenerlo”.

El informe denuncia el caso de Kenia, un país que sufrió graves sequías este año. Mientras intenta expulsar a los cazadores-recolectores Ogiek, que por cientos de años vivieron sosteniblemente en el bosque Mau, el gobierno recurre a la comunidad internacional para obtener fondos para salvar al bosque Mau, invocando el cambio climático como “una motivación clave”.

El Primer Ministro Raila Odinga culpó al “desastroso manejo local y mundial de nuestro medio ambiente” por el derretimiento de las capas de hielo del Monte Kenia y de la destrucción de los bosques. También anunció que estaban dispuestos a “revertir los estragos” del calentamiento global, por ejemplo, con el esfuerzo del gobierno para salvar el bosque Mau – expulsando a sus habitantes y guardianes ancestrales, los Ogiek, ¡que quedarán sin hogar!

El informe cita a Kiplangat Cheruyot, del Programa de Desarrollo del Pueblo Ogiek, que dice: “Durante el último mes todos han vivido con miedo… La gente llora por la expulsión. El gobierno dijo que no haría ninguna excepción.”

Al fin de cuentas, los Ogiek, que han demostrado poder vivir en armonía con el bosque por miles de años, que son los más afectados por la destrucción del bosque donde nacieron y que no fueron para nada responsables del cambio climático, serán quienes más sufrirán a causa de las medidas tomadas supuestamente para detener el cambio climático.

El caso de los Ogiek de Kenia es una clara muestra de cómo el cambio climático, así como las medidas para detenerlo, son una cuestión de derechos humanos. En este sentido, la exigencia de justicia climática se destaca como un ingrediente indispensable de cualquier medida verdadera para enfrentar el cambio climático.

 (1) “The Most Inconvenient Truth of All. Climate change and indigenous people”, 2009, Survival International, http://tiny.cc/4HL7Y