Laos: expansión de las plantaciones de heveas – más conflictos con las comunidades

Imagen
WRM default image

Debido al aumento de la demanda mundial de caucho natural de los últimos años, las plantaciones a gran escala de heveas se están expandiendo en Laos, causando conflictos con las comunidades locales en un país en el que, a principios de los años 1990, era algo aceptado por todos y reconocido por eruditos y estudiosos del tema que cerca del 80% de la población dependía directamente del bosque – y del río – para su bienestar físico, espiritual y cultural.

En 2010, había en el mundo 9,8 millones de hectáreas de plantaciones comerciales de heveas, y se supone que esa cifra llegará a 13,8 millones en 2018. Cerca del 90% de dichas plantaciones se concentran en Asia, principalmente en Indonesia, Tailandia y Malasia, y pertenecen mayormente a pequeños propietarios. La industria de los neumáticos, estrechamente ligada a la de vehículos a motor que se concentra en China, absorbe la mayor parte de la producción. El auge expansionista actual se refiere principalmente a plantaciones a gran escala, y uno de los países de la región del Mekong en que está teniendo lugar es Laos.

En ese país hay más de 60 grupos étnicos. Como las llanuras ocupan sólo el 20% de la superficie, la mayoría de la población vive en las zonas onduladas y montañosas. Las comunidades rurales dependen del bosque para su bienestar físico, espiritual y cultural. Sin embargo, cuando la ideología económica cambió a fines de los años 1980 y el gobierno abrió el territorio del país a la economía mundial de mercado, las comunidades del bosque sufrieron las consecuencias de la tala comercial y la exportación de madera.

En 1990, el país adoptó el Plan de Acción Forestal Tropical (PAFT) que el Banco Mundial y la FAO impusieron en varios países. Una de las propuestas del PAFT era invertir en plantaciones de árboles. Luego de la era de la deforestación, el monocultivo de árboles llegó a Laos para cumplir una función crucial, como herramienta para convertir el bosque y la tierra en capital. Junto a las compañías forestales, el gobierno fomentó las plantaciones de árboles – que avanzaron sobre las tierras, los bosques y los medios de vida de la gente – prometiendo empleos e ingresos para la población rural.

El resultado fue que, desde fines de los años 1990, la industria del caucho se ha ido expandiendo en Laos. Si bien algunas de las inversiones son de capitales locales y pequeños propietarios, el 75% de las plantaciones son a gran escala y pertenecen a compañías transnacionales chinas, vietnamitas y tailandesas. Según el Ministerio de Comercio, en 2007 ya había 40 compañías que plantaban heveas en una superficie de 182.900 hectáreas obtenida en forma de concesiones.

La expansión de las plantaciones de árboles tiene graves impactos sobre las comunidades locales. En primer lugar, las concesiones otorgadas a las empresas suelen superponerse a las tierras utilizadas por las comunidades, lo cual crea conflictos por el territorio. En Laos, la tierra pertenece al Estado socialista, pero las leyes y reglamentos reconocen los derechos tradicionales de uso permanente de la tierra. En general, la gente no conoce esos derechos, porque el gobierno raras veces informa sobre ellos. Así, no tienen la posibilidad de ejercerlos en la vida real, con lo cual resulta fácil para las transnacionales apoderarse de las tierras que utilizan las comunidades .

Suele suceder que la empresa, luego de que el gobierno le otorga la concesión, se ponga en contacto con el líder de la aldea local para hacerle saber cuándo comenzará la plantación de heveas y obtener su respaldo. Las zonas seleccionadas generalmente están cerca de los arrozales de montaña, que el gobierno decidió hace mucho tiempo suprimir en el marco del “Programa de estabilización del cultivo itinerante”. Atraídos por las promesas de empleos para la comunidad, y urgidos por las críticas contra la agricultura itinerante tradicional, los líderes comunitarios en varios casos terminan aceptando firmar un documento que certifica que han dado su “permiso” para que se establezca la plantación.

Sin embargo, cuando la compañía comienza a cambiar el uso de la tierra y a plantar los árboles, la comunidad descubre que los empleos creados son muy pocos y que la mayoría sólo se mantienen durante el primer año de funcionamiento. Además, las comunidades se quejan de los bajos salarios y de que, cuando deben aplicar pesticidas, no se les brinda equipo de protección, lo cual afecta seriamente su salud.

En cuanto los árboles están plantados surgen otros impactos. La comunidad comprende entonces en qué consiste realmente el proyecto de la compañía. Las áreas que ésta ocupa son casi siempre bosques mixtos que las comunidades utilizan, por ejemplo, para recoger hongos, bambú y otros productos. Además, la aplicación de plaguicidas contamina el medio ambiente, y especialmente las arroceras cercanas a las plantaciones.

El aumento de la demanda industrial de caucho natural durante los últimos años, que provoca la expansión de las plantaciones, también multiplica los conflictos entre las compañías transnacionales y las comunidades de Laos. Sólo el pleno respeto de los derechos de los pueblos del bosque a usar sus tierras y bosques podría reducir esos conflictos y evitar que surjan otros.

La suspensión temporaria de las concesiones decidida en 2007 por el gobierno, con el fin de estudiar los problemas en torno a las concesiones, no ha tenido grandes resultados. Al contrario, las compañías siguen queriendo aumentar la superficie de sus plantaciones, y el gobierno tiene la intención de plantar 300.000 hectáreas más de heveas durante la próxima década.

Artículo basado en una visita de campo a la región del Mekong, “Panorama de las plantaciones industriales de árboles: conflictos, tendencias y luchas de resistencia” (http://www.wrm.org.uy/publications/EJOLTplantations.pdf), y en “Summary report: research evaluation of economic, social and ecological implications of the programme for commercial tree plantations. Case study on rubber in the South of Laos PDR, August 2009. Collaboration between CRILN/NLMA, Office of Prime Minister Lao, Faculty of Social Sciences, Chiang Mai university, Foundation for Ecological Recovery, Thailand.”