Lo que hay detrás de la compensación por la pérdida de biodiversidad: la Represa Nam Ngiep en Laos

Los gobiernos de Camboya, Laos y Tailandia tienen planeado construir 11 represas hidroeléctricas a gran escala en el curso principal del río Mekong. De hacerlo, las represas bloquearían grandes migraciones de peces e interrumpirían el flujo de este río de vital importancia, poniendo así en riesgo a millones de personas que dependen del Mekong para su sustento y culturas. El plan de desarrollo hidroeléctrico de Laos contiene por sí solo más de 70 nuevas represas a gran escala, de las cuales 12 están en construcción y casi 25 en etapas avanzadas de planificación (1). Laos también ha firmado un Memorando de Entendimiento (MOU) para suministrar 7.000 MW de energía a Tailandia a partir de 2015, y 3.000 MW de energía eléctrica desde ahora hasta el año 2020 a Vietnam (2). Un inversor clave en estas represas es el Banco Asiático de Desarrollo (BAD).

Acorde con la tendencia de la “economía verde”, el BAD, junto con otras instituciones financieras como el Banco Mundial, obliga a las empresas a compensar la pérdida de biodiversidad que no pueda ser evitada. Éste es el caso del Proyecto Hidroeléctrico Nam Ngiep 1, que comenzó en 2014 y se encuentra en  la zona de las provincias centrales de Bolikhamxay y Xaisomboun, Laos, 40 km aguas arriba de una confluencia del río Mekong. Está previsto que comience a funcionar en enero de 2019. Se supone que el proyecto de compensación compensará toda la pérdida de biodiversidad que causará la represa.

En esta ocasión hablamos con Premrudee "Eang" Daoroung, de la organización Project SEVANA South-East Asia, una activista ambiental radicada en Bangkok quien en las últimas dos décadas ha seguido de cerca los problemas ambientales de la región.

 1. ¿Cuál es la situación general de la proliferación de represas en la región del Mekong y cuál la situación específica en la República Democrática Popular Lao? ¿Cuáles son los principales impactos de este auge?

El tema de las represas hidroeléctricas a gran escala en la región del Mekong sigue siendo una de las principales preocupaciones entre los grupos que monitorean la situación, así como para el gran número de personas locales afectadas en la región. Mientras que China ya está terminando ocho grandes represas hidroeléctricas en la parte superior del curso principal del Mekong, Laos también ha construido las dos primeras represas en la parte inferior de este importante río. Actualmente se trabaja en la construcción de las represas Xayabouri y Don Sahong, a pesar de las numerosas interrogantes sin respuesta sobre sus impactos tanto en la actividad pesquera del Mekong como en los medios de subsistencia locales, del engañoso proceso de consulta y de su viabilidad económica. A esto se suma que el gobierno de Laos propuso e impulsó recientemente una nueva represa en el curso principal del Mekong: la represa Pak Beng. Son varias las represas que se están construyendo, entre ellas Nam Ngiep 1, en el río Nam Ngiep, el afluente del río Mekong que demarca la frontera entre Laos y Tailandia.

Las represas en el curso del río Mekong son un indicio del cambio de la política regional hacia una economía de mercado abierta. No obstante, también reflejan la influencia de los países constructores y compradores de energía, como China y Tailandia, sobre aquellos que proporcionan el lugar para la inversión, como Laos y Camboya. La expansión y permanente presión para construir represas en el Mekong muestra además lo poderoso que ha pasado a ser el sector privado en la región. Estas represas también están generando conflictos en torno a los planes de desarrollo del Mekong dentro y entre los países miembros. Por ejemplo, a pesar de que el delta del Mekong en el sur de Vietnam, conocido como el granero de arroz del mundo, se ha visto afectado por las represas que se construyen aguas arriba, el gobierno de Vietnam mantiene igualmente la concesión para construir la represa de Luang Prabang en el curso principal del Mekong ubicado en la parte norte de Laos.

Es muy escasa la información que llega de China y Laos, los dos países que tienen la mayor parte de las represas en el curso principal del Mekong. No obstante, la situación de Laos, un país pequeño con 7 millones de personas, es conocida a través de diversos estudios como algo paradójico (si no ridículo). Aparte de algunos cientos de planes de construcción de represas y con más de diez represas cuya construcción ya se está concretando en el país, Laos todavía se está familiarizando con otro tipo de proyectos a gran escala que también requieren de sus recursos naturales, entre ellos la agroindustria, las plantaciones y la minería a gran escala. Después de dos décadas, sin embargo, Laos todavía no ha alcanzado un verdadero éxito económico y lo que sí ha logrado es que haya un acaparamiento cada vez mayor de territorios en detrimento de las comunidades. El conflicto con los proyectos de “desarrollo” y la cuestión de quién se ha beneficiado con ellos, así como cuál será el resultado para el futuro de Laos y su gente en la próxima década, siguen siendo problemas críticos en este pequeño país interior.

2. ¿Puedes decirnos cuáles son las consecuencias (económicas, sociales y ambientales) de la aplicación del proyecto de energía hidroeléctrica Nam Ngiep 1?

Al igual que ocurre con otras represas hidroeléctricas en Laos, la Nam Ngiep 1 se construye sin la adecuada participación de las personas afectadas. Como es lo habitual, lo peor fue que la gente sintió que no tenía derecho a participar ni a rechazar lo que el gobierno le proponía. Más de 3.000 personas debieron ser reubicadas, la mayoría perteneciente a los dos principales grupos étnicos de Laos - Hmong y Khmu. De acuerdo con una entrevista realizada por International Rivers  en 2014, las personas que declararon haber vivido en la zona del proyecto durante más de tres décadas afirmaron que la compensación que se les ofreció no podía compararse con sus necesidades en materia de medios de vida y sustento y las pérdidas sufridas.

La represa Nam Ngiep se construye en una zona categorizada oficialmente como zona de bosque protegido. El embalse de la represa ocupó una gran superficie de la cuenca del río Nam Ngiep, con lo cual provocará un cambio drástico en las zonas hídricas y boscosas en términos de recursos naturales y biodiversidad. La intención y la capacidad del gobierno de Laos en la gestión de las áreas protegidas es todavía dudosa, especialmente si se observa cómo el gobierno debe depender del BAD y de la compañía para llevar a cabo la tarea. Se supone que la represa Nam Ngiep proporcionará aproximadamente el 4 por ciento de los 7.000 MW propuestos para exportar a Tailandia en 2020. No obstante, cabe a la sociedad tailandesa cuestionar y preguntar cómo interpreta la Autoridad de Generación de Electricidad de Tailandia (EGAT por su sigla en inglés) las necesidades futuras en materia de electricidad. La construcción de la represa es llevada a cabo por un consorcio en el que participan las compañías Kansai Electric Power Company, de Japón, (45%), EGAT International Company, de Tailandia (30%) y la empresa estatal de Laos Holding State Enterprise (25%). El consorcio cuenta con fondos del BAD, que aprobó un préstamo de 50 millones de dólares del sector privado para la construcción.

3. ¿Cuál ha sido la participación histórica del BAD en la financiación de las represas de la región?

Aparte de la represa Nam Ngiep en Laos, el BAD ha jugado un papel importante en la construcción de la represa Nam Theun 2 (NT2), que fue construida en el mayor afluente del Mekong, el río Theun (Nam Theun). Una pared alta de 39 metros forma un embalse que sumergió 450 km2 de la biodiversa meseta de Nakai, en la frontera entre Laos y Tailandia por un lado, y Laos y Vietnam por el otro. Se reubicó a 6.300 indígenas para dar lugar al embalse y más de 120.000 aldeanos que viven aguas abajo de la represa también fueron afectados. Este controvertido proyecto ha sido enérgicamente criticado por diferentes grupos. Aún así, la represa comenzó sus actividades en 2010, vendiendo electricidad a Tailandia. El BAD proporcionó 20 millones de dólares en forma de préstamos en condiciones favorables junto con un préstamo del sector privado de hasta 50 millones de dólares, y una garantía de riesgo político de hasta 50 millones de dólares. La represa Nam Theun 2 ha sido promocionada como un proyecto clave en el plan de interconexión eléctrica, un programa bandera del BAD, la Subregión del Gran Mekong.

Además de brindar apoyo directo al proyecto, el BAD lidera los planes futuros del sector de energía del proyecto Subregión del Gran Mekong y especifica las normas para la gobernanza regional. El BAD convocó y facilitó el llamado Comité de Coordinación Regional del Comercio de Energía, conformado por el ministerio de energía de cada país. De acuerdo con un documento de la organización International River, entre los proyectos de energía que fueron seleccionados  como prioridades de alto nivel del BAD para inversión entre 2014 y 2018 figuran la Interconexión de Transmisión de Energía entre Laos y Vietnam, para transmitir a Vietnam la electricidad producida por una serie de represas en Laos, así como el Servicio de Transmisión de Subestaciones, para exportar a Tailandia la energía generada en las represas Nam Ngiep 1, Nam Theun 1 y Nam Ngum 2 de Laos. El papel del ADB en el desarrollo del sector energético y las represas hidroeléctricas es crucial y eso le hace objeto de críticas y cuestionamientos. Una de las críticas es el fracaso del banco en el cumplimiento de sus propias normas y reglamentaciones, especialmente en lo relativo al impacto que tienen sus proyectos en las comunidades y gente locales. En cambio, el foco principal del BAD es promover la inversión del sector privado y alentar a los gobiernos de la región a trabajar con las empresas.

Desde 1992, el BAD ha estado proclamando su plan de "integrar" los países de la Subregión del Gran Mekong y de esta manera llevar la prosperidad y el crecimiento económico. De 2006 a 2015, el BAD financió 376 proyectos por valor de 15,4 mil millones de dólares, los que apoyaron directamente la integración de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN por sus sigla en inglés). Sin embargo, los resultados son por lo menos dudosos. La reputación del BAD no tiene en cuenta a las personas locales y considerando que se supone que es un banco de “desarrollo”, sólo ha provocado más críticas y resistencia en el terreno.

4. De acuerdo con la declaración de las políticas de salvaguardia del BAD, “una consulta significativa es un proceso que comienza a principios de la fase de preparación de un proyecto y es llevada a cabo de manera continua a lo largo de todo el ciclo del proyecto”. ¿Crees que en la preparación y ejecución de esta represa hubo una “consulta significativa”?

La represa Nam Ngiep 1 del BAD ha enfrentado fuertes críticas, divulgadas por la organización International Rivers después de que llegó a la zona y pudo entrevistar a la gente. International Rivers afirmó que el BAD viola sus propias salvaguardias porque no cumplió con un verdadero proceso de consulta ni brindó la información tan necesaria sobre los efectos del proyecto, los planes de reasentamiento, la compensación y la falta de tierras apropiadas en las zonas de reasentamiento consignadas (el 70 por ciento de las cuales es área de bosque protegida). La falta de una evaluación cabal de los impactos acumulativos así como de una evaluación de los principales riesgos y de un plan de mitigación, no sólo se refiere a la zona de construcción de la represa sino también al impacto de la misma aguas abajo. Sin embargo, el cuestionamiento a la “consulta significativa” es también para el gobierno de Laos. Las represas han sido propagandeadas como la herramienta de desarrollo más importante de Laos, pero a lo largo de las dos décadas de su construcción, la grave falta de participación de las comunidades ha sido un tema crítico y problemático, incluso a un nivel muy básico en cuanto a lo que les está sucediendo en su propia tierra natal. En el plan de gestión ambiental de la represa Nam Ngiep, las únicas tres partes principales que participan en el proceso de planificación son el gobierno de Laos, el BAD y la empresa. El gobierno parece reconocer su obligación de trabajar con el BAD y la empresa y rendir cuentas ante ambos, así como absorber una parte del presupuesto de los mismos. Lamentablemente su papel ha sido facilitar el trabajo de los actores externos, en lugar de defender al pueblo de Laos.

5. En tu opinión y experiencia de trabajo junto con comunidades afectadas por las represas, ¿sería posible compensar la pérdida de biodiversidad que genera la construcción de una gran represa?

Con relación a la idea de compensación de la biodiversidad, una cuestión muy problemática es la forma en que el proyecto mide la pérdida real de la biodiversidad como resultado del proyecto. Considerando el hecho de que la población local - que ha utilizado y protegido los territorios y la biodiversidad de los alrededores de las represas - no es reconocida como actor principal a ser consultado, es difícil ver cómo el proyecto puede medir el “valor” de la biodiversidad ni su pérdida. De hecho, hasta ahora el proyecto no ha terminado los estudios de referencia sobre el valor de la biodiversidad previamente al proyecto. Sin embargo, el proponente del proyecto sugiere que con la compensación se espera que “no haya una pérdida neta” de biodiversidad. Pero tanto el valor de la biodiversidad, del medio ambiente y de los recursos naturales, como de los medios de vida de las personas en un país como la República Democrática Popular Lao son ciertamente lo mismo, están muy interconectados y son interdependientes. En especial las etnias Hmong y Khmu, en Laos, tienen una cierta manera de utilizar estos otros valores en la vida cotidiana. Cuanto mayor es la diferencia de los “valores” de los pueblos Hmong y Khmu con respecto a los “valores” conceptualizados por los proponentes del proyecto, menor es la probabilidad de poder medir la biodiversidad perdida. Menos aún compensarla.

6. La idea del proyecto de compensación de la biodiversidad parece ser la de ayudar a proteger una zona conocida como Nam Chouane-Nam Xang, que de otro modo, se argumenta, sufriría amenazas (2). En primer lugar, de acuerdo con tu comprensión de la dinámica de las comunidades rurales de Laos, ¿estás de acuerdo en que las comunidades que viven alrededor de la zona del proyecto de compensación son una amenaza para la biodiversidad? ¿Qué opinas de la idea básica de la “compensación de la biodiversidad” de que un lugar puede ser equivalente a otro? En la medida que los proyectos de compensación se centran solamente en la biodiversidad, ¿qué pasa con las comunidades afectadas en ambos proyectos: el de la represa y el de la compensación?

El concepto de compensación de la biodiversidad que intentan aplicar al proyecto de la represa Nam Ngiep 1 en Laos es muy similar a otros grandes planes de gestión en el país, tal como el antiguo programa de Estabilización de la Agricultura Itinerante, puesto en marcha desde finales de la década de 1980 como el programa estrella para preservar los bosques naturales de la práctica de la agricultura itinerante por los grupos étnicos locales de Laos.

El significado de este programa para el gobierno de Laos ha sido que la agricultura itinerante es similar a las prácticas de “roza y quema”, lo cual deja muy poco espacio para la “agricultura de rotación de cultivos”. Por lo tanto, el objetivo principal del programa ha sido el de deshacerse de las prácticas populares para el cultivo del arroz en las zonas de montaña y tierras altas de Laos, como si fueran la razón principal de la pérdida de bosques. El gobierno de Laos ha pasado casi tres décadas sustituyendo las prácticas tradicionales de las zonas de bosque por algo que puede dar más beneficios para el Estado, y, como siempre lo ha afirmado, al pueblo de Laos. Pero después de esas casi tres décadas, numerosas comunidades, como consecuencia de este programa, fueron reubicadas, expulsadas de sus tierras originales, y se enfrentan a la falta de seguridad y de soberanía alimentaria. Eso ha sido lo más difícil para quienes fueron reubicados en un lugar que no eligieron, habiendo perdido así sus motivos y medios de vida. Al referirse a las zonas de tierras agrícolas todavía resulta bastante difícil no hablar del ecosistema más vulnerable del bosque y la biodiversidad en general.

El proyecto de compensación por la pérdida de la biodiversidad parece tener el mismo objetivo de deshacerse de las prácticas populares de la agricultura itinerante, ya que los grupos étnicos Hmong y Khmu tienen prácticas muy similares. Y también tiende a dar como resultado en gran medida las mismas consecuencias de falta de seguridad y soberanía alimentaria. Y la forma compleja en cómo los valores de la biodiversidad, el medio ambiente, los recursos naturales y los medios de vida de las comunidades toman forma y se interrelacionan podría parecer similar, pero es diferente y única para cada lugar en el que los grupos étnicos viven, producen y reproducen sus motivos y medios de subsistencia.

7. ¿Cómo crees que la comunidad internacional podría ayudar a desenmascarar el maquillaje verde de los promotores de represas que están comenzando a perpetuarse en Laos y toda la región del Mekong?

El apoyo del BAD y de los gobiernos del Mekong al sector privado se ha vuelto más evidente en los últimos años, a pesar de las críticas a su papel, que arrecian desde principios de 1990. Es imperioso desenmascarar a los beneficiarios del desarrollo: el BAD, los gobiernos y las empresas. La forma en que funcionan juntos sin incluir a la gente en sus planes debe ser expuesta con más fuerza ante la opinión pública. Para ello, la comunidad internacional o el país sede de la empresa o gobierno financiador puede desempeñar un papel importante controlando, trabajando en redes y haciendo campañas sobre los actores problemáticos que vienen a la región desde el extranjero.

 (1) International Rivers, https://www.internationalrivers.org/campaigns/laos

(2) Ministry of Energy and Mines, Department of Energy Business, Lao PDR,

http://www.poweringprogress.org/new/power-projects