Mozambique: Carta-respuesta a Portucel y ORAM

Imagen
Foto: Missão Tabita, Mozambique

Missão Tabita y el WRM recibieron cartas de la empresa de plantaciones Portucel y de la organización ORAM en respuesta a un artículo publicado en este boletín, supuestamente por no constituir verdad. No obstante, ni Portucel ni ORAM demostraron que la información era falsa.

Missão Tabita es una organización de la sociedad civil mozambiqueña de carácter religioso y humanitario. La organización elaboró un artículo que retrata la percepción de las comunidades rurales sobre el impacto de las plantaciones industriales de Portucel en sus vidas. El artículo fue publicado en el boletín electrónico del WRM (disponible aquí) y fue escrito con información recogida en entrevistas y encuentros con integrantes de las comunidades afectadas por la empresa Portucel, en los distritos de Ile y Namarroi, provincia de Zambezia, y también en observaciones directas realizadas en campo.

Missão Tabita y el WRM recibieron cartas de la empresa Portucel (disponible aquí) y de ORAM (disponible aquí) exigiendo derecho de respuesta al artículo, supuestamente por no constituir verdad. No obstante, ni Portucel ni ORAM fueron capaces de argumentar sus afirmaciones y demostrar que el artículo presenta información que no constituye verdad.

ORAM acusa a los autores del artículo de insinuar que recibió dinero de la empresa Portucel, cosa que desmiente vehementemente. Sin embargo, apenas un fragmento del artículo hace referencia a ORAM, donde se lee que Portucel, conociendo de artimañas, inició una colaboración con la Asociación Rural de Ayuda  Mutua (ORAM), que se dedica a la delimitación de tierras. Fue quien delimitó el área donde se propone la construcción, alegando que era para el riego de los productos agrícolas. Nuestros entrevistados sólo hablaron de ORAM, sin saber que la maniobra fue hecha por la empresa Portucel. Esta frase no expresa en forma alguna que ORAM tenga algún tipo de relación financiera con la empresa Portucel, ni tampoco que haya recibido algún valor de la empresa directa o indirectamente.

La frase anterior sí refiere al hecho de que ORAM estuvo de algún modo involucrada en la delimitación de tierras comunitarias en algunas de las comunidades afectadas por Portucel, incluyendo las comunidades donde se pretende establecer las represas pequeñas. La carta de ORAM confirma esta información.

En el ámbito del proyecto de construcción de represas pequeñas para la promoción de cultivos hortícolas, la percepción de las comunidades contactadas es de que ORAM trabaja en asociación con la empresa, lo que según ORAM no constituye verdad.

La relación entre la empresa Portucel y la organización ORAM no está clara para las comunidades rurales entrevistadas. En incontables ocasiones las comunidades confunden las acciones de ambas; confusión alimentada por la desinformación que caracteriza las acciones de Portucel.

Las cartas de ORAM y Portucel no responden de ninguna manera a las innumerables cuestiones abordadas en el artículo, ni tampoco aportan elementos nuevos a las cuestiones allí tratadas, siendo cartas meramente descriptivas de los trabajos realizados por ambas. Así, por ejemplo, mencionan el Programa de Desarrollo Social de Portucel que supuestamente es “uno de los pilares del valor compartido entre la empresa y las comunidades locales, apoyándolas en su desarrollo económico y social”.

A lo largo de los años, desde la entrada de Portucel en las áreas comunitarias de la provincia de Zambezia, hemos recibido informaciones de varias comunidades afectadas referidas a las promesas de empleos a cambio de ceder sus tierras y machambas (parcelas agrícolas), promesas de construcción de escuelas, de centros de salud, de mejora de las vías de acceso y de apertura de pozos de agua. Todas esas promesas se hicieron en el ámbito de las consultas comunitarias, uno de los pasos requeridos por ley para la obtención del Derecho de Uso y Aprovechamiento de la Tierra. Fue sobre la base de estas promesas, y de la enorme presión que dicen haber sentido, que la gran mayoría de los integrantes de las comunidades entregaron sus tierras a Portucel. Muchos afirman que no entregaron sus tierras por su propia libre y espontánea voluntad sino que fueron presionados a ceder sus tierras por la empresa, y hasta hoy siguen lejos de ver sus vidas mejoradas. No pueden decir si esta presión, que según dicen fue esencialmente por parte de estructuras y líderes locales, ocurrió con conocimiento de Portucel, pero las promesas fueron hechas por la empresa, y el gobierno local estuvo presente en todas las ocasiones.

La información que Missão Tabita divulga resulta de un trabajo continuo con las comunidades afectadas y pretende siempre transmitir la percepción y el sentimiento de las mismas de la forma más fiel posible. Los impactos negativos de las plantaciones de Portucel en las comunidades rurales son visibles. Estas comunidades siguen siendo pobres, con dificultades de acceso al agua, sin escuelas cercanas y en buenas condiciones, sin centros de salud en buenas condiciones, sin las mentadas láminas de zinc en las casas, entonces ¿dónde está esa mejora de vida? ¡Esa que los llevó a ceder sus tierras, su única riqueza!

No es solamente Missão Tabita la que insiste en denunciar los visibles impactos negativos o la ausencia de impactos positivos de las plantaciones de Portucel; hay varios estudios de otras organizaciones no gubernamentales que refieren las mismas quejas y situaciones. Existe un proceso para intentar resolver esto con la empresa, donde se insiste en no asumir los problemas y, por lo tanto, agrava la insatisfacción de las comunidades rurales mientras gasta tiempo y recursos en un Programa de Desarrollo Social que los propios supuestos beneficiarios desconocen y al que no le ven un gran impacto positivo, pues no es lo que les fue prometido.

Las comunidades que Portucel menciona como socios estratégicos, en su gran mayoría, no conocen el Programa de Desarrollo Social de la empresa. Tampoco conocen, y por lo tanto usan poco, el mecanismo de gestión de reclamos. El pueblo continúa sintiéndose perjudicado y engañado. Missão Tabita insiste en confirmar que hay personas perjudicadas que perdieron sus machambas y cultivos ya desde el inicio del proyecto. Según los integrantes de las comunidades que entrevistamos, la “negociación” para la cesión de la tierra comunitaria se hace individualmente. La empresa negocia directamente con el propietario para que por su machamba, incluido el trabajo de limpieza de la misma que es efectuado por el propietario y familiares contratados, reciben cerca de 1500 meticales (unos 24 dólares). Este trabajo no es el pago por la  machamba sino por el trabajo de limpieza de la tierra y la machamba, que ellos mismos cedieron a la empresa. ¿Es éste el tal empleo prometido?

Las cuestiones planteadas por las comunidades hasta ahora han sido justificadas por la empresa como derivadas en gran medida de la falta de información y comunicación entre la empresa y las comunidades. Missão Tabita cree que este análisis es una grosera simplificación de las preocupaciones de las comunidades, considerando que muchos simplemente no están interesados en ver su modo de vida alterado, no quieren vivir rodeados de eucaliptos y no tienen alguna noción de los impactos negativos que este tipo de plantación tendrá en sus machambas en términos de disponibilidad de agua, uso de agrotóxicos, etc.

Missão Tabita, Mozambique
Una organización que tiene como
objetivo principal buscar la paz y la justicia social, promoviendo los derechos humanos, incluido el derecho a la tierra y a los recursos naturales, en particular para las comunidades rurales que dependen directamente de ellos.