Soluciones basadas en la naturaleza: las empresas contaminadoras agravan el caos climático con maquillaje verde y compensaciones basura

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Represa de la mina de BHP, en Brasil.

Urge poner fin a la quema de combustibles fósiles para limitar el caos climático. No obstante, en el año 2022, las compañías de petróleo y gas aumentaron la producción y se embolsaron inmensas ganancias. No están interesadas en mantener los combustibles fósiles bajo tierra. Por el contrario, las empresas contaminadoras, no solo del sector del petróleo y el gas sino también de la minería, la aviación y la tecnología de la información así como de otras industrias con elevadas emisiones, intentan maquillar de verde sus actividades con el argumento de que compensan sus emisiones invirtiendo en ‘soluciones basadas en la naturaleza’. En los hechos esto significa acaparamiento de tierras, violencia y control de las empresas sobre vastas superficies de tierra en el Sur global. Mientras tanto, las emisiones de carbono continúan.

En marzo de 2023, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por su sigla en inglés) publicó su ‘informe de síntesis para los responsables políticos’ de la sexta evaluación del panel sobre la ciencia del caos climático. Estos informes son documentos muy discutidos que dejan fuera tanto como dicen. El último informe, sin embargo, es muy contundente en cuanto a que se necesitan reducciones “profundas, aceleradas y sostenidas” de las emisiones de gases de efecto invernadero en esta década para tener la posibilidad de limitar el incontrolable caos climático. Ya en febrero, el secretario general de la ONU, António Guterres, manifestó al Consejo de Derechos Humanos de la ONU que “los productores de combustibles fósiles y quienes los financian deben comprender una verdad crucial: buscar mega-ganancias cuando tantas personas están perdiendo sus vidas y derechos, ahora y en el futuro, es completamente inaceptable”. (1)

Sin embargo, esos mismos productores de combustibles fósiles, aumentaron la producción en 2022 y se embolsaron inmensas ganancias. Shell, por ejemplo, reportó las ganancias más altas en 115 años. (2) Mantener el flujo de petróleo y gas inevitablemente está causando daños, no solo al clima sino también a la vida humana y no humana en los sitios de extracción y a lo largo de toda la cadena de suministro. Las empresas y asociaciones comerciales como el Instituto Americano del Petróleo son plenamente conscientes de esto. Es por ello que están gastando miles de millones de dólares en anuncios con imágenes de bosques y de un ‘futuro verde y limpio’ en el que las empresas de gas y petróleo se presentan como las soluciones al cambio climático. (3) Estos anuncios desvían la atención del hecho de que la emisión de carbono fósil a la atmósfera, que estuvo enterrado por millones de años en depósitos subterráneos de carbón, petróleo y gas, es la principal causa del cambio climático. A menudo sugieren que las emisiones provocadas por las empresas pueden compensarse con el almacenamiento de más carbono en bosques, manglares, árboles o suelos. Compensar sus emisiones de esta manera, afirman las empresas, hace que sus productos sean ‘carbono neutros’ o tengan un balance de ‘emisiones netas cero’. Mientras tanto, la quema de combustibles fósiles continúa y la concentración de carbono fósil en la atmósfera sigue en aumento, agravando el caos climático.

Una mirada a las promesas de ‘emisiones netas cero’ de empresas en los sectores de petróleo y gas, minería, aviación y tecnologías de la información muestra que sus promesas de ‘descarbonización’ dependen en gran medida de la compensación de carbono. Ninguna de las empresas en estos sectores ha prometido detener la extracción o la utilización de carbono fósil. Esto inevitablemente significa más caos climático. Las empresas ocultan esta verdad detrás de la falsa promesa de que existen ‘soluciones basadas en la naturaleza’ (programas de compensación de carbono, en otras palabras) que harán posible la quema de combustibles fósiles sin dañar el clima.

Despojos basados en la naturaleza

El concepto de ‘soluciones basadas en la naturaleza’ fue introducido en 2016 en el vocabulario ambiental por ONGs conservacionistas y por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Su principal objetivo era asegurar la financiación de las áreas protegidas gestionadas por estas ONG conservacionistas. La idea era que las empresas contaminadoras paguen a las ONG conservacionistas para que almacenen carbono adicional en los bosques y, a cambio, las empresas obtengan créditos de carbono. (4) Su enfoque de una ‘conservación sin gente’ ha causado innumerables conflictos y violencia contra los Pueblos Indígenas y las comunidades tradicionales cuyos territorios se convierten en áreas protegidas para almacenar carbono de una manera ‘basada en la naturaleza’. (5)

Las restricciones a las prácticas campesinas y al uso de estos bosques por parte de los Pueblos Indígenas están justificadas por las ONG conservacionistas y los compradores de créditos de carbono con el argumento de que ‘es importante para el clima proteger el carbono almacenado en el bosque’. Explícita o implícitamente, el uso de los bosques comunales y las prácticas de cultivo itinerante y de incendios controlados para preparar la tierra, son falsamente culpados como agentes de la deforestación, mientras que la deforestación a gran escala impulsada por las empresas continúa. (6)

Las empresas de los sectores de petróleo y gas, minería, tecnología de la información y aviación, así como otras industrias altamente emisoras, son firmes defensoras del falso concepto de las ‘soluciones basadas en la naturaleza’. Más que eso, han estado comprando créditos de carbono de proyectos de conservación de carbono en bosques y suelos que pusieron fuertes restricciones a la forma en que comunidades campesinas en Brasil e Indonesia, pastores en el norte de Kenia y Pueblos Indígenas en Perú pueden o no usar sus tierras ancestrales. (7) También se ha demostrado que muchos de estos proyectos venden ‘créditos de carbono basura’. (8) En esos casos es muy poco probable que los créditos representen realmente una tonelada adicional de carbono almacenada en los árboles, o una tonelada adicional de carbono que no fue liberada a la atmósfera.

Shell, por ejemplo, ha estado comprando créditos de carbono de proyectos de carbono en bosques en Indonesia y Perú. (9) El ‘despojo basado en la naturaleza’ de esta empresa que le permite afirmar la compensación solo de sus emisiones de combustibles fósiles, requeriría plantar árboles o cambiar el uso comunitario de bosques en al menos 8,1 millones de hectáreas de tierra por año.

Cada vez más las empresas internacionales del agronegocio y de la celulosa y el papel también maquillan de verde su violento modelo de plantación industrial presentándolo como una ‘solución basada en la naturaleza’ para la crisis climática. El gigante brasileño de la celulosa y el papel Suzano, por ejemplo, procura generar créditos de carbono a partir de una expansión masiva de plantaciones de árboles en el estado brasileño de Mato Grosso do Sul, donde la compañía está construyendo la fábrica de producción de celulosa de eucalipto más grande del mundo. (10) Recientemente, Suzano ha presentado documentación para obtener créditos de carbono de sus plantaciones de eucalipto y de áreas de conservación dentro de las plantaciones, en el marco del muy criticado programa Verified Carbon Standard (VCS) de la organización Verra. (11)

En el sector minero, Rio Tinto fue una de las primeras empresas internacionales en recurrir al mecanismo de compensación por pérdida de biodiversidad para justificar la destrucción de bosques en Madagascar. En la mina Fort Dauphin, QMM, una de las subsidiarias de Rio Tinto en Madagascar, extrae el mineral óxido de titanio (también llamado ilmenita) que se utiliza para fabricar pintura blanca y otros productos. (12) En 2022, la empresa –con una propiedad de 4 millones de hectáreas en todo el mundo– anunció que estaba estudiando la posibilidad de ganar dinero extra con la venta de créditos de carbono mediante la plantación de árboles en la tierra que había destruido previamente con sus actividades mineras. (13)

En 2015, el gigante minero anglo-australiano BHP fue noticia por la responsabilidad que tuvo en la ruptura de una represa que desencadenó el peor desastre ambiental de Brasil. Una inundación de desechos mineros invadió el río Doce y entró al Océano Atlántico a lo largo de 650 km (400 millas) de distancia, matando a 19 personas y sepultando pueblos. (14) Al año siguiente, y en el contexto de que BHP negaba su responsabilidad por la ruptura de la represa en Brasil, la empresa anunció una asociación con la Corporación Financiera Internacional (IFC, por su sigla en inglés) del Banco Mundial y la ONG conservacionista Conservación Internacional para invertir en la conservación de bosques y obtener créditos de carbono a cambio de la inversión. (15). En 2018, BHP también apoyó un proyecto REDD (Reducción de Emisiones derivadas de la Deforestación y Degradación de bosques) gestionado por la misma ONG Conservación Internacional y el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (SERNANP), de Perú. El proyecto Alto Mayo cubre una superficie de 182.000 hectáreas en la región de San Martín, en el norte de Perú, y afecta a más de 5.000 personas. En enero de 2023, el periódico británico The Guardian informó cómo las familias se habían quedado sin hogar cuando sus casas en el Parque Nacional fueron quemadas y que se les había dicho que ahora eso era un bosque de carbono. (16) Desde junio de 2008, el proyecto ha producido más de 7,4 millones de créditos de carbono que fueron comprados por empresas como Microsoft, United Airlines, Disney, BHP y Gucci.

Las principales empresas de la industria de la aviación también continuaron con el maquillaje verde de su contaminación al ofrecer vuelos con compensaciones, a través de ‘soluciones’ basadas en la naturaleza. Las principales aerolíneas internacionales han estado entre los compradores de créditos de carbono de cada uno de los proyectos de compensación en bosques que han sido noticia por causar conflictos y restringir el uso tradicional de la tierra o por vender créditos de carbono basura. (17) El transporte aéreo es un medio de transporte muy exclusivo. Aproximadamente el 80 por ciento de la población mundial no puede pagar un pasaje de avión. En 2018, solo entre el 2 y el 4 por ciento de la población mundial realizó vuelos internacionales y tan solo el 1 por ciento de la población mundial, los viajeros frecuentes, emiten el 50 por ciento del dióxido de carbono de la aviación comercial (18).

En el sector de la tecnología de la información, desde Amazon hasta Microsoft y Netflix recurren a la compra de créditos de carbono y a la promoción de ‘soluciones basadas en la naturaleza’ para maquillar de verde su enorme y creciente huella de carbono. Netflix y la empresa matriz de Facebook, Meta, por ejemplo, compraron créditos de carbono de un proyecto de conservación de carbono en el suelo al norte de Kenia. En su informe ‘Blood Carbon’ (Carbono de Sangre), Survival International revela que el proyecto vendió millones de créditos basura. El proyecto también “se basa en desmantelar los sistemas de pastoreo tradicionales de larga data de los Pueblos Indígenas y reemplazarlos con un sistema controlado centralmente, más parecido a la ganadería comercial”. (19)

Éstos son tan solo algunos de los ejemplos de cómo los mayores contaminadores del mundo utilizan la compensación de carbono y los ‘despojos basados en la naturaleza’ para ocultar su responsabilidad en el caos climático como resultado de la quema de combustibles fósiles que realizaron en el pasado y que continúan actualmente. Mientras tanto, los costos económicos, ambientales y sociales aumentan y el sufrimiento humano por la sequía, las olas de calor, las tormentas y las inundaciones cada vez más frecuentes y extremas crece de manera insoportable. Quienes se ven más afectados son las comunidades al frente de las luchas por la tierra y los grupos marginados de las sociedades.

En este contexto, los movimientos sociales y las redes de la sociedad civil siguen repitiendo que la compensación de carbono es una distracción peligrosa que frena la construcción de un movimiento genuino para poner fin de manera rápida y decisiva a la quema de combustibles fósiles. En 2021, por ejemplo, más de 360 grupos dijeron No a las ‘soluciones basadas en la naturaleza’ (20) y en marzo de 2023, más de 80 grupos exigieron que la Unión Europea rechazara las compensaciones de carbono tras una serie de escándalos que demostraron que millones de créditos de carbono emitidos por el mayor sistema voluntario de compensación de carbono, Verified Carbon Standard, de Verra, eran créditos ‘basura’. (21)

Allí donde las compensaciones con ‘soluciones basadas en la naturaleza’ se establecen, las comunidades resisten las restricciones impuestas a sus formas de vida y sustento. Esta resistencia, posicionada donde se da el acaparamiento de tierras en la ecuación de las compensaciones de carbono, saca a la luz una gran injusticia detrás de la compensación de carbono: las comunidades del Sur global se ven obligadas a cambiar su forma de vida para que las empresas puedan seguir beneficiándose de la extracción de combustibles fósiles y del modelo de crecimiento capitalista que está alimentando la crisis climática.

Jutta Kill, jutta@wrm.org.uy
Integrante del Secretariado del WRM


(1) UN Secretary-General António Guterres’ remarks to the Human Rights Council, in Geneva on 27 February 2023.  
AR6 Synthesis Report: Climate Change 2023.
(2) Calls for bigger windfall tax after Shell makes ‘obscene’ $40bn profit.
(3) Desmog. Big oil’s trade group allies outspent clean energy groups by a whopping 27 times.
(4) Amigos de la Tierra Internacional. 2021. Soluciones Basadas en la Naturaleza: Un lobo con piel de cordero.
(5) Publicaciones del WRM sobre la violencia del enfoque de “la conservación sin gente”.
(6) Pueden ver, entre otros, Movimiento Mundial por los bosques Tropicales (WRM) (2022): 15 años de REDD: Un mecanismo intrínsecamente corrupto.
(7) Milieudefensie How Shell is using nature-based solutions to continue its fossil-fuel agenda. 2022. Survival International. Blood Carbon. 2023. Movimiento Mundial por los bosques Tropicales (WRM). Neocolonialismo en la Amazonia: Proyectos REDD en Portel, Brasil. 2022. Kichwa communities’ statement. These are not just concerns, they are violations of our rights. 2022
(8) B. Crezee & T. Gijzel. Showcase project by the world’s biggest carbon trader actually resulted in more carbon emissions. 2023. Source Material. World’s biggest companies, from Netflix to Ben & Jerry’s, are pouring billions into an offsetting industry whose climate claims appear increasingly at odds with reality. 2023. Die Zeit. CO2 Certificates: Phantom Offsets and Carbon Deceit. 2023.  
(9) Milieudefensie. How Shell is is using nature-based solutions to continue its fossil-fuel agenda. 2022.
(10) Paper 360°. Suzano sets the standard for sustainable pulping. 2022.
(11)  Suzano carbon credit project.
(12) ReCommon. Your Mine. A mine owned by multinational destroys a forest, a village is  pushed into hunger, a community that won't stop resisting.
(13) Rio Tinto. Exploring nature-based solutions to climate change. Investing in conservation will accelerate decarbonisation. September 2022.
(14) The Guardian. London court reopens $7bn Brazil dam collapse lawsuit against BHP. July 2021.
(15) ReCommon. Mad Carbon Laundering. 2017. BHP explains its forest carbon investment.
(16) Guardian article ‘Nowhere else to go. January 2023.
(17) Unearthed. Top airlines’  promises to offset flights rely on ‘phantom credits’.
(18) Stay Grounded. The injustice of flying.
(19 ) Survival International. Blood Carbon. 2023.
(20) Collection of materials linked to statement NO to Nature Based "Solutions"!
(21) Open Letter. 80 NGOs demand that the EU rejects carbon offsets. Offsets have no place in the policy toolbox.