Tailandia: las poblaciones locales se oponen a las represas

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Los megaproyectos de represas se ven enfrentados en todo el mundo a la fuerte oposición de las comunidades locales, dado que significan la pérdida de sus tierras y bosques, y determinan su desplazamiento forzoso. En Tailandia se han organizado masivas manifestaciones para detener este tipo de proyectos emprendidos en nombre del "progreso" (ver Boletín 22 del WRM).

Un grupo de 500 aldeanos pertenecientes al Foro de los Pobres se instaló en el reservorio medio de la represa Rasi Salai, en apoyo de la lucha que vienen llevando adelante sus hermanos del Foro de la Cuenca del Moon en procura de una compensación por sus tierras, las que serán inundadas como consecuencia de un proyecto de construcción de una represa. Las obras habrán de afectar a más de 600 predios pertenecientes a los campesinos. El Departamento de Desarrollo y Promoción energética está poniendo en riesgo la vida de los manifestantes al amenazarlos con abrir las compuestas en poco tiempo más, hacia fines de la estación de lluvias.

Prasittiporn Kan-Onsri, asesor del Foro de los Pobres, afirmó que los manifestantes no se moverán bajo amenaza alguna: "Pase lo que pase, no nos moveremos del reservorio. De alguna manera habremos de sobrevivir" dijo.

El conflicto entre las autoridades y las comunidades locales radica en un punto de vista opuesto respecto del manejo de la tierra y los recursos naturales. En tanto el gobierno considera que la selva y las riberas de los ríos son de propiedad pública, los campesinos argumentan que ellos han venido utilizando los bosques de la zona de humedales a lo largo del Río Moon a lo largo de generaciones, dado que esa tierra es rica en sedimentos provenientes de las inundaciones periódicas. Un reciente estudio realizado por investigadores de la Universidad de Khon Kaen apoyó el punto de vista de los campesinos. Por otra parte, la realidad enseña que el uso del suelo realizado por los moradores locales generalmente asegura su sustentabilidad. Por el contrario, las tierras de jurisdicción pública con frecuencia terminan -a través de concesiones- en manos de compañías madereras, plantadoras o mineras, que destruyen los bosques.

Fuente: "Protesters at risk from drowning" por Anchalee Kongrut, Bangkok Post, 10/9/1999, enviado por Aviva Imhof, 13/9/99.