Aceite de Palma
La palma aceitera es originaria de África occidental. Su cultivo es importante para las comunidades que dependen de los bosques, para sus culturas y economías. Sin embargo, los monocultivos de palma aceitera a gran escala destinados a la producción industrial (aceite y agrocombustibles) han sido un agente de deforestación y acaparamiento de tierras en el sudeste asiático. Más recientemente, los monocultivos de palma aceitera también impulsan la destrucción en África y América Latina.
La resistencia contra las plantaciones industriales de palma aceitera en África occidental y central
Comunidades en África occidental y central deben confrontar los impactos de las plantaciones industriales de palma aceitera. Con la falsa promesa de traer ‘desarrollo’, las empresas, con el respaldo del gobierno, obtuvieron millones de hectáreas.
Los bancos europeos de desarrollo han financiaron a una empresa de plantaciones en RDC cuyo accionar de injusticia y violencia se remonta al acaparamiento de tierras de la época colonial. Cuando la empresa entró en bancarrota en 2020, eligió defender el brutal modelo de plantaciones.
Mientras la destrucción de territorios de bosques continúa, más promesas y programas se llevan a cabo en nombre de “enfrentar la deforestación y el cambio climático”.
Millones de hectáreas de zonas boscosas en Malasia han sido elegidas para desarrollar plantaciones de monocultivos - incluyendo plantaciones forestales -, aunque muchas de ellas aún no se han establecido en su totalidad. Todavía es posible detener la destrucción
La RDC está siguiendo la tendencia de promover programas para "integrar" a las y los campesinos con los agronegocios, poniendo en riesgo el control de las personas sobre sus tierras.
De cómo el secretismo y la conspiración en la industria de la palma aceitera son una catástrofe para los bosques de la cuenca del Congo.