Australia: Nippon Paper en el sudeste de Australia

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El mayor fabricante de papel de Japón, Nippon Paper (NP), tiene fama de estar a la cabeza de la reforma ambiental de la industria, pero ¿qué hay de cierto en esto?

South East Fibre Exports es una subsidiaria de NP situada en Eden, unos 500 kms. al sur de Sydney.

Se trata de la planta de astillado más antigua de Australia y la primera operación en el extranjero de la ex Daishowa Paper Manufacturing Company (adquirida por Nippon Paper hace un par de años).

Luego de más de 30 años de astillado destructivo en el sudeste de Australia, cuando Nippon pasó a encargarse de la planta hubo mucha expectativa entre los defensores de los bosques. Después de todo, la reputación del nuevo dueño era mucho mejor que la del dueño anterior.

Hasta el momento, sin embargo, Eden ha resistido a toda la serie de reformas ambientales emprendidas por el nuevo dueño.

Todo parece indicar que también resistirá la próxima, y sin embargo Nippon mantiene su reputación de líder ambiental en la industria japonesa del papel. Puede que ya sea hora de reconsiderar este asunto.

La política ambiental de Nippon Paper suena muy bien en el papel. Se ha comprometido a lograr que para 2008 el 100% de sus astillas provenga o bien de plantaciones o bien de bosques certificados. ¿Quién podría estar en contra?

El único problema es que parecería que Nippon admite algunas de las formas de certificación de peor reputación, reconocidas solamente por la industria.

Ningún bosque nativo australiano está certificado por el Consejo de Manejo Forestal (FSC) y el movimiento conservacionista no apoya esto.

La certificación que procuran la mayoría de los gobiernos estatales y las empresas madereras es la Norma Forestal Australiana (Australian Forestry Standard), que para los madereros significaría que todo siga igual.

Las astillas de Eden son de bajo grado y mala calidad y se venden más baratas que las de Tasmania. Siguen encontrando mercado debido a su bajo precio. Se producen a partir de árboles talados exclusivamente para el astillado. Más del 95% de la madera que se tala en la región de Eden termina en astillas, no se trata de un subproducto del aserrado. De hecho, al igual que muchas plantas de astillado, Eden solamente puede procesar troncos enteros.

Actualmente Eden exporta cerca de 860.000 toneladas de astillado verde por año, la mayoría hacia las fábricas de celulosa de su empresa madre en Japón.

Ningún bosque estatal en un radio de 250 kms. en torno a Eden estará a salvo mientras la empresa siga operando.

A pesar de ello, la industria y el gobierno sostienen que esta planta de aserrado utiliza los extremos cortados de los troncos y tras años de costosa propaganda muchos votantes, en especial los residentes urbanos, se inclinan a creerles. Quieren creerles. La alternativa es demasiado incómoda.

Hace poco Nippon Paper inició un programa de consulta pública por Internet solicitando la opinión de la gente sobre su política de suministro de astillas.

Una vez más, un gesto admirable. ¿O no?

La campaña en la que participo, Chipstop (“basta de astillas”), se formó en 1998 y desde entonces ha intentado acercarse a Nippon Paper varias veces. Hemos escrito cartas, solicitadas y mensajes electrónicos y hemos solicitado reuniones. Escribimos cartas en japonés y yo visité Japón con la esperanza de reunirme con representantes de la empresa.

Una vez enviamos una importante carta firmada por más de 50 parlamentarios de Australia, grupos ambientales nacionales, estatales y regionales e individuos destacados. Ni uno solo de estos mensajes recibió respuesta, de modo que debemos preguntarnos cuán auténtico ha sido este reciente ejercicio de “consulta”.

Al igual que en muchos procesos gubernamentales y empresariales, probablemente en éste todos los aportes sobre conservación terminen en simple “maquillaje verde”, ayudando a legitimar un resultado preestablecido gracias a que se aparenta un compromiso con la conservación.

Lo peor de la destrucción de los bosques nativos del sudeste australiano a cargo de Nippon Paper es que es completamente innecesaria.

Australia dispone de suficiente madera dura producida en plantaciones que ya existen como para sustituir todas sus exportaciones de astillas. Sin plantar un solo árbol nuevo podríamos evitar que los bosques nativos sigan convirtiéndose en astillas. El factor que lo impide es el precio. Los fabricantes de papel prefieren la fibra de mejor calidad de las plantaciones, pero comprarán madera del bosque nativo si es más barata.

Los organismos forestales del gobierno estatal suministran troncos a los astilladores a precios muy bajos, con lo que continúa el madereo del bosque nativo.

El mismo Nippon Paper posee plantaciones considerables en Australia, que no está utilizando. En su lugar, prefiere comprar astillas del bosque nativo.

Chipstop trabaja junto a otras campañas contra el astillado para Nippon Paper y sabemos que en otros países existen inquietudes similares.

Los esfuerzos de nuestra campaña seguirán centrándose en el cierre de la planta de astillado de Eden. Exhortamos a la empresa a aplicar sus políticas en serio y aceptar solamente formas de certificación reconocidas. Queremos también que aplique sus propias normas ambientales a sus propias subsidiarias en otros países y a sus socios comerciales, en especial en países como China e Indonesia.

Por Harriett Swift, correo-e: fuscipes@dodo.com.au, Chipstop Campaign, http://www.chipstop.forests.org.au