Brasil: histórica victoria para salvar los bosques

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El Consejo Nacional Agrícola (CNA), que representa los intereses de los grandes terratenientes del Brasil, ha venido tratando por todos los medios de oponerse a toda iniciativa legal de proteger los bosques del país, considerándola una potencial limitación a su poder sobre pueblos y tierras. De hecho, en Brasil casi el 50% de la tierra está en manos de apenas un 1% de su población. El mes pasado se enfrentaron en el Parlamento brasileño dos proyectos de Ley Forestal: el de la CONAMA (Consejo Nacional para el Medio Ambiente), resultado de una discusión abierta con amplia participación (incluso del propio CNA) y que contemplaba la protección de extensas áreas en los diferentes biomas de bosque existentes en el país, y el de los diputados que responden al CNA -conocidos como "ruralistas"- que favorecía los intereses de los grandes terratenientes y, a su vez, no se preocupaba de la protección de la naturaleza (ver Boletines 29 y 34 del WRM).

Se generó una fuerte campaña a nivel nacional e internacional a fin de evitar que la maniobra de la oligarquía rural prosperara. Organizaciones ambientalistas y sociales de todo el país, junto a representantes del partido de oposición, y contando con la solidaridad internacional expresada en enormes cantidades de muestras de apoyo, denunciaron el proyecto por ser contrario tanto a la conservación de la naturaleza como a los intereses del país. El 14 de mayo ppdo. el Congreso Brasilero archivó la propuesta del grupo del CNA, propinando a los ruralistas una histórica derrota, dado que se trata de la primera ocasión en la cual el movimiento popular brasileño logra prevalecer sobre el poderoso lobby de los hacendados.

La oposición entre conservación de la naturaleza y desarrollo económico ha sido un argumento frecuentemente utilizado por los sucesivos gobiernos brasileños desde la época militar de los 60 hasta ahora. Bajo el lema "¡Adelante Brasil! ("Pra frente Brasil!") se emprendió la desenfrenada destrucción de la Amazonía, el bosque atlántico, el "cerrado" y otros valiosos ecosistemas. Paradójicamente, hoy en día Brasil es un país rico lleno de pobres y marginados, que muestra una de las distribuciones de la riqueza más regresivas del mundo, teniendo además regiones enteras devastadas. Más que hacia "adelante", el país parece haber ido hacia "atrás".

Pero afortunadamente las cosas están cambiando en la cabeza del pueblo brasileño. Según los resultados de una encuesta a nivel nacional acerca de los cambios incluidos en la Ley Forestal, llevada a cabo los días 20 y 21 de mayo pasados por el Instituto Vox Populi, el 88% de las 503 personas entrevistadas en todo el país cree que debería aumentar y no disminuir la protección de los bosques en Brasil, como proponía el lobby parlamentario de los ruralistas. Otros resultados son igualmente promisorios: 93% de los encuestados cree que la conservación no constituye un obstáculo para el desarrollo del país; un 90% respondió que la creciente deforestación de la Amazonía para el establecimiento de cultivos agrícolas probablemente no servirá para reducir el hambre en el país, al tiempo que el 87% expresó que los propietarios de tierras que deforesten deberían ser multados y el 88% dijo no estar dispuesto a votar por un candidato a diputado que propicie la corta de los bosques brasileños.

L@s interesad@s en obtener mayor información sobre el tema pueden contactar a: Adriana Ramos, Instituto Socioambiental o a Steve Schwartzman, EDF.

Artículo basado en información obtenida de: Kenneth Walsh, Environmental Defense Fund, 18/5/2000, 2/6/2000;