Brasil: indígenas Tupinikim y Guaraní retoman sus tierras ocupadas por Aracruz

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Lo que está sucediendo en Brasil es un hecho histórico, no sólo para el Brasil sino para tod@s quienes venimos luchando contra el avance de los monocultivos forestales a gran escala.

En febrero de este año, los indígenas Tupinikim y Guaraní decidieron poner fin a la tregua [Ver Boletín 94] con la empresa Aracruz Celulose y retomar sus tierras. Es así que en mayo, aproximadamente 500 indígenas Tupinikim y Guaraní comenzaron la auto-demarcación de 11.008 hectáreas de tierra de su propiedad, que habían sido invadidas por la empresa. La autodemarcación de las tierras terminó 4 días más tarde y actualmente los indígenas están reclamando el reconocimiento de esas tierras, y principalmente, reconstruyendo sus medios de subsistencia.

En este marco, durante los primeros días de junio, se llevó a cabo el 4º Encuentro Nacional de la Red Alerta contra el Desierto Verde (*), que lucha contra la expansión de los monocultivos de árboles en Brasil. En el encuentro participaron 250 personas, entre ellas indígenas (Pataxó, Tupinikim y Guaraní), quilombolas (afrobrasileños), campesinos, trabajadores rurales sin tierra, pescadores, sindicalistas, biólogos, geógrafos, ingenieros forestales, abogados, artistas, representantes de ONGs de los estados de Espiritu Santo, Minas Gerais, Bahia, Rio de Janeiro, São Paulo, Rio Grande do Sul y Pará, así como también representantes internacionales de Ecuador, Costa Rica y Uruguay.

El encuentro comenzó con una movilización por las calles de Vitoria --capital del Estado-- donde cientos de personas, bajo el lema “Gobierno Federal: no plante eucaliptos, demarque las tierras indígenas” (“Governo Federal: não plante eucalipto, demarque as terras indígenas!”), marcharon en apoyo a la lucha indígena. Durante 8 kms los manifestantes caminaron portando pancartas con leyendas que leían: “Gobierno de Lula: El futuro de los pueblos indígenas es más importante que la exportación de celulosa”, acompañados por los cantos y la música de los indígenas. Luego, durante dos días de reunión, los participantes del evento intercambiaron información sobre el avance de los monocultivos en los distintos estados brasileños y los consecuentes impactos y sobre la situación en otros países latinoamericanos, así como también sobre el impacto de los sumideros de carbono en el Sur y la certificación de las plantaciones forestales, las políticas del Gobierno de Lula, y las alternativas a este “modelo de desarrollo”. Las resoluciones del evento fueron sintetizadas en una carta (disponible en nuestro sitio web en la siguiente dirección: http://www.wrm.org.uy/paises/Brasil/Jacaraipe_esp.html) que llama a la reflexión sobre los graves impactos sociales, culturales, económicos y ambientales de los monocultivos a gran escala.

Entre los participantes al Encuentro, había una delegación ecuatoriana en representación de las organizaciones CONAIE (Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador), ECUARUNARI (Nacionalidades de Los Pueblos Kichua del Ecuador), Acción Ecológica y FUNDECOL (Fundación de Defensa Ecológica). Su presencia en el evento, además de expresar su solidaridad y respaldo a l@s herman@s indígenas, quilombolas y a las organizaciones campesinas de Brasil en su lucha, tenía por fin aprender e intercambiar con las comunidades locales sobre los impactos de las plantaciones forestales y como enfrentarlas. En Ecuador se están comenzando a plantar grandes extensiones de monocultivos, y al igual que en muchos países del Sur están siendo respaldadas y promovidas por el gobierno.

El encuentro finalizó con la emotiva visita a las tierras que los indígenas Tupinikim y Guaraní han retomado. Esas tierras --que hasta ahora estaban en manos de Aracruz Celulose-- están plantadas con eucaliptos. La demarcación primeramente consistió en marcar su territorio perimetralmente mediante la corta de los eucaliptos. En el momento de nuestra visita ya habían abierto el primer claro entre la plantación. El lugar elegido para comenzar a reconstruir sus aldeas fue la antigua villa de los Tupinikim, llamada Arariba, de donde las familias fueron expulsadas cuando llegó la empresa hace aproximadamente 40 años. Hoy para llegar al lugar se necesita transitar por caminos entre las monstruosas plantaciones de eucaliptos. Durante nuestra visita los indígenas estaban comenzando a construir sus viviendas, a plantar alimentos y árboles nativos.

L@s indígenas Tupinikim y Guaraní están así demostrando al mundo, no sólo que es posible luchar por los derechos contra empresas tan poderosas como Aracruz, sino que el camino hacia un verdadero desarrollo no pasa por las inversiones transnacionales orientadas hacia la exportación, sino por modelos locales basados en la justicia social y en el respeto a la naturaleza. A ell@s y a tod@s quienes desde hace años han venido apoyado esta lucha, nuestro sincero agradecimiento por el mensaje de esperanza que este histórico acontecimiento significa para el mundo.

(*) La Red Alerta contra el Desierto Verde mantiene un sitio web (en portugués e inglés), con información actualizada sobre la lucha de los Tupinikim y Guaraní entre otros temas. Tod@s quienes quieran contar con más información o ver fotos sobre la demarcación pueden visitar la siguiente página: http://www.desertoverde.org