Brasil: la opción entre la agricultura familiar y el gigante Aracruz Celulose

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En el estado brasileño de Espirito Santo actualmente existen dos sectores de producción distintos enfrentados a situaciones totalmente diferentes.

El primero, que incluye la plantación de eucalipto y la producción de celulosa, está controlado por la compañía multinacional Aracruz Celulose. Este sector, con el apoyo del Banco Nacional de Desarrollo Social y Económico, está en posición de invertir más de mil millones de dólares hasta el año 2002 para la construcción de su tercera fábrica de celulosa y para la ampliación de las plantaciones de eucalipto para garantizar el suministro de materia prima a sus fábricas. Actualmente la compañía posee 138.000 hectáreas de plantaciones de eucalipto en los estados de Espirito Santo y Bahía y necesita agregar aproximadamente 72.000 hectáreas más para poder aumentar su producción anual de celulosa a dos millones de toneladas.

El segundo sector productivo es la agricultura familiar, que produce principalmente café. Este sector, integrado por familias nativas del estado de Espirito Santo, está viviendo una situación de crisis y no está recibiendo apoyo financiero del gobierno para invertir en actividades agrícolas. El bajo precio del café ha llevado a la desesperación a muchos campesinos. Aquellos que en el pasado lograron obtener préstamos, ahora se enfrentan a serios problemas para pagarlos. Vale la pena destacar que solo una minoría de esas familias ha tenido acceso a créditos.

Actualmente es posible percibir un contraste claro y escandaloso entre dos sectores en situaciones totalmente diferentes. Mientras que Aracruz emplea directamente solo 1.689 trabajadores y es propietaria de las fincas más grandes del estado, el sector de agricultura familiar se compone de 70.000 familias, la mayoría de las cuales posee como mucho diez hectáreas de tierra.

Ante esta situación, las organizaciones nucleadas en el Foro Alerta contra el Desierto Verde, en primer lugar deseamos expresar por este medio nuestro apoyo al sector de agricultura familiar, porque puede ofrecer oportunidades de empleo y sustento a la población del Estado de Espirito Santo y también puede evitar la concentración de tierras. Vemos con extrema preocupación la lucha actual entre los dos sectores. En otras palabras, queremos expresar nuestra preocupación por el proceso casi “silencioso” mediante el cual Aracruz Celulose está comprando tierras en el estado de Espirito Santo, aprovechando la crisis actual existente en el área rural y contribuyendo al desempleo y al éxodo rural. La situación se complica todavía más al constatar que las autoridades estatales, en vez de defender los intereses de una parte importante de la población, prefieren defender los intereses de una multinacional y participar de la “euforia” que la rodea.

El Organismo Ambiental Estatal ha tomado claramente ese tipo de actitud, restringiendo y controlando el debate sobre la autorización de la tercera fábrica de celulosa de Aracruz, neutralizando las voces críticas y al final facilitando una aprobación rápida de la nueva planta. Y como si esto no fuera suficiente, todavía insistió en incluir una condición por la cual en el futuro no habrá restricciones respecto a la extensión de plantaciones de eucalipto en nuestro estado, eliminando de esa manera una restricción anterior relativa a la ampliación de los territorios de Aracruz Celulose.

Al mismo tiempo, el INCAPER (Instituto Estatal de Investigación y Extensión Agrícola) y el IDAF (Instituto Estatal de Agricultura y Bosques) han participado activamente en intentar involucrar a los campesinos locales en el programa "Fomento Florestal" (donde los eucaliptos son plantados en tierras de terceros), otra estrategia utilizada por Aracruz para aumentar el área de plantaciones de eucalipto. Según los incontables testimonios de campesinos en las áreas rurales de Espirito Santo, estas instituciones estatales han estado promoviendo el proyecto "Fomento Florestal" como alternativa a la crisis actual, ignorando sus impactos sociales y ambientales. En dicho contexto es importante resaltar que recientemente las autoridades municipales de Sooretama tuvieron la valentía de denunciar la compra de tierras efectuada por Aracruz dentro de dicho municipio.

Tomando en cuenta la posición adoptada por los organismos del estado, fue extremadamente pertinente que se estableciera una Comisión Especial en el Parlamento estatal para investigar la expansión de la plantación de eucalipto en nuestro estado. Se realizaron varias audiencias públicas, incluso una en el poblado indígena de Caieiras Velhas el año pasado, donde varios sectores sociales expresaron su opinión sobre el problema y presentaron acusaciones graves contra Aracruz Celulose. Sin embargo, desde el proceso eleccionario del año pasado, esa comisión no se volvió a reunir y se nos informó recientemente que cesó en sus funciones sin siquiera haber presentado un informe sobre sus actividades y conclusiones.

Deseamos llamar la atención sobre la necesidad de instrumentar con urgencia un debate amplio y público, que reciba la atención adecuada de los medios de comunicación, sobre el proceso de compra de tierras por parte de Aracruz y la ampliación de las plantaciones de eucaliptos en Espirito Santo, y que este proceso sea investigado y seguido por el Ministerio Público. Resulta totalmente inaceptable que el Gobierno estatal, al tiempo que no brinda respuestas coherentes a la grave situación que atraviesa la agricultura familiar, proporcione apoyo amplio a la expansión de decenas de miles de hectáreas de un monocultivo, sin ni siquiera evaluar y controlar sus impactos negativos. Las acciones del gobierno están de acuerdo con la propaganda de la compañía, que intenta claramente confundir a la opinión pública.

Nuestro llamado apela a la defensa de la agricultura familiar, por políticas y financiación que garanticen la generación de ingresos en las áreas rurales, la diversificación de la producción, la agricultura orgánica, la rehabilitación ambiental y la comercialización de productos. En otras palabras, hacemos un llamamiento a luchar por una agricultura sustentable. Este enfoque asegurará sin duda alguna un futuro para los pobladores de Espirito Santo, tanto para los campesinos como para el resto de la población, que podrá beneficiarse de esa producción. Esto es totalmente distinto a lo que sucede con Aracruz Celulose en nuestro estado, donde sus operaciones y acciones han favorecido la concentración de tierras, la concentración de riqueza, el aumento del valor del mercado externo en detrimento de las necesidades locales, la falta de respeto a nuestros valores culturales, el aumento del desempleo y el aumento de los problemas urbanos y ambientales.

Por: Foro Alerta contra el Desierto Verde, Espirito Santo, 10 de mayo de 2001.