Brasil: ¿Nada cambió en 500 años?

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Hace 500 años, conquistadores portugueses en brillantes armaduras utilizaron sus armas modernas contra pueblos indígenas armados con arco y flecha. Ahora, policías en brillante vestimenta anti-motines utilizaron sus modernas armas contra personas desarmadas, incluyendo indígenas, negros y blancos, quienes protestaban contra los festejos oficiales de la llegada de los portugueses en el año 1500. Las fotografías no requieren de explicación. ¿El motivo? Nuevamente "los indios".

Hacia fines de marzo de este año, indígenas de todo el país comenzaron a salir de sus aldeas y a marchar hacia Porto Seguro, el sitio oficial del "descubrimiento", en dirección opuesta a la seguida por los colonizadores europeos en el 1500. Con gran expectativa, la mayoría se reunió el 15 de abril en Monte Pascoal, el parque nacional retomado el año pasado por los Pataxó, que se convirtió así en un potente símbolo de la lucha de todos los pueblos indígenas del país, donde más de la mitad de sus tierras aún no han sido demarcadas. Más de 1500 indígenas se juntaron con las 22 familias Pataxó y festejaron la reunión con rituales, cánticos y discursos, dando su apoyo total a la lucha de los Pataxó.

El día 17 de abril todos se dirigieron a la aldea de Coroa Vermelha, en territorio Pataxó, distante unos 200 kilómetros de Monte Pascoal y cercana al sitio del "descubrimiento: Porto Seguro. Más de 30 ómnibus que los transportaban fueron detenidos por el primero de los numerosos retenes policiales establecidos por el gobierno para asegurar la "seguridad pública", a los que se destinaron más de 5000 efectivos de la policía militar. Los buses sólo fueron autorizados a continuar su camino a través de la intervención directa del Procurador General de la Nación. Arribados finalmente a Coroa Vermelha, al día siguiente inauguraron la Conferencia Indígena 2000, contando con la presencia de 2500 representantes de 186 pueblos indígenas de todo el país, constituyéndose así en la mayor reunión indígena en la historia del Brasil.

A lo largo de los 4 días que duró la conferencia, los indígenas lograron ocupar el primer lugar en las noticias en torno a los acontecimientos de los 500 años, mostrando su fuerza y su indignación frente a los festejos oficiales. Mientras el gobierno preparaba y organizaba festejos muy costosos y excluyentes, ignorando la historia real del país, los indígenas lograron, con mínimos recursos, mostrar al público su historia, su riqueza cultural, su sabiduría y sus propuestas para los próximos 500 años, reivindicando el respeto a sus derechos, principalmente la demarcación de sus tierras, así como salud y educación dignas y adecuadas a su realidad. Mostraron una fuerza y unidad muy reales y verdaderas, en tanto el gobierno intentaba mostrar una falsa unidad de todo el pueblo brasilero y una fuerza basada en la presencia de miles de policías militares.

Finalmente llegó el día 22 de abril, la fecha del “descubrimiento” por Pedro Alvares Cabral en 1500. Debía ser el gran día para el presidente de Brasil, junto con su colega portugués, mostrando al mundo que Brasil es una gran nación con un pueblo feliz: ¡un día de victoria! Pero fue un día de derrota, un día que refleja como el gobierno brasileño trata a su pueblo, sobre todo a los primeros habitantes: los indígenas. Primero intentaron convencer a los 2500 indígenas para que no realizaran su manifestación de protesta el día 22, y que en vez escogieran a 20 representantes para entregar un documento al presidente de la República. Sin embargo los indígenas, conscientes de su historia, no aceptaron esta verdadera manipulación y respondieron con un recado al presidente en el que manifestaban que querían conversar con él, pero en otro momento, porque el día 22 no era un día para salir en una foto con el presidente, sino un día para recordar el genocidio de más de 5 millones de indígenas a lo largo de los 500 años de historia del Brasil.

La respuesta de los indígenas generó una tensión muy grande. El gobierno optó por el camino de la represión total. Impidió la entrada de manifestantes de todo el país a la ciudad de Porto Seguro, impidió que varios movimientos se juntaran e impidió cualquier tipo de protesta. Así atacaron a más de 2000 indígenas en su marcha, con bombas de gas lacrimógeno y balas de goma. De esta manera, el día 22 de abril se convirtió en un día de derrota total para el gobierno brasileño. La imagen del indígena Gildo Terena, pidiendo a los policías de la tropa de choque que detuvieran su violencia, rodó por el mundo, atemorizando al gobierno, siempre preocupado por la imagen de Brasil en el exterior.

Los indígenas, tristes e indignados, pero de cabeza erguida y orgullosos con su resistencia y unidad, tomaron conciencia que están iniciando una nueva etapa en su lucha, percibiendo que nada parece haber cambiado en estos 500 años. El gobierno acabó por darles el mismo tratamiento que les dieron los colonizadores en el 1500, cuando comenzó uno de los mayores genocidios de la historia. Necesitarán recurrir a toda su fuerza y unidad, que estuvieron muy presentes en los días de la conferencia, para entrar en esta nueva fase de la historia brasileña. Y es a partir del Monte Pascoal, sitio del inicio de la colonización, es a partir de su retomada por los Pataxó, que los indígenas prometen con mucha lucha y unidad “retomar” el Brasil y contribuir, con sus derechos plenamente respetados, a la construcción de un país sin exclusiones, verdaderamente pluriétnico y multicultural.

Por: Conselho Indigenista Missionario-ES.