Breve reflexión sobre la respuesta pública de la Fundación Earthworm a un artículo del Boletín del WRM

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Earthworm

El Boletín 274 del WRM incluye un artículo sobre el trabajo de la Fundación Earthworm, titulado ONGs al servicio del saqueo de los territorios: el caso de la Fundación Earthworm (1). En él se describe cómo las grandes empresas que provocan conflictos en los territorios donde operan se benefician de la cooperación con organizaciones como la Fundación Earthworm, mientras la violencia contra activistas comunitarios, los acaparamientos de tierras y las agresiones sexuales contra mujeres continúan. 

Una entrevista en el artículo referenciado ofrece perspectivas comunitarias sobre el trabajo de la Fundación con las grandes empresas de aceite de palma Socfin y Agropalma en Camerún y Brasil, respectivamente. Los relatos ponen en evidencia que, a pesar de las denuncias de las comunidades sobre la violencia a la que están sometidas, la falta de espacios vitales para cultivar alimentos, la contaminación y las agresiones sexuales contra las mujeres dentro de las plantaciones de las empresas, la Fundación Earthworm afirma periódicamente que estas empresas están “progresando” en su modo de operar y en mejorar su relación con las comunidades.

Poco después de publicado el artículo en el Boletín del WRM, la Fundación Earthworn hizo pública una respuesta. (2) En un mensaje de correo electrónico al Secretariado del WRM, fechado el 8 de mayo de 2025, el director de comunicaciones de la Fundación expresó su interés por entablar un “diálogo constructivo” con el WRM para “profundizar el entendimiento mutuo y explorar posibles puntos de coincidencia en nuestro objetivo común: generar cambios positivos para las personas y el planeta”.

Las acciones dicen más que las propuestas de diálogo

El WRM apoya a las comunidades que luchan por recuperar sus tierras. Estas luchas procuran romper con el poder que ejercen las grandes empresas y que les permite aumentar sus ganancias a costa de los demás operando con violencia e impunidad en innumerables casos. Una de las contribuciones del WRM a las luchas comunitarias consiste en denunciar tanto la violencia empresarial estructural así como incidentes específicos, y dar visibilidad a las luchas comunitarias por la tierra. En consecuencia, el WRM no se transformará en un intermediario más en un proceso de “diálogo” que no ha resuelto los conflictos centrales que las comunidades vienen denunciando por años. 
Publicamos el artículo en el Boletín para exponer cómo el trabajo de la Fundación Earthworm con Agropalma y Socfin durante años pueden haber permitido a las empresas difundir políticas y procedimientos muy bien redactados, pero en lo que respecta a las comunidades, los conflictos centrales no se han resuelto.

Por ejemplo, el horror de las agresiones sexuales que denuncian desde hace años las mujeres que viven en torno a las plantaciones de Socfin. El artículo “Las acusaciones de sexo por trabajo se ciernen sobre las plantaciones de caucho de los magnates”, publicado por Bloomberg en abril de 2025, (3) muestra que las agresiones sexuales no se limitan a las plantaciones de Socfin en Camerún. En sus propios informes sobre Socfin, la Fundación Earthworm reconoce que ocurrieron violaciones de mujeres y agresiones sexuales en las plantaciones de esta empresa. (4) Sin embargo, ¿cuáles fueron las respuestas públicas a dicho artículo sobre “denuncias de sexo por trabajo”? En una Carta a la Redacción de Bloomberg, Socfin lamenta que el artículo “presente la violencia sexual como un problema endémico y generalizado en nuestras operaciones, lo cual es algo que no podría estar más lejos de la realidad”. La Fundación Earthworm, por su parte, optó por el silencio, tanto frente a la violencia descrita en el artículo como ante la respuesta de Socfin.

En su respuesta al artículo del Boletín del WRM, la Fundación Earthworm escribe: “Cuando las empresas no demuestran un compromiso genuino o no progresan lo suficiente, no dudamos en desvincularnos”. En varias ocasiones, comunidades en Brasil y Camerún han dejado claro que, por lo que a ellas respecta, ni Agropalma ni Socfin han mostrado un compromiso genuino y que no ven “avances perceptibles” en ponerle punto final a los conflictos y la violencia empresarial. ¿Cuánto tiempo más tendrá que continuar el horror de las agresiones sexuales y las violaciones en las plantaciones de Socfin, por ejemplo, para que la Fundación Earthworm concluya que la empresa no ha progresado lo suficiente como para mantener su vínculo con ella?   

La cuestión, sin embargo, es mucho más profunda que una falta de acuerdo acerca del vínculo de Earthworm con una de las grandes empresas específicas con las que trabaja. Como sostiene Earthworm en su repuesta pública al artículo del WRM, su punto de partida es considerar que las empresas “pueden transformar los impactos negativos de sus operaciones y cadenas de suministro en resultados positivos para las personas y la naturaleza”, siempre y cuando cuenten con estructuras de “liderazgo fuertes y el apoyo adecuado”. Para el WRM, este punto de partida implica invariablemente la aceptación tácita de los masivos acaparamientos de tierra de la época colonial y de la impunidad de innumerables actos de violencia y destrucción por parte de las empresas  pasados y presentes. Implica aceptar lo que los ejecutivos empresariales  estén dispuestos a conceder en lugar de aceptar lo que las comunidades reclaman y les corresponde como derecho. En pocas palabras, la Fundación Earthworm y el WRM han elegido lealtades diferentes. La violencia, el acaparamiento de tierras, la contaminación y las agresiones sexuales contra las mujeres forman parte del modelo empresarial corporativo de obtener ganancias de la explotación de las comunidades y sus tierras. Acabar con esta violencia implica acabar con el control de las empresas sobre las tierras comunitarias.

Nosotras y nosotros nos mantenemos firmes al lado de los pueblos de los bosques que exigen justicia y el fin del control empresarial sobre sus tierras.

Secretariado del WRM 


Referencias:

(1) Boletín WRM 274. ONGs al servicio del saqueo de los territorios: el caso de la Fundación Earthworm.

(2) Réplica de la Fundación Earthworm al artículo del Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales (WRM).

(3) Sex-for-Work Allegations Hang Over Tycoons’ Rubber Plantations. Artículo del 16 de abril de 2025 en Bloomberg, y Carta a la Redacción ‘Socfin Responds to Bloomberg Story on Rubber Plantations’.

(4) En los cuatro informes de investigación de la Fundación Earthworm sobre Socapalm, la filial de Socfin en Camerún, se reconoce que en las plantaciones de Socfin han ocurrido agresiones sexuales.