Colombia: la represa Urrá y la muerte del río Sinú

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El megaproyecto de la represa Urrá sobre el Río Sinú, en el Departamento de Córdoba, situado en la región atlántica de Colombia, constituye una catástrofe ambiental así como un desastre completo para la población local. La represa, construída por la empresa Urrá y apoyada abiertamente por el gobierno colombiano --que considera al proyecto vital para la economía del país-- inundará más de 7.000 hectáreas de bosques y afectará directamente los medios de vida y la propia existencia del pueblo indígena Embera Katío y de las comunidades de pescadores del área.

La historia de Urrá es larga y dolorosa. El proyecto ha generado preocupación y resistencia desde su inicio en el año 1977. Los Embera Katío, moradores ancestrales de la zona afectada, que viven de la caza y de la pesca, y las comunidades de pescadores del Alto Sinú, apoyados por organizaciones nacionales e internacionales, se han pronunciado reiteradamente en contra de este megaproyecto y han recurrido a todas las vías pacíficas posibles, entre las cuales juicios en los tribunales, entrevistas con autoridades, ocupación de edificios ministeriales y resistencia a abandonar sus tierras. Sin embargo, tanto Urrá como el Ministerio de Medio Ambiente los han ignorado, al igual que a varias resoluciones de la Alta Corte Constitucional de Colombia. Los trabajos siguieron adelante y en noviembre de 1999 comenzó el llenado del reservorio de la represa Urrá 1 sobre el Río Sinú.

Mientras tanto Urrá también ha procurado generar discordia entre los Embera Katío para debilitar su resistencia, mediante la celebración de acuerdos parciales con algunos de los grupos en detrimento del resto. Durante esta lucha desigual, los Embera Katío y los pescadores, así como muchos de quienes los han apoyado, han sido objeto de graves violaciones de los derechos humanos. Ha habido personas muertas, amenazadas y forzadas al exilio. El Departamento de Córdoba, donde se levanta la represa, está controlado por grupos paramilitares.

Una misión internacional de observadores independientes que visitó el área del conflicto en marzo de 2000 confirmó los impactos ambientales y sociales del proyecto. Aguas abajo de la represa el nivel del río ya ha descendido drásticamente, lo que ha provocado el colapso de las márgenes y la inminente destrucción de las viviendas de los pobladores de la zona. La población del pez “bocachico” --que constituye la más importante fuente proteica de los Embera Katío y el producto básico de la economía de los pescadores locales-- ha descendido notoriamente debido a la rápida desecación de los humedales de Góngora Grande de Lorica y de otros humedales del Alto Sinú provocada por la reducción de los flujos naturales del río tras la construcción de la represa. El reservorio fue rellenado sin remover previamente la biomasa existente, lo que determinará la eutrofización de las aguas y el aumento de las emisiones de metano y dióxido de carbono, los más importantes gases de efecto invernadero. En varios lugares próximos a la represa se está cortando y quemando el bosque, lo que promueve todavía más el proceso de sedimentación en el reservorio.

La pérdida de sus tierras por parte de los Embera Katío es total. Por otra parte, los que viven aguas arriba no tienen cómo evitar la inundación de sus campos, casas, sitios sagrados y cementerios. Los efectos son también evidentes aguas abajo. Debido a la alteración del sistema hídrico, el flujo natural ha mermado y la calidad del agua se ha deteriorado, afectando de ese modo la red trófica. Se temen ulteriores impactos en el plankton, la vegetación riparia, invertebrados, pájaros y otros animales. El río Sinú se está muriendo.

¿Qué habrá de suceder con los pueblos indígenas y los pescadores desplazados de su mundo en contacto con la naturaleza? Sin tierra ni recursos y privados de su propia cultura se verán forzados a instalarse en los cinturones de miseria existentes en las principales ciudades del país. "Dueda tu beu ea embera neta Embera ea" (“La vida y la dignidad de los Embera Katío no serán sofocadas”) es el lema de una lucha que continúa para evitar un futuro tan terrible.

Artículo basado en información obtenida de: “Informe Final de la Misión Internacional de Observación para Evaluar la Situación de los Pueblos U’wa, afectados por Occidental, y Embera-Katío y Comunidades de Pescadores y Campesinos del Bajo Sinú, afectados por la represa Urrá. Colombia, Marzo 15-21, 2000” por la Misión Internacional de Observación. Berkeley/Quito, 25 de mayo de 2000; Boletines del WRM nros. 29 y 30.