Crisis de derechos humanos en plantaciones de palma aceitera de Indonesia

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Un nuevo informe, publicado en noviembre de 2011, expone cómo la policía local de la provincia de Jambi, en la isla indonesia de Sumatra, trabajando con el personal de las plantaciones de palma aceitera, sistemáticamente expulsó a los habitantes de tres aldeas, disparando armas para asustarlos y usó luego maquinaria pesada para destruir sus casas y arrasar los pisos de hormigón que luego fueron arrojados en los arroyos vecinos. Esas operaciones fueron realizadas durante una semana, a mediados de agosto, y ya han desencadenado una controversia internacional. Andiko, director ejecutivo de la ONG indonesia de derechos humanos, HuMa, dijo:

Las expulsiones a punta de revólver y la destrucción de los hogares de hombres, mujeres y niños, sin preaviso y sin una orden de la corte, constituyen una grave violación de los derechos humanos y son contrarias a las normas policiales. La compañía debe ahora reparar los daños, pero también se debe investigar a los autores individuales y castigarlos como indica la ley.

Esto ocurrió en agosto de 2011, en la concesión de 20.000 hectáreas de palma aceitera de PT Asiatic Persada, una filial del Grupo Wilmar que es propietario del 51% de dicha empresa. El Grupo Wilmar de Singapur está representado en el Consejo Directivo de la Mesa Redonda sobre el Aceite de Palma Sostenible (RSPO por sus siglas en inglés) y, además de poseer más de 600.000 ha de plantaciones en Malasia e Indonesia, tiene planes de expandirse en otros continentes, es el mayor comerciante de aceite de palma del mundo y posee plantas de procesamiento en Sumatra y Europa. Abetnego Tarigan, Director Ejecutivo de la ONG indonesia SawitWatch, que también es miembro del consejo de la RSPO, declaró:

Francamente, estamos muy decepcionados. Es de suponerse que los miembros principales de la RSPO siguen escrupulosamente los criterios acordados, que incluyen respetar los derechos consuetudinarios de los pueblos y resolver los conflictos. Las compañías afiliadas a la RSPO deberían ayudar a las comunidades, y no recurrir a tácticas represivas de otros tiempos.

Como se explica en el informe, detrás de los problemas actuales está un conflicto de larga data con las comunidades cuyas tierras fueron invadidas por la plantación de palma aceitera sin reconocer sus derechos, sin compensación y sin su consentimiento. Wilmar, que posee la plantación desde 2006, se ha negado a reconocer los derechos territoriales de las comunidades, o a ofrecerles pequeñas propiedades dentro de la concesión; en cambio, les ofreció acciones de una empresa conjunta (50/50) en una plantación de 1.000 ha situada más al oeste. Algunos miembros de la comunidad, que aceptaron ese plan, lo rechazaron luego, afirmando que les había aportado pocos beneficios y aún más conflictos.

El Forest Peoples Programme, que coordinó la investigación de campo, señala que las ONG han presentado una denuncia contra Wilmar ante la oficina Asesor en Cumplimiento/Ombudsman (CAO) de la Corporación Financiera Internacional. Las reclamaciones previas habían logrado que el Banco Mundial suspendiera toda financiación al sector del aceite de palma en el mundo entero. Hoy en día, la CAO está aún haciendo de mediador en las disputas entre las filiales de Wilmar y las comunidades. Sin embargo, en Jambi, esos esfuerzos fracasaron en junio de este año.

Ahora, la CAO ha aceptado volver a examinar la reclamación, y la compañía, algunos representantes de la comunidad, el gobierno local y algunas ONG locales también han estado de acuerdo en que dicho organismo mediara en el diferendo. Mientras tanto, el problema sigue sin resolver y otros activistas, impacientes ante la lentitud del proceso, llevaron sus quejas a Alemania donde, con la ayuda de ONG alemanas, manifestaron frente a las plantas de procesamiento de aceite de palma en Hamburgo. Las ONG alemanas exhoraron a la empresa Unilever, uno de los mayores consumidores de aceite de palma del mundo, a no hacer más negocios con Wilmar.

SawitWatch, la ONG indonesia que monmitorea el sector del aceite de palma, identificó a través de su propia red 663 casos de conflictos territoriales entre las comunidades y las plantaciones de palma aceitera en Indonesia. Por su parte, la Agencia Nacional del Territorio del gobierno de Indonesia admitió que tenía registrados unos 3.500 casos similares.

El problema que subyace tras estos conflictos desesperados es que, a diferencia de las obligaciones internacionales de Indonesia en cuanto a los derechos humanos, las leyes nacionales apenas reconocen los derechos consuetudinarios de las comunidades rurales. Se ha titulado menos del 40% de las tierras. A pesar de que el país es el tercero del mundo en cuanto a población, el gobierno trata más del 80% del territorio nacional como propiedad estatal y, con toda liberalidad, cede tierras a las empresas forestales, mineras y de plantación, sin el consentimiento de las comunidades. Algunos estudios académicos muestran que los arreglos que ofrecen hoy a la población local las compañías de palma aceitera son peores que durante la dictadura del Presidente Suharto. Repetidas veces, los órganos del tratado sobre los derechos humanos de las Naciones Unidas han llamado la atención al gobierno indonesio sobre estos problemas, y lo han exhortado a reformar las leyes para reconocer los derechos de los pueblos indígenas y las comunidades locales. Sin embargo, el gobierno indonesio no ha respondido siquiera a la ONU, aparentemente ignorando su obligación de proteger los derechos de los ciudadanos.

Un estudio más amplio, de alcance regional, sobre la expansión de la palma aceitera en el Sudeste Asiático, también publicado por el Forest Peoples Programme y SawitWatch en noviembre pasado, muestra que, cuando los derechos comunitarios están mal protegidos y las leyes poco aplicadas, la palma aceitera sigue expandiéndose por medio del acaparamiento de grandes extensiones, provocando conflictos, represión y más violaciones de los derechos humanos. El mismo patrón se reproduce en Camboya, Filipinas, Indonesia, Malasia e incluso Papúa Nueva Guinea. Por el contrario, cuando las tierras de los agricultores son más seguras, como sucede en las tierras bajas de Tailandia, los pequeños propietarios eligen qué cultivar y pueden comerciar sus productos independientemente, aplicando sus propios términos, con lo cual la gente del lugar obtiene mejores resultados. El estudio muestra también que esa expansión en el Sudeste Asiático se debe no sólo a la demanda mundial de aceite de palma, que está aumentando exponencialmente, sino también a las políticas nacionales de desarrollo de ese cultivo para el mercado local, para ahorrar divisas y fomentar la seguridad energética.

En diciembre, la Comisión Indonesia de Derechos Humanos convocó a una reunión regional de las comisiones nacionales sobre derechos humanos del Sudeste Asiático, KOMNASHAM, con el fin de estudiar esos problemas. De esa reunión salió la“Declaración de Bali sobre los Derechos Humanos y la Agroindustria” , que exhorta a los Estados de la región a garantizar los derechos de las comunidades locales y los pueblos indígenas, en especial el derecho a la alimentación, y a establecer marcos más estrictos que obliguen a las compañías a respetar los derechos humanos.

Enlaces:

Para obtener copias del nuevo informe sobre violaciones de derechos humanos en Jambi, Indonesia, ver: http://www.forestpeoples.org/sites/fpp/files/publication/2011/11/
final-report-pt-ap-nov-2011-low-res-1.pdf 
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Por información detallada sobre los problemas en materia de derechos humanos en el sector del aceite de palma, ver:http://www.forestpeoples.org/sites/fpp/files/publication/2010/08
/palmoilindigenouspeoplesoutheastasiafinalmceng_0.pdf 
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Para ver el nuevo informe sobre la expansión del aceite de palma en el sudeste asiático: http://www.forestpeoples.org/sites/fpp/files/publication/2011/11/
oil-palm-expansion-southeast-asia-2011-low-res.pdf 
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Para ver la Declaración de Bali, ver:http://www.forestpeoples.org/sites/fpp/files/publication/2011/12/final-bali-declaration-adopted-1-dec-2011.pdf .

Por información sobre la acción de protesta en Alemania, ver:http://www.regenwald.org/news/palmoel/3933/tagliche
-news-zu-dem-indonesier-besuch-die-indonesier-in-deutschland 
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Este artículo fue compilado por Marcus Colchester, del Forest Peoples Programme,http://www.forestpeoples.org/