¿Cuál es el futuro de la certificación del FSC en Sudáfrica?

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El logo del Forest Stewardship Council (FSC) con su bonito árbol, adorna tanto los productos de plantaciones industriales de árboles exóticos, como los productos auténticos (o sea provenientes de bosques). Podría significar prácticamente cualquier cosa para la persona promedio que compra esos productos, pero resulta claro que la intención del logo es ayudar a la venta de los productos maderables en cuestión.

Lo que esperan los que lo utilizan es que los clientes potenciales experimenten sentimientos buenos y cálidos cuando deciden comprar muebles u otros artículos de madera que tengan el logo. La publicidad que precede a esas decisiones garantiza bien la aceptación: los compradores cautivados que tienen un mínimo nivel de conciencia social o ambiental, son presa fácil ¡aún cuando signifique pagar un recargo por el privilegio!

La expresión "bosques manejados en forma sustentable" evoca imágenes de bosques silvestres llenos de vida, donde sólo se talan algunos árboles seleccionados de manera criteriosa. La impresión creada (totalmente falsa) es que la compra de productos de madera de árboles como ésos proporciona algo así como un salvoconducto que avala que no se ha hecho nada incorrecto.

Si bien hay bosques verdaderos con árboles que sirven para el uso humano, también hay muchos lugares en los que nunca creció un bosque, impostores, que se burlan de siglos de aprovechamiento sabio y criterioso de la generosidad de la Naturaleza, cosas falsas o mentirosas descritas en forma poco clara para engañar a hombres y mujeres: las plantaciones industriales de árboles para producción de madera.

Se debe hacer creer a la humanidad que la codicia es buena, que la guerra es paz, que la destrucción es desarrollo, que lo malo es lo correcto. Que los monocultivos de árboles exóticos impuestos a los pueblos y sus tierras son BOSQUES.

¡¡Bosques un cuerno!! ¡Cualquier cosa menos eso! Más se parecen a una nueva forma de Apartheid que expulsa a los pueblos de sus tierras.

¿Estamos intentando hacer creer a todo el mundo que el propósito de la vida es agotar los recursos de nuestro planeta en el plazo más corto posible? Hay quienes creen que sería bueno para la economía mundial. Cada gota de agua, cada pulgada de tierra, cada ser viviente, debe estar bajo el control o la propiedad de las empresas. Y una forma de lograrlo son las plantaciones. ¡Alabemos a la todopoderosa Ganancia!

Quienes quieren robarle al futuro promueven el mito de que el crecimiento sostenido del consumo equivale a poner límites adecuados a la utilización de los recursos. ¡También venden la mentira "chatarra" de que los bosques falsos pueden sustituir a los auténticos, y que el mundo podrá seguir gastando madera sin preocuparse!

Ignoremos las consecuencias: ¡destrucción de la biodiversidad, contaminación y pérdida de recursos hídricos; pérdida de formas de sustento y hambre! ¿Quién tiene derecho a afirmar que sus acciones son sustentables? Sólo las generaciones futuras podrán juzgar lo que hacemos hoy.

El FSC realmente apuntaba a hacer lo correcto. Realmente deseaba dar a los consumidores una opción que beneficiara a todos, intentando quitarle presión a los bosques utilizados en exceso y mal manejados, y también asegurar que se recompensara el buen comportamiento de las empresas.

Pero el punto de partida es que las plantaciones no son bosques. La aparente similitud es sólo eso. Bosques y plantaciones son muy diferentes en muchos aspectos. Sólo la ignorancia, la estupidez o el engaño deliberado puede sostener lo contrario. Si es necesario tener algunas plantaciones de madera, como sucede en Sudáfrica, por supuesto que hay que tener un sistema de certificación de la madera proveniente de plantaciones bien manejadas, ubicadas en lugares adecuados y que beneficien a los pobladores locales.

La madera que actualmente producen y exportan sin procesar los llamados países en desarrollo, debería ser procesada y dotada de valor agregado en los lugares donde se necesita más empleo: es decir dentro de esos mismos países, en el área donde crecen los árboles, y con el trabajo de los pobladores locales. El FSC debe fijar un conjunto de pautas totalmente diferente para que los propietarios de plantaciones industriales de madera las apliquen en su actividades. También debe diseñar un símbolo adecuado que indique que se trata de una "plantación" en contraposición a un "bosque", y debe educar tanto a los productores como a los consumidores de madera.

Si el FSC continúa transitando el camino equivocado que sigue en la actualidad, desvirtuará todos sus logros positivos.

Por: Wally Menne, Timberwatch, correo electrónico: plantnet@iafrica.com , http://www.timberwatch.org.za