Economía ‘verde’: violencia, hipocresía y destrucción de la vida

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Las consecuencias del caos climático son cada vez mas frecuentes y devastadoras, desde olas de calor y sequías hasta tormentas e inundaciones extremas. Todxs lo sabemos, pero solo algunxs se ven obligadxs a convivir con lo que esto implica, principalmente comunidades en el Sur global. Aún así, los gobiernos, las Naciones Unidas, las corporaciones y todos sus aliados, siguen poniendo los intereses económicos por encima de la vida, promoviendo la llamada ‘economía verde’.

El problema de fondo de la economía ‘verde’ es que permite y legitima un sistema económico dependiente del creciente consumo y producción de combustibles fósiles. Ya se ha documentado ampliamente que, en su gran mayoría, la extracción, el transporte, el procesamiento y la producción de combustibles fósiles ha conllevado actividades sumamente violentas y destructivas a lo largo de la historia. Actividades que, además, sabemos son la real causa del caos climático. (1)

Las campañas y políticas ‘verdes’ que intentan vendernos la idea de que es posible afrontar el caos climático sin reconocer el vínculo directo entre las emisiones contaminantes y las estructuras de poder (basadas en el capitalismo,  el racismo, el colonialismo y el patriarcado), buscan distraernos de las  causas reales y de los  verdaderos responsables del caos climático y de las injusticias sociales.

Es importante resaltar que el aumento en el uso de ‘energías renovables’ no se ha traducido en una disminución en el uso de combustibles fósiles. (2) Esto significa que las supuestas ‘energías renovables’ no están sustituyendo sino, por el contrario, están contribuyendo al aumento del consumo de energía. Y también provocan - con sus megarepresas, industrias eólicas, generación de ‘bioenergía’ a base de pellets de madera o aceite de palma, entre otros -  acaparamiento y destrucción de tierras, y violencia sobre comunidades, principalmente en el sur Global, y principalmente sobre las mujeres.

Este boletín comparte seis artículos que buscan alertar sobre aspectos nocivos de la ‘economía verde.’ Los artículos desde Pará, Brasil, y el Delta de Saloum, Senegal, nos evidencian las amenazas de los mecanismos de compensación de carbono (REDD y ‘carbono azul’) sobre las comunidades, y como éstos sirven a los intereses de las empresas más destructoras del planeta y de sus gobiernos aliados. Otro artículo pone al descubierto el rol esencial y malicioso de las empresas que certifican los créditos de carbono. Sumado a ello, desde Kalimantan, Indonesia, y Chiapas, México, grupos de mujeres nos cuentan sobre los nefastos impactos de las plantaciones de palma aceitera así como sobre la importancia de la resistencia de mujeres organizadas. Y otro artículo nos cuenta cómo la venta de plantaciones de monocultivo de árboles en Corrientes, Argentina, que ya han tenido impactos devastadores, podría convertirlas en sumideros de carbono y/o en pellets para la generación de la mal llamada ‘bioenergía’.

La economía ‘verde’ mantiene sin cuestionar la lógica económica de crecimiento constante de acumulación de ganancias (y de injusticias). En junio de 2023 un estudio reveló que de las 100 empresas de petróleo y gas más importantes del mundo, ninguna (cero) se ha comprometido a detener la expansión de sus actividades fósiles antes del 2030. (3) En 48 de los 55 países africanos, empresas de petróleo, gas y carbón están explorando o explotando nuevas reservas fósiles, construyendo nuevas infraestructuras como gasoductos o terminales de gas natural licuado o desarrollando nuevas centrales eléctricas de gas y carbón. (4) Además, más de 6.500 inversores institucionales poseen bonos y acciones de empresas de carbón, petróleo y gas por un valor total de 3,07 trillones de dólares. (5)

Se escucha en las noticias todo el tiempo cómo el caos climático está generando más destrucción, migraciones forzadas, hambrunas, pérdida de medios de vida, entre muchos otros impactos terribles. La economía ‘verde’, sin embargo, está expandiendo estos impactos. No sólo porque empeora el caos climático con todas sus consecuencias serias y reales, sino también porque sus mecanismos y proyectos permiten que más territorios y bosques comunitarios sean acaparados por intereses económicos. La economía ‘verde’ nace del mismo sistema económico violento, patriarcal, colonial y racista de antes; y lo fortalece.

(1) WRM, ¿Todos los tipos de carbono son iguales? Carbono fósil, violencia y poder.
(2) Our World in Data, Energy Mix.
(3) World Benchmark Alliance, 2023 Oil and Gas Benchmark.
(4) Who is Financing Fossil Fuel Expansion in Africa?
(5) Urgewald, Fossil Fuel Investment Report