El UNFF debe reconocer que las plantaciones no son bosques

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El Foro de las Naciones Unidas sobre Bosques (UNFF por sus siglas en inglés) se reunirá en Ginebra del 26 de mayo al 6 de junio. Distintas ONGs y OPIs han expresado algunas de sus preocupaciones a la Secretaría del UNFF en abril de este año (ver http://www.wrm.org.uy/pedidos/abril03.html), concluyendo que "si estos puntos no se tratan a la brevedad, el UNFF perderá su credibilidad ante los grupos de la sociedad civil y los pueblos indígenas, y posteriormente ante los gobiernos".

El UNFF surgió del proceso de la Cumbre de la Tierra de 1992, donde los gobiernos reconocieron la crisis de los bosques y aceptaron la necesidad de iniciar un proceso que abordara el problema. Como resultado se creó el Panel Intergubernamental sobre Bosques (IPF por sus siglas en inglés), sucedido por el Foro Intergubernamental sobre Bosques (IFF por sus siglas en inglés) y finalmente por el actual UNFF.

La misión de todos estos procesos ha sido básicamente la misma: "elaborar políticas coherentes que promuevan el manejo, conservación y desarrollo sustentables de todo tipo de bosques" (http://www.un.org/esa/forests/about-history.html). Sin embargo, el proceso en su conjunto poco tiene para mostrar en materia de logros en la instrumentación de su mandato, y los bosques siguen desapareciendo a una velocidad alarmante.

A pesar de esta realidad, algunos gobiernos insisten en que la situación ha mejorado en muchos casos y que la "cobertura forestal" de hecho ha aumentado. Incluso tienen cifras para demostrarlo. Pero no es cierto. El aumento de la llamada "cobertura forestal" se debe a que los monocultivos de especies exóticas de árboles se incluyen dentro de la categoría "bosques", ocultando así las tasas de deforestación reales.

Increíblemente, el UNFF y sus predecesores (el IPF y el IFF) todavía insisten en considerar a las plantaciones como "bosques plantados", volviendo así imposible el apoyo que podrían brindar al proceso las numerosas comunidades afectadas por las plantaciones y las ONGs y OPIs que apoyan a estas comunidades.

Varios eventos ocurridos durante los primeros meses de 2003 muestran claramente este divorcio.

La oposición de la sociedad civil a las plantaciones se expresó en varios eventos, comenzando en enero, cuando varias ONGs latinoamericanas que asistían al Foro Social Mundial en Brasil se reunieron para compartir su preocupación sobre la promoción de las plantaciones de árboles en gran escala en esa región. Como resultado se creó la Red Latinoamericana contra los Monocultivos de Árboles, para coordinar acciones contra las plantaciones.

En abril, un seminario-taller organizado por el gobierno de Ecuador para discutir un plan nacional de forestación y reforestación culminó con una fuerte declaración de los representantes de las comunidades indígenas y campesinas, quienes denunciaron que "las plantaciones forestales comerciales a gran escala, especialmente en monocultivos, no son una alternativa de desarrollo, que por el contrario provocan problemas"... "porque las plantaciones no son bosques" (ver artículo sobre Ecuador en este boletín).

A comienzos de mayo, varias ONGs de Tailandia, Camboya, Laos y Vietnam organizaron un "Taller regional sobre plantaciones comerciales de árboles en la región del Mekong", con el objetivo de organizar la oposición regional a la diseminación de este tipo de plantaciones, que ya han demostrado tener un impacto negativo sobre los pobladores y el medio ambiente, en especial en Tailandia, país que cuenta con una larga historia al respecto.

A mediados de mayo, distintas organizaciones sociales y ambientales brasileñas se reunieron en el estado de Minas Gerais para fortalecer la Red contra el Desierto Verde (expresión con que se conoce a las plantaciones de eucalipto) incorporando organizaciones de ese estado a la red ya organizada en los estados vecinos de Espírito Santo, Bahía y Río de Janeiro.

Mientras los pobladores locales afectados por las plantaciones organizan formas de oposición para combatirlas --la red sudafricana Timberwatch Coalition es otro ejemplo en ese sentido--, el UNFF organiza foros para promoverlas. En marzo, varios gobiernos y organizaciones internacionales organizaron una reunión Intersesional del UNFF denominada "Reunión de expertos sobre el papel de los bosques plantados en el manejo sustentable de bosques", que tuvo lugar en Nueva Zelandia. La mayoría de los países organizadores tienen extensas plantaciones comerciales (por ejemplo Australia, Argentina, Canadá, Chile, Malasia, Nueva Zelandia y Sudáfrica) y el motivo obvio de la reunión fue continuar proporcionando apoyo (por parte del UNFF) a la promoción de las plantaciones.

Resulta triste constatar la brecha cada vez mayor que existe entre el UNFF y las organizaciones locales en este tema, pero la solución es --en teoría-- bastante simple. El UNFF debe centrar su actividad en la protección de los bosques, como establece su mandato, y distanciarse de las plantaciones de monocultivos de árboles, que no están dentro de su misión. En vez de consultar "expertos", los funcionarios del UNFF y los delegados gubernamentales deberían consultar a las comunidades de Chile, Brasil, Colombia, Sudáfrica, Indonesia, Malasia, Tailandia, Nueva Zelandia, Australia, España o Portugal, por mencionar solo algunas, si consideran que las plantaciones son bosques. La respuesta sería muy clara: ¡Por supuesto que no!

Si el proceso del UNFF pretende tener un impacto positivo sobre la conservación de los bosques --que creemos es el objetivo de muchos de sus funcionarios y delegados-- debe reconocer que las plantaciones no son bosques. Esto permitiría al Foro centrar sus actividades en la verdadera razón de su existencia: "crear políticas coherentes que promuevan la gestión, conservación y desarrollo sustentables de todo tipo de bosques".