¡Feliz año nuevo! … a pesar de todo

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Comienza un año nuevo. Pero el cambio en el calendario no implica necesariamente un cambio en la agudización de los procesos de dominación y destrucción que son motivo de las luchas y la resistencia de numerosos pueblos y comunidades, así como de las organizaciones sociales que los acompañan.

No obstante, es un momento simbólico para hacer un alto, mirar hacia atrás y hacia adelante, juntar fuerzas, flamear banderas, tener esperanzas.

Y al mirar, lo que se ve es que los procesos directos e indirectos causantes de la deforestación tienen la misma raíz que los que lesionan los derechos de comunidades indígenas y campesinas sobre sus territorios; y en la privatización de los ríos por la construcción de las mega represas encontramos los mismos factores que están detrás de la minería en gran escala, que también desplaza comunidades y altera ecosistemas. Y así seguimos con la larga lista de actividades extractivas: petróleo y contaminación, granjas camaroneras y destrucción de manglares, expansión de monocultivos industriales y pérdida de la soberanía alimentaria. Detrás de todo eso están los nuevos reyes “Midas” del capitalismo neoliberal y globalizante, las grandes transnacionales que quieren convertir todo lo que tocan en oro – en su versión moderna de mercancía y activos financieros -, y que nos someten, como en el referido cuento, al riesgo de dejarnos sin alimentos, ocupando los territorios para sus monocultivos en gran escala.

Pero en el horizonte también vemos que, así como los problemas se unen, las luchas deben unirse: los indígenas por sus bosques y su identidad, los campesinos y campesinas por sus tierras y semillas, las mujeres, las minorías discriminadas, los pueblos desplazados, las mayorías explotadas, la defensa de los bosques, las praderas, las montañas, las llanuras, los ríos, los mares – todo ese conjunto y más, que sufre cada vez que el mundo globalizado enciende sus motores, prende sus chimeneas, manipula los genes, tiende la mesa.

Habrá que seguir en el camino, alertando, apoyándonos, para enfrentar las sucesivas crisis, la inestabilidad, la incertidumbre. Habrá que seguir trabajando en la construcción entre todos y todas de mundos solidarios y amorosos. Los pueblos, las comunidades, la gente organizada tienen esa tarea por delante. Y es hermosa. Por eso cabe decir ¡Feliz Año Nuevo!