Indonesia: la amenaza de la industria de celulosa y papel en Kalimantan

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El crecimiento del sector de celulosa y papel, que se ha registrado en Indonesia desde fines de la década de 1980, se basó en la corta de vastas áreas de selva --estimada en al menos 800.000 hectáreas anuales-- la expansión de los monocultivos forestales, la violación de los derechos territoriales de los pueblos indígenas y el otorgamiento oficial de subsidios a las empresas, que con frecuencia ha servido como pantalla a prácticas corruptas (ver Boletín 41 del WRM).

A pesar de que esta actividad es probadamente insustentable desde el punto de vista ecológico, social e incluso económico, el sector sigue expandiéndose. La construcción de una planta de celulosa en Kalimantan del Sur, prevista para junio de este año, está generando preocupación a nivel de las organizaciones ambientalistas. La proyectada planta, con una producción esperada de 600.000 toneladas al año, se localizará en Sungai Danau en el Distrito Kotabaru y habrá de ser la primera que se instala en la región. La misma es parte de un plan a nivel oficial para atraer industrias e inversores extranjeros. El gobierno de Kalimantan del Sur, que está promoviendo entusiastamente un programa de industrialización --que incluye también minería y una nueva planta de cemento-- está respaldando esta iniciativa. Por su parte capitales transnacionales están prontos para invertir. Se ha formado una joint-venture millonaria entre la empresa maderera indonesia PT Marga Buana Bumi Mulia y un consorcio de inversores extranjeros de ocho países, que no han sido todavía identificados completamente. Según el diario de circulación nacional Kompas, la empresa Akzo-Nobel, con sede en Holanda, está participando del proyecto. También estarían formando parte del mismo un grupo de empresas alemanas, que las autoridades de Kalimantan del Sur contactaron el año pasado durante la Expo 2000 en Hannover. PT Marga Buana Bumi Mulia es propiedad de Prodosutedjo, hermanastro del ex-dictador Suharto, quien viene siendo investigado por el colapso de un banco del que formaba parte y quien también ha sido severamente cuestionado por el uso presuntamente doloso de U$S 15,5 millones que recibió del Fondo de Reforestación con la finalidad de instalar 70.000 hectáreas de plantaciones forestales en Menara Hutan Buana. Parece ser que, en lo que tiene que ver con la corrupción, la época de Suharto todavía no ha terminado en Indonesia.

La materia prima para la proyectada fábrica de celulosa provendrá de 240.000 hectáreas de plantaciones de acacia, pino y albizia, 80.000 de las cuales son propiedad de Probosutedjo. Sin embargo se teme que, como sucede habitualmente, se use también madera de bosques de Kalimantan Oriental y Central, dado que los bosques de Kalimantan del Sur ya han sido talados. La promesa de puestos de trabajo y prosperidad para las comunidades locales no podía estar ausente. Se informa que un funcionario local aseguró que la planta empleará a 20.000 personas durante su construcción y 200.000 trabajadores cuando esté en la fase operativa. Eso suena completamente absurdo y en verdad nadie sabe a ciencia cierta qué sucederá con la nueva planta en materia de empleo. No se ha revelado qué agentes están financiando la iniciativa y quién es responsable por el trabajo de consultoría, aunque se sabe que la Agencia de Crédito a las Exportaciones de Alemania está comprometida en el proyecto.

Si bien un portavoz del Departamento Forestal local desestimó los temores expresados por las ONGs en el sentido de que la nueva planta en Kalimantan del Sur habría de generar los mismos problemas que la planta de Indorayon en Sumatra del Norte, según lo que ha sido la historia del sector en Indonesia es razonable esperar que se darán impactos ambientales y sociales negativos. ONGs preocupadas están preparando un taller nacional sobre “Agencia de Crédito a las Exportaciones y la industria de celulosa y papel en Indonesia”, a realizarse en abril próximo. Del mismo participarán individuos y ONGs de las regiones donde hay este tipo de fábricas. El evento es considerado un encuentro estratégico en la lucha contra la industria de celulosa y papel y especialmente importante para frenar este nuevo proyecto.

Artículo basado en información obtenida de: Titi Soentoro, 2/2/2001, Down to Earth Campaign, 18/1/2001;