Madereo legal e ilegal en Vietnam

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El madereo ilegal es moneda corriente en Vietnam. Los periódicos vietnamitas informan frecuentemente de nuevos escándalos en materia de madereo. Algunos ejemplos del año pasado ilustran el tema. En enero, el periódico “ People's Army Newspaper” (del Ejército Popular) contó del arresto del “conocido comerciante maderero” Nguyen Van Hung. En junio, el “Labour Newspaper” informó que hombres de la guardia del ferrocarril habían interceptado el transporte por tren de madera extraída ilegalmente. Y en noviembre finalizó el mayor juicio realizado hasta ahora por madereo ilegal en las montañas de la zona central. Pioneer informó que el Tribunal Popular de Kon Tum sentenció a 19 personas, entre ellas 10 funcionarios de gobierno, por madereo ilegal y por haber recibido sobornos.

Pamela McElwee, estudiante de doctorado de la Escuela Forestal y de Estudios Ambientales de la Universidad de Yale, ha investigado el madereo ilegal en Vietnam durante varios años. En un artículo de reciente aparición, “You say illegal, I say legal" (Usted dice ilegal, yo digo legal), expone algunas de las cuestiones planteadas por la tala ilegal en Vietnam.

McElwee compara las grandes actividades de extracción ilegal de madera con las “pequeñas acciones de cientos de miles de leñadores locales que necesitan desesperadamente madera”. Explica que si bien el Estado a menudo culpa a la población local por la deforestación, de hecho el propio Estado ha “contribuido de manera significativa” al problema.

Cuando el gobierno nacionalizó los bosques del país (a mediados de la década de 1950 en Vietnam del Norte, y después de la reunificación del país en 1975 en el sur), los entregó al sistema de Empresas Forestales del Estado. “El Estado, y no la población local, taló vastas extensiones en las montañas de Vietnam, hasta dejarlas completamente desnudas”, escribe McElwee.

McElwee hace referencia a una evaluación de las acciones de Unión Industrial-Agrícola-Forestal Easup. Formada en 1979 en la provincia Dak Lak, en las montañas centrales, la Unión supuestamente debía apoyar a 200.000 personas, organizadas en aldeas con nombres como “Aldea del Bosque Verde”. Más de 20.000 personas se trasladaron de las zonas bajas para trabajar para la compañía maderera. La Unión extrajo madera por un valor de 2 a 3 millones de dólares por año; después de diez años había talado aproximadamente la mitad del volumen de madera en pie que se había estimado que había en el bosque en 1979. McElwee concluye que las actividades de madereo de la Unión provocaron grandes cambios en la provincia, incluso “elevadas tasas de migración de las tierras bajas a las montañas, pérdida de derechos sobre la tierra por parte de minorías indígenas y expansión de sistemas agrícolas de cultivo de arroz húmedo en zonas más aptas para el cultivo migratorio debido a los bajos niveles de riego y a los suelos e inclinaciones altamente variables”.

Además de haber talado grandes zonas de bosques del país, el Estado parece incapaz o reticente a resolver el madereo ilegal. McElwee describe cómo una banda de madereros ilegales de Yen Bail, en la zona norte de Vietnam, utilizaron dinamita para construir caminos permanentes dentro del bosque y hasta marcaron los árboles que querían talar, aparentemente sin temor a ser enjuiciados.

La madera talada ilegalmente en Vietnam es transportada en camiones, trenes e incluso aviones de compañías aéreas vietnamitas. “Esos tipos de conexiones indican que la gente implicada no son operadores a pequeña escala sino poderosas figuras conectadas a vastas redes de contrabando”, señala McElwee.

El Departamento de Protección Forestal, que vigila el madereo ilegal en Vietnam, con frecuencia está involucrado con las Empresas Forestales del Estado en actividades de madereo ilegal. Los menguados salarios del personal de protección de los bosques, de unos 30 dólares por mes, son caldo de cultivo para la corrupción generalizada.

Cuando el personal del Departamento de Protección Forestal intenta detener a madereros ilegales, suele encontrarse en inferioridad numérica y con menos armas que ellos. En febrero de 2005, el periódico “Labour” informó que de 30 a 40 personas habían atacado a una patrulla forestal en el Parque Nacional Bu Gia Map, después que ésta los descubriera transportando madera ilegal.

Si bien en 2004 el Departamento de Protección Forestal descubrió más de 50.000 violaciones a la Ley de Protección y Desarrollo Forestal, muchos de esos casos fueron de delitos a pequeña escala. En un puesto de control del Departamento de Protección Forestal, entre Camboya y el puerto costero vietnamita de Nha Trang, McElwee vio camiones del gobierno cargados de madera proveniente de Camboya que utilizaban papeles fraudulentos para pasar el puesto, mientras se detenía y multaba a agricultores locales que llevaban en sus tractores de tres ruedas leña o madera para construcción de vivienda, sin los papeles necesarios.

Durante un trabajo de campo de un año, en la provincia Ha Tinh, en la zona norte de Vietnam, McElwee entrevistó a aldeanos que viven cerca de la Reserva Natural de Ke Go y de la Empresa Forestal del Estado Cam Xuyen. La mitad de las 104 familias con las que conversó percibía alguna forma de ingreso por la venta de productos forestales tales como leña, carbón, ratán o plantas medicinales.

McElwee descubrió que el Departamento de Protección Forestal se centra casi totalmente en el mercado local donde los aldeanos venden leña, pero no hace nada para detener el madereo ilegal y transporte de madera cometido por la policía fronteriza y el ejército.

Una campaña radial del gobierno empeoró las cosas cuando explicó que la referida Reserva Natural es propiedad del gobierno y que por lo tanto la población local no está autorizada a acceder a ella. El jefe de una aldea comentó a McElwee, “¿Por qué no impedimos que la gente entre a la reserva? Podríamos hacerlo, pasan por nuestra aldea todos los días. Pero el gobierno nos dice una y otra vez que es de propiedad del gobierno. Entonces tiene que ser el gobierno el que impida a la gente entrar, no nosotros”.

Los aldeanos consideran que la utilización que hacen de la madera tiene escaso impacto en los bosques, comparado con los madereros en gran escala, que utilizan botes para transportar los troncos de la Reserva Ke Go. Los aldeanos preguntaron a McElwee, “¿Qué tiene de malo sacar un árbol de vez en cuando? Es tan sólo para construir una casa. Todos necesitamos una casa”.

Por Chris Lang, e-mail: http://chrislang.org

Artículo basado en información obtenida de: Pamela McElwee, "You Say Illegal, I Say Legal: The Relationship Between 'Illegal' Logging and Land Tenure, Poverty, and Forest Use Rights in Vietnam," Journal of Sustainable Forestry, Vol. 19, No. 1/2/3, 2004. http://www.haworthpress.com/web/JSF