Mito No. 14: Incluir las plantaciones en el mecanismo REDD (Reducción de emisiones por deforestación y degradación de bosques) ayudará a enfrentar el cambio climático

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Este mito tiene su raíz en el hecho de que la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC) no diferencia los bosques de las plantaciones. Según la CMNUCC, “bosque” es una superficie de más de 500 metros cuadrados donde al menos el 10 por ciento está cubierto por árboles que pueden alcanzar más de dos metros de altura. Así, para la CMNUCC, no hay diferencia entre un monocultivo de eucaliptos, un bosque severamente degradado y un bosque primario intacto.

Bajo la definición de la ONU, los bosques se vuelven casi indestructibles. Un bosque, o una plantación, puede ser talado y seguir siendo un bosque. Los espacios talados son definidos como “superficies que normalmente forman parte de la zona boscosa pero carecen temporalmente de población forestal a consecuencia de la intervención humana.” A sólo tres meses de las negociaciones de la ONU sobre el clima que tendrán lugar en Copenhague en el mes de diciembre, la CMNUCC aún no se ha puesto de acuerdo sobre una definición de degradación de bosques.

Esto no es simplemente un problema teórico. Asia Pulp and Paper, por mencionar un ejemplo particularmente atroz, ha destruido vastas áreas de bosque en Sumatra. Sin embargo, según la definición de “bosque” de la ONU, no ha causado ninguna deforestación. APP podría incluso beneficiarse de los pagos REDD en lugar de ser responsabilizada por el daño que ya ha causado.

La respuesta a este mito es simple: las plantaciones no son bosques y no pueden, de ninguna manera, ayudar a enfrentar el cambio climático.

Chris Lang, www.redd-monitor.org