República Democrática del Congo: las explicaciones del Banco Mundial no explican nada

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En el boletín del WRM del mes pasado citábamos la carta abierta que el activista Karl Ammann dirigiera al Presidente del Banco Mundial Sr. Wolfensohn (erróneamente atribuida a Jane Dewar). En esa carta Ammann denuncia que la ayuda del Banco Mundial a la reactivación masiva del sector forestal significaría nuevas concesiones madereras en bosques tropicales primarios con el consiguiente impacto negativo para el ambiente y las personas (el artículo corregido está disponible en http://www.wrm.org.uy/boletin/67/Africa.html#Congo).

El Director Regional del Banco Mundial para África, Emmanuel Mbi, respondió a Ammann, quien a su vez contestó con una carta del 24 de febrero de 2003. En su respuesta Ammann confirma que, contrariamente a los argumentos manejados por el Sr. Mbi, todas las pruebas reunidas en el lugar sugieren que el Ayuda Memoria del Banco Mundial es en realidad un consejo sobre cómo reactivar el sector forestal.

Ammann hace referencia a una reciente visita a Kinshasa, donde habló con representantes de la industria maderera quienes le dijeron que habían confrontado al Sr. Deboux (negociador principal y asesor del Banco, y autor del Ayuda Memoria) con el hecho de que la actual infraestructura, desde el puerto de Kinshasa hasta la carretera a Matadi, ni siquiera permitiría exportar una pequeña fracción de la tasa de producción de madera propuesta (entre 6 y 10 millones de metros cúbicos), y que "quedaría en manos del Banco encontrar la forma y los medios de mejorar las instalaciones correspondientes". "Si en realidad el Banco está considerando la renovación del puerto de Kinshasa o de las carreteras que llevan a Matadi y otras localidades, ¿cómo diferenciarán entre "la madera talada en forma sustentable" destinada a la exportación y la madera obtenida mediante madereo no sustentable e ilegal? Ammann cita lo que parece ser una Evaluación interna del Banco Mundial sobre el nuevo "Proyecto de política forestal del Grupo del Banco Mundial": "la literatura científica sugiere que tal vez no sea posible lograr la sustentabilidad en el madereo de algunos de los bosques más prístinos, alejados de la vigilancia y en condiciones fronterizas no reglamentadas".

En relación con los argumentos de Mbi de que la mayoría de las concesiones existentes han sido canceladas, Ammann expresa que: "Sugerir que la cancelación de licencias muy antiguas, que nunca fueron utilizadas para el madereo activo, tiene algo que ver con la conservación, es engañoso, por decir lo mínimo. Según los datos que he obtenido en el 'Atlas de Conservación de los Bosques Tropicales de África', los bosques abarcan en realidad unos 120 millones de hectáreas, de los cuales cerca de 30 millones están clasificados como, bosques degradados de tierras bajas, de montaña, de pantano y manglares. Tomando en cuenta las zonas donde ya se ha realizado madereo y los parques nacionales, la propuesta de 60 millones de hectáreas parece estar casi en el límite de la superficie máxima explotable comercialmente".

Otro tema es el de la aplicación de impuestos a la utilización de la fauna, que no son aplicables a la utilización la fauna sino también a la explotación forestal. Ammann había acusado al Banco Mundial de apoyar la matanza de especies totalmente protegidas y el cobro de impuestos sobre dicha actividad. Confrontando los argumentos defensivos de Mbi, Ammann señala que "el Ayuda Memoria deja muy claro que el ministerio involucrado trabajaría en estrecho contacto con los expertos del Banco Mundial para una legislación futura. Dado el caso, es difícil imaginar que la formulación de los impuestos forestales haya sido realizada sin consultar al Banco Mundial. Ya que finalmente los impuestos por utilización de la fauna formaron parte del mismo documento, ¿no es seguro pensar que dicha consulta se llevó a cabo?

Lamentablemente parecería que la República Democrática del Congo, que es casi el único país que queda en África Central en que la presión de las actividades de madereo es mínima, puede perder la oportunidad de conservar sus bosques "en tanto los funcionarios del Banco Mundial proyectan ingresos de cientos de millones de dólares en impuestos, y entre uno y dos MIL MILLONES de dólares por volumen de producción". La típica receta de la entrega de la naturaleza a cambio de dinero.

Artículo basado en información obtenida del intercambio de correspondencia entre Karl Ammann (kamman@form-net.com ) y Emmanuel Mbi (Director Regional del Banco Mundial para África), enviada por Karl Ammann. Textos completos (en inglés) disponibles en:
- "An Open Letter to the World Bank President", 7 de diciembre de 2002;
www.wrm.org.uy/countries/Congo/Ammann.rtf

- Respuesta de Emmanuel Mbi, 24 de enero de 2003
www.wrm.org.uy/countries/Congo/WBresponse.rtf

- Contestación de Karl Ammann, 24 de febrero de 2003
www.wrm.org.uy/countries/Congo/Ammannresponse.rtf