Sudáfrica: Arboles exóticos amenazan la biodiversidad de las praderas

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La invasión de hábitats por parte de especies autóctonas es una causa directa de extinción de especies nativas. Algunas especies vegetales han desarrollado la capacidad de adaptarse a nuevos sitios y desplazar la cobertura vegetal original, al tiempo que ciertas especies animales invasoras pueden provocar desplazamiento del nicho ecológico de los animales autóctonos. Este fenómeno ha sido ampliamente registrado y es conocido con el nombre de “bioinvasión”. No es necesario recalcar que la invasión de especies constituye una amenaza para la biodiversidad a nivel local y regional, dado que la expansión de los intrusos altera la riqueza y abundancia de la flora y la fauna del ecosistema original.

Esto es lo que está sucediendo en Sudáfrica, con el factor agravante que, por sus características biogeográficas, este país alberga gran cantidad de especies endémicas y posee altos niveles de biodiversidad. Con una superficie de 1.221.000 kilómetros cuadrados, Sudáfrica contiene alrededor del 10% de las especies conocidas de aves, peces y plantas registrados en el mundo y un 6% de las especies de mamíferos y reptiles conocidas. En relación con la biodiversidad, las praderas son uno de los ecosistemas más importantes de Sudáfrica, los cuales están siendo invadidos por monocultivos forestales. Hoy en día ya hay alrededor de 1.500.000 hectáreas de plantaciones forestales, la mayor parte compuesta por eucaliptos y pinos, y un área menor con acacia australiana. Las mismas se concentran en las tierras altas lluviosas de las Provincias de Kwazulu-Natal y Mpumalanga. Si bien a nivel mundial los esfuerzos para la conservación se han dirigido principalmente a los ecosistemas tropicales, debe destacarse que las praderas, típicas de los climas templados, presentan altos niveles de biodiversidad y endemismo. La destrucción de estos pastizales se debe al efecto de los monocultivos forestales en gran escala sobre el ecosistema original –las plantas, el suelo y el agua- así como por la sustitución de las especies herbáceas nativas por especies introducidas invasoras en zonas aledañas e incluso alejadas de las plantaciones. Los cambios provocados en la composición de los productores primarios implican una modificación completa de la pirámide trófica, de modo que muchos animales se ven forzados a migrar o bien sus poblaciones se reducen drásticamente hasta inclusive desaparecer.

En Sudáfrica las áreas de pradera invadidas por árboles, las cuales ya ocupan 1.600.000 hectáreas, reciben el nombre de ”bosques gum” o “bosques de acacia”. Como su denominación lo indica, los árboles predominantes son los eucaliptos (que en inglés reciben el nombre genérico de “gum”) y varias especies de acacias provenientes de Australia. Tras fuertes protestas por parte de la sociedad civil –organizada en la coalición de ONGs Timberwatch- contra el modelo de monocultivos forestales en gran escala, las autoridades parecen haber comenzado a reaccionar. Si bien la solución real pasaría por prohibir este tipo de plantaciones en todo el territorio del país, la consideración como “invasoras” de varias especies ampliamente utilizadas en las plantaciones en las enmiendas recientemente propuestas a la Ley sobre Conservación de los Recursos Agrícolas de 1983 debe ser considerada un paso adelante. En efecto varias especies del género Acacia, al igual que Eucalyptus grandis, Eucalyptus saligna, Pinus elliottii, Pinus taeda, Pinus pinaster, Pinus patula y Pinus radiata, entre otras, han sido incluidas en la “Categoría 2: plantas útiles para la producción con fines comerciales pero que se ha comprobado son invasoras en condiciones no controladas por fuera de sus áreas de plantación”. La nueva norma también establece medidas obligatorias a ser tomadas para erradicarlas.

Sin embargo, y aun con el reconocimiento oficial de la amenaza que el mismo significa para la biodiversidad, los suelos y los recursos hídricos, el modelo de plantaciones en Sudáfrica está lejos de ser suprimido. Lo que es más, Timberwatch ha advertido recientemente que una de las mayores empresas plantadoras –SAPPI- está realizando ensayos de campo con eucaliptos genéticamente modificados, lo que implicaría un riesgo todavía mayor para la biodiversidad.

El país –y en especial su gobierno- deben elegir entre la conservación de la biodiversidad de su territorio –que en gran medida se encuentra en las praderas- y la ocupación del espacio en gran escala por monocultivos forestales. No hay lugar para la conservación de las praderas en un contexto de expansión de los monocultivos forestales con exóticas.

Artículo basado en información obtenida de: Heinrich Walter, “Vegetationzonen und Klima”, Verlag Eugen Ulmer, Stuttgart, 1970; Philip Owen, 7/3/2001 y 9/3/2001.