Tailandia: oposición a proyecto chino-tailandés de plantación de eucalipto

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Los campesinos tailandeses están luchando para evitar que se implemente un proyecto de plantación de 120.000 hectáreas de eucalipto, que traería aparejada la desaparición de vastas superficies de bosque y la amenaza sobre los recursos agrícolas de cientos de comunidades rurales en ocho provincias del este y el norte del país.

En febrero de este año el Gabinete tailandés aprobó en primera instancia una joint-venture por U$S 1.000 millones entre el gobierno chino y Advance Agro Company. El Real Departamento Forestal de Tailandia proveerá 40.000 hectáreas de reservas forestales "degradadas" y la Oficina para la Reforma Agraria otras 80.000 hectáreas para completar el proyecto.

La compañía pagará a los aldeanos establecidos en las reservas forestales para que evacuen sus tierras por un período de 30 años. Aquellos con títulos legales otorgados por la oficina de la Reforma Agraria serán contratados por la empresa para plantar eucaliptos. El Real Departamento Forestal establecerá una comisión de trabajo, que incluye a representantes de este organismo y de la empresa, que controlará las áreas comprendidas en el proyecto, confeccionará un mapa de uso del suelo y solicitará la aprobación final del Gabinete.

Funcionarios forestales del Santuario de Vida Silvestre Kao Ang Ruenai en la Provincia de Chachoengsao señalaron que el proyecto determinará la desaparición de vastas superficies de selva, puesto que no quedan tierras disponibles para el reasentamiento de los campesinos desalojados por el proyecto. Muchos de los aldeanos sostienen que han vivido durante generaciones en esas tierras. La mayor parte de ellos ha luchado infructuosamente durante décadas por la obtención de algún documento que compruebe que son propietarios de la tierra.

Pocos campesinos están dispuestos a aceptar compensaciones por abandonar sus tierras para dar lugar a los eucaliptos, dado que no hay tierra disponible para adquirir y reasentarse. Para la mayoría de estas comunidades no vale la pena vender sus tierras, dado que el proyecto está previsto que dure solamente 30 años.

Wiboon Khemchalerm, un conocido agricultor orgánico de la Provincia de Chachoengsao, señala que muchos campesinos se verán forzados por la compañía a aceptar el dinero y enajenar sus derechos sobre la tierra. "Sin embargo, una vez que el dinero se haya ido y no haya más tierra para trabajar, ¿dónde irá a parar esta gente?" se pregunta Wibbon.

Advance Agro Company, que fue establecida por el grupo Soon Hua Seng (SHS) en 1993, es el primer y mayor fabricante de pulpa y papel en Tailandia. SHS posee la mayoría de las acciones de Advance Agro, en tanto el resto es propiedad de Stora Enso de Finlandia (19,9 %) y Oji (5%),que es el principal productor japonés de papel. La empresa actualmente opera dos fábricas de pulpa y produce 450.000 toneladas de papel al año. La joint-venture incluye una tercera fábrica que requerirá 3.500.000 toneladas de eucalipto para producir 700.000 toneladas de papel, cuyo principal destino será la exportación a China.

El grupo SHS ya posee alrededor de 32.000 hectáreas de plantaciones de eucalipto en la Provincia de Chachoengsao, la cual podría ser considerada la mayor superficie continua de este tipo de plantaciones en todo el país.

Este grupo ha acumulado la mayor parte de estas tierras utilizando una serie de tácticas agresivas durante los últimos años. Careciendo de títulos oficiales de propiedad y de recursos para proveerse asistencia legal, los aldeanos se han visto forzados a vender sus predios y bosques comunitarios a la empresa, por precios que oscilan entre U$S 5 y U$S 6 la hectárea. A medida que las plantaciones de eucalipto van rodeando sus predios a los campesinos no les queda prácticamente otra salida: muchos de hechos son contratados para plantar eucaliptos, mientras que otros venden sus tierras y se ponen a trabajar en las plantaciones y en la fábrica de pulpa.

Sombun Khamkaew, de Ban Khao Kluay Mai, en la Provincia de Chachoengsao comenzó a plantar eucalipto en un predio de 4,8 hectáreas hace seis años. Desde entonces los pozos y cursos de agua ubicados en las cercanías de su comunidad empezaron a secarse. El dice que el dinero que ganó por vender la primera cosecha luego de cuatro años no compensó la inversión ni el esfuerzo realizados. "Obtuve tan sólo 40.000 baht (alrededor de U$S 1.052) tras cuatro años de espera, sin contar todo lo que tuve que poner. Y ahora me resulta demasiado caro eliminar los árboles de raíz" afirma.

La señora Lum Junchai, de 60 años de edad y madre de diez hijos, sostuvo un juicio que duró seis años contra la compañía, a la que reclamaba 4,5 hectáreas en la aldea Laemkowchan en la Provincia de Chachoengsao. Cuando la Sra. Lum se rehusó a desprenderse de su predio el grupo SHS le planteó una demanda por intrusa y la policía provincial la amenazó reiteradamente con que destruiría su casa. Con el asesoramiento de los abogados de la Unión para la Libertad Civil (Union for Civil Liberty) -un grupo en defensa de los derechos humanos, con sede en Bangkok- finalmente la Sra. Lum logró que la corte reconociera su derecho a la tierra.

"Ahora planto mandioca. Luego de la resolución de la corte la compañía ya no me hostiga más" dice ella. Sin embargo, ahora está en problemas para plantar su mandioca, ya que las plantaciones de eucalipto que rodean su predio están secando las fuentes subterráneas de agua y endureciendo el suelo".

Por: Noel Rajesh, TERRA/PER, Thailand.