Tanzania: donde la tala ilegal es casi legal

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Los 33,5 millones de hectáreas de selva de Tanzania están cada vez más amenazados, mayormente debido al madereo ilegal, que está destruyendo alrededor de 500.000 hectáreas de bosques primario al año.

Funcionarios gubernamentales admiten que la explotación ilegal se está dando prácticamente en todo el país, tanto en las Reservas Forestales como en zonas no protegidas. El tráfico ilegal de madera adquirida ilegalmente es especialmente intenso en las áreas de frontera. Un ejemplo de ello es el comercio que se da en Brachylaena Hutchinsii (Muhuhu) en el límite entre Tanzania y Kenia, donde la mayor parte de la madera es cortada ilegalmente y luego contrabandeada.

El gobierno no sólo parece ser incapaz de encarar el problema, sino que el propio personal del organismo forestal ha sido acusado de estar directamente implicado en este tráfico delictivo. El Secretario Permanente del Ministerio de Recursos Naturales y Turismo, Philemon Luhanjo, ha admitido que algunos funcionarios forestales tienen responsabilidad directa en el comercio ilegal de madera. Manifestó asimismo que otros sospechosos en este turbio negocio son los distribuidores de productores madereros, dueños de aserraderos y algunas compañías madereras.

En este contexto de ilegalidad, las condiciones de trabajo de los trabajadores forestales son pésimas, de modo que su subsistencia depende de la caza menor practicada en el propio bosque, la que está diezmando la fauna, incluídas especies amenazadas de extinción.

Entre otras medidas, tales como la disposición de controles policiales más estrictos a lo largo de las principales carreteras, el gobierno está tratando ahora de comprometer a las comunidades locales que habitan en la cercanía de las selvas para que ayuden en la implementación de un adecuado manejo a largo plazo de las mismas. No obstante, a menos que las causas subyacentes del madereo ilegal sean claramente identificadas y abordadas, los bosques de Tanzania seguirán desapareciendo.

Fuente: Nicodemus Odhiambo, ENS, 26/8/99, enviado por Rain Forest Relief.