Uruguay: las falsedades de las empresas celulósicas

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La tradicional siesta veraniega del enero uruguayo se ha visto interrumpida no sólo por las constantes lluvias sino también porque el avance de las empresas celulósicas no tiene tregua. Continúa su campaña propagandística, a base de falsedades, que luego son repetidas como verdades. Promesas y espejismos a una población con un gran índice de desempleo, que necesita desesperadamente soluciones.

Nada demasiado nuevo, en realidad. Las transnacionales vienen apropiándose del mundo (léase, globalización) utilizando para ello el credo de que no hay desarrollo posible sin inversiones extranjeras. Sin embargo, los países del Sur que han recibido inversiones extranjeras siguen tanto o más pobres: son escenarios donde crece la exclusión, la explotación y el exterminio. ¿O acaso la riqueza se mide por la cantidad de celulares?

Uruguay se ha convertido en la mira del negocio forestal-celulósico. Sus praderas se han llenado de monocultivos de árboles que ya han hecho sentir sus efectos: concentran tierra en manos extranjeras, agotan fuentes de agua, dan lugar a la aparición de plagas, contribuyen al despoblamiento del campo, dan menos empleo que las demás actividades rurales que desplazan. Y ahora que los árboles están maduros se quiere instalar la megaindustria celulósica para la cual resultan una atractiva materia prima. La finlandesa Botnia y la española Ence ya tienen los permisos de construcción. Botnia ha empezado las obras en medio de una gran oposición regional que ha alcanzado dimensiones binacionales. Stora Enso acaba de aterrizar en Uruguay con la compra de 50.000 hectáreas para plantaciones, y pretende de aquí a 2007 adquirir 100.000 hectáreas más con el objetivo de alimentar una gigantesca fábrica de celulosa en el centro del país (ver artículos sobre esos temas en la página http://www.wrm.org.uy/paises/Uruguay.html).

Eso implica destruir desde el paisaje del Uruguay hasta sus olores, empezando por la calidad de vida de su gente y terminando por su futuro productivo y soberano. Pero no será posible hacerlo con conocimiento de causa, por lo cual es necesario pintar otro escenario. Y ocultar verdades.

* Botnia y Ence anuncian que utilizarán en Uruguay la “mejor” tecnología existente a nivel mundial –la que utiliza dióxido de cloro, o sistema ECF.

FALSO: sólo unas pocas plantas modernas de celulosa son consideradas hoy líderes en materia ambiental. Éstas incluyen las plantas de Mönsterås y Östrand en Suecia y la planta Stendal en Alemania. Todas ellas producen celulosa blanqueada con sistema totalmente libre de cloro (TCF), que permite la alternativa de circuito cerrado, la cual reduce el uso de agua limpia y permite eliminar casi por completo la descarga de aguas residuales del proceso de blanqueo. (1)

* Dicen que la fábrica no va a tener impactos negativos en el ambiente. Ni en el agua, ni en el aire, ni en la tierra. “Acá no vamos a generar ninguna sustancia que genere cáncer. Tampoco vamos a generar dioxinas y furanos, que son compuestos orgánicos persistentes que se generan indeseadamente”. “Acá no se va a generar ni un gramo de dioxina”.

FALSO: “La etapa de blanqueo es tal vez la más problemática en términos ambientales en una planta de celulosa kraft blanqueada. Se produce y se usan grandes cantidades de sustancias químicas y suele ser la única parte de la planta que genera un flujo permanente de efluentes”. “En relación con la tecnología ECF, es necesario mencionar que todos los químicos blanqueadores son oxidantes poderosos y, en consecuencia, constituyen una amenaza para los trabajadores y para quienes viven cerca de la planta”. “(...) el dióxido de cloro (ClO2) puede tener efectos tóxicos crónicos y agudos, lo que incluye irritación ocular, nasal y de la garganta, tos, dificultad para respirar (posiblemente tardía), edema pulmonar, posible bronquitis crónica y asma. Todo lo anterior, junto con el cloroformo y otros sub-productos similares del blanqueo ECF, conforma el perfil de peligrosidad del dióxido de cloro.” (1)

* Dicen que si uno va a las 300 plantas de Europa, esas plantas conviven con las ciudades y no tienen problemas de convivencia. Los ríos siguen teniendo pesca y la gente se sigue bañando.

FALSO: En el verano de 2003, unos 7.500 metros cúbicos de licor negro escaparon de la fábrica de celulosa de UPM en Lappeenranta¸ Finlandia, y contaminaron gravemente un área importante del lago Saimaa. De acuerdo con la prensa local, “la planta de tratamiento biológico no fue capaz de hacer frente a esa súbita descarga y en el espacio de unos pocos días el licor negro se esparció aguas adentro del lago”. La prensa continúa diciendo que “el licor negro consume el oxígeno del agua, causando una elevada mortandad de peces y también oscurece el agua y contamina las orillas. Además, tiene un olor sumamente desagradable. La mitad de la población de peces resultó erradicada en un radio de tres kilómetros de la planta”. El accidente generó un enojo muy grande, ya que ocurrió justo cuando empezaban las vacaciones de verano (en Finlandia el verano es muy corto) y la gente se disponía a disfrutar del lago. Para peor, la empresa no informó a nadie acerca del problema. “Era como en los viejos tiempos. El agua estaba pesada, blanca, llena de espuma. El olor era terrible. Nos estropeó las vacaciones, ya que el problema duró un mes entero”. (2)

* Dicen que los olores que emiten las fábricas de celulosa no son olores desagradables, es un olor que cambia, pero no es fuerte.

FALSO: a principios de la década de 1990, el Instituto de Karelia del Sur sobre Alergia y Ambiente, en Finlandia, llevó a cabo una serie de estudios acerca de los impactos de los compuestos sulfurosos olorosos sobre la salud humana. Estos compuestos son fundamentalmente el sulfuro de hidrógeno (H2S), el metil mercaptan (CH3SH) y los sulfuros de metilo [(CH3)2S y (CH3)2S2]. Los mismos son emitidos por fábricas de celulosa que utilizan un proceso con sulfato (el mismo que se utilizaría en Uruguay). De los varios estudios realizados surge claramente que estos olores no son simplemente desagradables y molestos sino que además impactan sobre la salud, en particular incrementando el riesgo de infecciones respiratorias agudas, problemas de la vista, cefaleas y problemas neuropsicológicos, entre otros. Los estudios, además, constataron que estos compuestos ingresan a las viviendas de los habitantes locales, por lo que la gente también está expuesta a los mismos dentro de sus casas. A su vez, varias personas preguntadas al respecto de su experiencia en materia de enfermedades que asocian a las fábricas de celulosa, inmediatamente hablaban de asma, alergias y problemas de la piel. (2)

Los planes de instalar dos gigantescas fábricas de celulosa en el lado uruguayo del Río Uruguay enfrentan una creciente movilización de los vecinos argentinos, en la provincia de Entre Ríos, quienes ven amenazadas sus actividades económicas basadas en el turismo ribereño.

En Uruguay, varias organizaciones y personas también se oponen a un emprendimiento que no solo será peligroso en cuanto a la contaminación sino que supondrá condenar al país a la condición de proveedor de una materia prima contaminante, que a través de la forestación acapara nuestros suelos, compromete nuestra agua, flora y fauna, y no da empleos genuinos. ¿Cuál será el escenario dentro de 40 años, cuando las fábricas lleguen al fin de su tiempo útil dejando enormes cadáveres de cemento, y las plantaciones hayan causado estragos en nuestro campo?

Hay mucha gente que no se cree las falsedades propagandísticas de las empresas y otra que está empezando a dudar. Es necesario dar el alerta ahora, porque cuando las fábricas de celulosa ya estén instaladas, será demasiado tarde.

Por Raquel Núñez, Movimiento Mundial por los Bosques (WRM), correo electrónico: raquelnu@wrm.org.uy

1. Datos del Informe de Observaciones y Recomendaciones de la Misión Internacional de Evaluación de WWF ante la controversia del Santuario de la Naturaleza y sitio Ramsar Carlos Anwandter y la planta de celulosa Valdivia de CELCO. Valdivia, Chile. Noviembre 2005.
2. “Tras la huella de la celulosa en Finlandia. La otra cara de la moneda”, junio de 2005, investigación en el terreno realizada por Ricardo Carrere, http://www.guayubira.org.uy/celulosa/Finlandia.html