Aceite de Palma
La palma aceitera es originaria de África occidental. Su cultivo es importante para las comunidades que dependen de los bosques, para sus culturas y economías. Sin embargo, los monocultivos de palma aceitera a gran escala destinados a la producción industrial (aceite y agrocombustibles) han sido un agente de deforestación y acaparamiento de tierras en el sudeste asiático. Más recientemente, los monocultivos de palma aceitera también impulsan la destrucción en África y América Latina.
En junio 2019, un informe del Banco Africano de Desarrollo y WWF Kenia exhortó a agencias para el desarrollo, principalmente de Europa, y al Banco Mundial, a que proporcionaran dinero a un nuevo Fondo para financiar 100.000 hectáreas de (nuevas) plantaciones de árboles en África Oriental y Meridional, con miras a establecer 500.000 hectáreas más.
La violencia, masacres y desplazamientos forzados bajo el contexto del conflicto armado en Colombia han sido funcionales al avance del cultivo industrial de la palma aceitera. El rol de Poligrow en el acaparamiento de tierras y la intimidación en el municipio de Mapiripán es ineludible.
Las empresas de plantaciones de palma aceitera se presentan a sí mismas como benevolentes donantes en medio de la crisis sanitaria, encubriendo las diversas tácticas que utilizan para sacar provecho de la situación.
En 2004, ONG conservacionistas y el Ministerio Forestal de Indonesia lideraron un modelo llamado Concesiones para la Restauración de Ecosistemas. Aquí se analiza en el contexto de las viejas y nuevas amenazas a los bosques y de la presión por la “restauración de los bosques”. (Disponible en indonesio).
¿Cuáles son las experiencias de las comunidades que viven dentro y en torno a las plantaciones de las empresas comprometidas con la “deforestación cero”? ¿Cómo pueden estas empresas seguir expandiéndose sin deforestar en países con gran cobertura de bosques?
La compañía OLAM se ha asegurado el acceso a 500.000 hectáreas de tierra en Gabón, un país con 85% de cobertura forestal, para el establecimiento de plantaciones de palma aceitera a gran escala. ¿Cómo puede entonces OLAM afirmar que sigue un compromiso de “cero deforestación”?
Mientras la destrucción de territorios de bosques continúa, más promesas y programas se llevan a cabo en nombre de “enfrentar la deforestación y el cambio climático”.
Millones de hectáreas de zonas boscosas en Malasia han sido elegidas para desarrollar plantaciones de monocultivos - incluyendo plantaciones forestales -, aunque muchas de ellas aún no se han establecido en su totalidad. Todavía es posible detener la destrucción
La expansión de la palma en Wimbí ya es un hecho. Así también la extracción de madera, cuyo protagonista es el mismo traficante de tierras que permitió la entrada de la palmicultora Energy&Palma. Este nuevo ciclo de despojo amenaza la cultura y sobrevivencia de los comuneros
Después de casi diez años de lucha contra una compañía que se apropió de tierras para la palma aceitera, un tribunal dictaminó que las tierras deben ser devueltas a las comunidades. Ahora tratan de decidir qué hacer con las filas y filas de palmas aceiteras. (Disponible en suajili).
El WRM entrevistó al activista Nasako Besingi. Él organizó comunidades en protesta contra las plantaciones de palma de la empresa Herakles Farm. Ha sufrido ataques, intimidación y criminalización por parte de la empresa y el gobierno. (Disponible en suajili).