Banco Mundial y otras instituciones financieras
“Alivio de la pobreza”, “sostenibilidad”, “prosperidad” y “desarrollo” son palabras clave en los materiales de relaciones públicas del Banco Mundial, su brazo privado, la Corporación Financiera Internacional (CFI) y otros organismos financieros de desarrollo. En realidad, las políticas, programas y proyectos promovidos por estas instituciones han provocado una y otra vez mayor pobreza, violencia y destrucción de bosques.
Las industrias del agro y la producción cárnica se sacaron la lotería con la pandemia del Covid-19. Pero mientras los de arriba se benefician, a los de abajo les llega devastación. Las consecuencias son fatales. Se viene una nueva ola de ajuste estructural que se centrará en aumentar la inversión extranjera en el agronegocio y las exportaciones de productos agrícolas.
La compañía planea una expansión de 75.000 hectáreas de plantaciones industriales de árboles en siete países del Sur global: Sierra Leona, Ghana, Uganda, Etiopía, Perú, Ecuador y Paraguay. Descarga el folleto con más información y alertas para las comunidades.
La crisis ambiental, climática y social es una realidad desde hace tiempo. Las empresas y sus aliados, sin embargo, en lugar de reconocer su contribución a esta crisis, utilizan la pandemia para intentar expandir las Áreas Protegidas, presentándolas como una “solución”.
Al declarar la región de Chure como Área Protegida, los derechos de miles de Grupos de Bosques Comunitarios se vieron perjudicados. Siguen resistiendo a pesar de la violencia y del proyecto del Fondo Verde para el Clima, que aumentará las existentes tensiones.
Este artículo destaca algunos conceptos que suelen presentarse como positivos pero que en realidad sirven intereses económicos que perjudican a los bosques y comunidades.
Este boletín destaca las amenazas involucradas en la llamada “transición energética” y expone el sucio secreto de expansión exponencial de la minería en el Sur global como consecuencia de la demanda masiva de energía “verde”.
Un oxímoron describe “una frase o declaración que parece decir dos cosas opuestas”. El Banco Mundial tiene mucha experiencia con ellos.
La construcción de carreteras, líneas ferroviarias y otra infraestructura que vincula los centros de producción y extracción de recursos con las zonas de consumo, tiene estrecha relación con una planificación elitista, profundamente antidemocrática.
A pesar de que el gobierno de Brasil anunció recortes a sus medidas contra la deforestación, el Fondo Verde para el Clima le otorgó 96 millones de dólares por supuestas reducciones de emisiones en la Amazonia brasileña.
La creación de la Reserva de la Biósfera Maya viene legitimando un modelo destructivo: proyectos de infraestructura y energía de la mano de Áreas Protegidas “sin gente”. Mientras que las ONGs conservacionistas engordecen sus carteras, las comunidades campesinas e indígenas son desplazadas o condicionadas a depender de las ONGs y el mercado.
El gobierno de Laos ha decidido hacer del país “la batería de Asia”. Para ello ha construido una serie de grandes represas hidroeléctricas a lo largo del río Mekong que vienen causando el despojo de miles de personas.