REDD, no solo un fracaso

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Este artículo forma parte de la publicación "15 años de REDD:

Un mecanismo intrínsecamente corrupto"

 

REDD ha dominado la política internacional sobre los bosques durante los últimos 15 años con la promesa de hacer que los árboles valieran más en pie que cortados y, con ello, proporcionar una forma rápida y económica de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Las empresas que se embolsan miles de millones por convertir los bosques en plantaciones de monocultivos, pasturas para ganadería o por destruirlos para abrir minas, construir represas hidroeléctricas y otras infraestructuras, no han estado interesadas en REDD. Sin duda, REDD no ha logrado reducir la deforestación a gran escala. Sin embargo, centrarse en el fracaso evidente de REDD ofrece una imagen incompleta de su nocivo legado.

REDD es la abreviatura de ‘Reducción de Emisiones derivadas de la Deforestación y Degradación de los Bosques’; se trata de un mecanismo que ha dominado la política internacional sobre los bosques de los últimos 15 años. REDD partió del supuesto de que el ofrecer una recompensa financiera a los responsables de la destrucción de los bosques, les convencería de abandonar sus planes; y que a cambio del pago de REDD, protegerían los bosques. REDD haría que los árboles valieran más en pie que cortados y, con ello, proporcionaría una forma rápida y económica de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Para los proponentes de REDD todo lo que se necesitaba para terminar con la deforestación era una recompensa financiera para proteger, no para destruir.

Pero las empresas que se embolsan miles de millones al convertir los bosques en plantaciones de palma aceitera o soja o pasturas para ganadería, o al destruirlos para realizar actividades de minería, construir represas hidroeléctricas, carreteras y otras infraestructuras, no se interesaron en REDD. Algunas no estuvieron interesadas porque les rendía mucho más seguir destruyendo bosques. Cualquiera “que responda a incentivos puramente económicos optaría por el aceite de palma”, como escribió en 2014 el grupo pro-REDD Ecosystem Market Place. Otras empresas no estaban interesadas ​​porque su deforestación era ilegal. ¿Qué empresa iba a solicitar pagos de REDD diciendo que estaría dispuesta a abandonar sus planes que implicaban la destrucción ilegal de bosques? También hubo quienes se implicaron en deforestar principalmente como una forma de reclamar la propiedad de la tierra o fortalecer sus reclamos de propiedad. Para este grupo, la promesa de pagos de REDD tenía poco interés porque su principal motivación no era una ganancia financiera inmediata. (1)

Quince años después, el concepto introducido en las negociaciones de la ONU sobre clima con la promesa de que permitiría la reducción rápida y económica de las emisiones derivadas de la destrucción de los bosques tropicales, ha fracasado en reducir la deforestación a gran escala. En países como Brasil, Perú o la República Democrática del Congo, la deforestación incluso ha ido en aumento desde que se introdujo REDD. (2)

Este fracaso de REDD en reducir la deforestación ha sido ampliamente documentado. (3) Un estudio reciente sobre la efectividad del financiamiento del gobierno alemán a REDD explica por qué, a pesar de todo, abundan las historias de éxito: un “ajuste a la baja de las expectativas” sobre lo que REDD debía lograr ha permitido a los defensores de REDD armar “efectos aparentemente positivos en el contexto del limitado atractivo del instrumento”. El precio de este ajuste: “diluir el objetivo más amplio de detener la deforestación”.(4)

No obstante, centrarse únicamente en el obvio fracaso de REDD en cuanto a ayudar a reducir la pérdida de bosques, parece presentar una imagen incompleta del dañino legado del instrumento.

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REDD no es un fracaso para todos

REDD no ha fracasado para quienes lo utilizaron como herramienta para aumentar el control sobre las tierras cultivadas por las comunidades que dependen de los bosques. El relato de que la agricultura ‘de roza y quema’ destruye el bosque, de que la agricultura campesina es causante de deforestación y de que las prácticas de cultivo de los pueblos de los bosques deben ‘modernizarse’, además de ser falso y reforzar los patrones coloniales de dominación, es aún más aceptado hoy que hace 15 años. (5) Es más: debido a que casi todas las actividades de REDD se enfocan en cambiar la forma en que los campesinos y los pueblos de los bosques usan los bosques, y no en la deforestación a gran escala, la destrucción por parte de las empresas se ha vuelto menos visible como resultado de REDD.

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REDD, y particularmente su última encarnación llamada ‘soluciones basadas en la naturaleza’ o ‘soluciones climáticas naturales’, tampoco resultó un fracaso para la industria de los combustibles fósiles. REDD ha brindado una excusa para que esta industria continúe destruyendo las reservas subterráneas de carbono que están en el centro tanto de su modelo de negocios como del colapso climático. Con REDD, y ahora con las ‘soluciones basadas en la naturaleza’, las empresas de petróleo, carbón y gas fósil afirman que pueden continuar con su rentable destrucción sin dañar el clima. Todo lo que tienen que hacer es pagarle a alguien que afirme estar ahorrando carbono en otro lugar. (6) Aerolíneas, empresas mineras, agroindustrias, compañías de fertilizantes y alimentos, entre otras, también eligen REDD como una estrategia para perpetuar el modelo capitalista del que se benefician, de modos de producción y consumo dependientes de combustibles fósiles.

La realidad, sin embargo, es que es imposible compensar el impacto climático que se produce cuando se liberan los depósitos de carbono subterráneos que han tardado millones de años en formarse. Pretender que dicha compensación se puede lograr mediante el pago de actividades REDD, como plantar más árboles o evitar la supuesta deforestación planificada, es una ilusión peligrosa (ver artículo en esta publicación: ¿Todos los tipos de carbono son iguales? Carbono fósil, violencia y poder). Al fomentar esa ilusión, REDD ayuda a retrasar la inevitable discusión de ponerle fin a la quema de combustibles fósiles y, con ello, se convierte en sí mismo en una causa del colapso climático.

Y por último, pero no por eso menos importante, muchas empresas de consultoría, ONGs conservacionistas internacionales y grupos de expertos se han beneficiado de los generosos programas de países industrializados y organizaciones filantrópicas para financiar REDD, así como de las compras de compensaciones de carbono de las corporaciones. (7) Las agencias de ventas especializadas en REDD, los propietarios del sector privado de proyectos REDD, los promotores de estándares para la certificación y las empresas de auditoría también se forjaron un nicho provechoso. Para ellos REDD tampoco ha sido un fracaso.

Pagos REDD y créditos de carbono a pesar del aumento de la deforestación. ¿Cómo es posible?

En 2019, el Fondo Verde para el Clima pagó 96,5 millones de dólares al gobierno de Jair Bolsonaro en Brasil por supuestamente reducir la deforestación; desde 2015, el programa REDD Early Movers del gobierno alemán ha transferido millones de dólares en pagos por concepto de “desempeño”de REDD+ a los gobiernos de los Estados brasileños de Acre (25 millones de euros/28 millones de dólares) y Mato Grosso (44 millones de euros). Este dinero se pagó a pesar de que la deforestación aumentó en ambos Estados desde la introducción de REDD.

No ha sido poco común que se pague dinero en el marco de REDD a pesar de que haya aumentado la deforestación en la zona del programa o proyecto REDD. Esto tiene que ver con cómo REDD define el “éxito”. En el caso de los pagos del Fondo Verde para el Clima y REDD Early Movers, los gobiernos involucrados acordaron que los pagos de REDD se realizarían siempre que la deforestación real se mantuviera por debajo de la tasa de deforestación promedio durante algún lapso de tiempo en el pasado. En el caso de los Estados brasileños de Acre y Mato Grosso, en el cálculo se incluyeron los años pico de deforestación, 2004 y 2005. La deforestación había disminuido drásticamente después de esos años debido a las medidas adoptadas por el gobierno brasileño para reducir la deforestación, incluso antes de que existiera REDD. Algunas de esas medidas fueron la demarcación de los territorios de los Pueblos Indígenas y controles regulares y multas para quienes destruyeran los bosques de manera ilegal. Cuando se introdujo REDD, la demarcación y la aplicación de la ley fueron reemplazadas por la lógica de incentivos financieros en la que se basa REDD. El resultado: la deforestación ha vuelto a aumentar.

¿Por qué siguen recibiendo pagos de REDD? Porque el período de referencia fue elegido de tal forma que pudiera mostrarse una deforestación anterior muy alta. Por lo tanto, incluso los aumentos pronunciados de la deforestación después de la introducción de REDD se consideran un éxito de REDD: debido a que la deforestación fue mucho mayor en algún momento del pasado, la deforestación ahora, incluso si aumentó, es menor de lo que podría haber sido sin REDD.

La siguiente imagen muestra cómo el monto del pago REDD depende de los números de referencia negociados y no de lo que realmente sucede en el bosque. La línea verde oscura indica la deforestación real en la Amazonía brasileña. Las barras de colores entre 2014 y 2018 muestran diferentes cifras de referencia que fueron negociadas por el gobierno brasileño bajo diferentes iniciativas REDD. Aunque el gobierno no cumplió con su propio compromiso de 2009 de reducir la deforestación, igual era elegible para recibir financiamiento de REDD. La cantidad de fondos de REDD recibidos dependió menos de la deforestación real que de la diferencia entre la deforestación real y el número de referencia negociado (la línea roja): cuanta mayor deforestación se asumió en el número de referencia, más dinero se pagó por REDD - aun si la deforestación fue en aumento.

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grafico REDD
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Esos pagos de REDD+ jurisdiccional recurren al pasado para establecer una línea de base (inflada). Los proyectos REDD+ individuales utilizan un método aún más dudoso: comparan la deforestación real dentro del proyecto con la historia ficticia de cuánta deforestación habría ocurrido sin el proyecto REDD. Varios informes han arrojado luz sobre cómo este método ha llevado a una alocada exageración de los supuestos ahorros de emisiones. (17)

Para empeorar las cosas, REDD incluye un perverso incentivo incorporado para exagerar la destrucción del bosque que supuestamente habría ocurrido de no existir el proyecto REDD: cuanto mayor sea la hipotética destrucción, mayor será la diferencia entre la deforestación real y lo que el propietario del proyecto afirma que habría ocurrido. Y es esta diferencia la que se convierte en créditos de carbono que el proyecto puede vender. Muchos, si no la mayoría, de los proyectos REDD existentes se basan en afirmaciones inverosímiles de que los bosques serían destruidos sin el proyecto REDD. (18)

Un ejemplo de ello es un proyecto REDD administrado por la ONG conservacionista más grande del mundo, The Nature Conservancy (TNC). La historia REDD de TNC es que sin el proyecto, TNC iba a talar el bosque y extraer su madera más valiosa en los próximos años. Esto es muy poco plausible, sobre todo porque dos décadas antes TNC había llevado a cabo una exitosa campaña de recaudación de fondos para comprar esa tierra. En la campaña de recaudación de fondos, TNC había argumentado que comprar el bosque lo protegería de la amenaza de tala. (19)

REDD como herramienta para aumentar el control sobre la tierra utilizada por los pueblos de los bosques

Los conflictos causados ​​por los proyectos REDD y su impacto negativo en los pueblos de los bosques han sido ampliamente documentados (20). Esos conflictos ocurren con frecuencia cuando los proyectos se establecen en tierras cuya propiedad está en disputa. Los conflictos surgen, por ejemplo, cuando el proyecto REDD impone restricciones en el uso de la tierra dentro de la zona del proyecto REDD. Quienes imponen las restricciones tienden a ignorar que su reclamo sobre la tierra puede ser disputado y que los pueblos de los bosques han utilizado durante mucho tiempo el territorio ahora declarado proyecto REDD. (21)

 

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REDD Acre
Manifestación en Feijo, Acre, Brasil.

 

Las restricciones a menudo incluyen la prohibición de recolectar leña y de ejercer prácticas agrícolas que utilizan fuego. Las familias afectadas por los proyectos REDD también han denunciado restricciones de acceso y confiscación de su ganado, por ejemplo, cuando el proyecto REDD ya no permite que las personas utilicen la tierra que antes tenían disponible como tierra de pastoreo para sus animales. También se ha informado que aumentan los conflictos entre los seres humanos y la vida silvestre. Las familias afectadas por el proyecto REDD Corredor Kasigau en Kenia, por ejemplo, informaron que los elefantes destruyen con frecuencia sus cultivos y que no han recibido una compensación adecuada del proyecto REDD o del Parque Nacional cercano. De estas dos partes, cada una afirma que los elefantes eran responsabilidad de la otra, y las comunidades quedan atrapadas en el medio, sin que nadie les compense sus cultivos destruidos.

REDD también ha facilitado que los gobiernos y las ONG conservacionistas justifiquen programas que restringen prácticas como la agricultura itinerante (“de roza y quema”). Muchas de estas iniciativas imponen cambios que hacen que las prácticas agrícolas de los pueblos de los bosques y los campesinos dependan más de la tecnología e introducen métodos agrícolas controlados por empresas. Pueden promover prácticas que se basen en el uso de fertilizantes y semillas especializadas controladas por empresas para supuestamente aumentar el rendimiento por hectárea (para que los pueblos de los bosques talen menos tierra, según el argumento). Esto permite que empresas, consultores y organismos estatales aumenten el control sobre la tierra utilizada por los pueblos de los bosques e integren más profundamente la agricultura campesina a los mercados globalizados de productos básicos alimentarios. De esta forma, REDD contribuye a que las comunidades campesinas y los pueblos que dependen de los bosques pierdan su autonomía así como sus conocimientos y cultura ancestrales sobre sus tierras y espacios de vida.

Numerosos proyectos REDD también usan drones y cámaras para monitorear quién está usando la tierra y cómo se usan las zonas dentro del proyecto REDD. (22) A veces, este monitoreo se presenta como algo positivo, una forma de detectar a los intrusos que destruyen los bosques dentro de los territorios de los Pueblos Indígenas de manera ilegal, por ejemplo. Pero, ¿no es este tipo de monitoreo una forma de controlar cómo, dónde y cuándo una comunidad usa su territorio, especialmente en zonas donde los derechos sobre la tierra están en disputa? ¿Se multará a los pueblos de los bosques si las imágenes de drones tomadas por el proyecto REDD muestran que han talado árboles en su territorio, por ejemplo, para la construcción de una casa comunitaria? ¿Podrán los promotores y consultores de proyectos REDD recopilar información crucial del equipamiento digital de mapeo y proporcionarla a los miembros de la comunidad involucrados en una actividad REDD? ¿Quién controla esta información?

Ya sea que se centre en las prácticas agrícolas de las comunidades de los bosques o en su uso de los bosques, en su implementación real, de una forma u otra REDD ha tendido a poner en riesgo la autonomía y la soberanía alimentaria de las comunidades. También ha aumentado la influencia que los gerentes y consultores de proyectos REDD tienen sobre el uso de la tierra en los bosques dentro del proyecto REDD. Al asignar un valor financiero a los árboles como reservas de carbono, REDD (y las “soluciones basadas en la naturaleza” en términos más generales) también ha alentado el acaparamiento de tierras como una forma de sacar provecho del nuevo valor de carbono de la tierra. (23)

REDD como causa del caos climático

REDD ha demostrado ser una excusa popular para retrasar el fin de la quema de combustibles fósiles, con lo cual, de hecho, es responsable de la continuación y expansión del uso de combustibles fósiles. La creciente presión sobre las empresas para que demuestren que están “adoptando medidas para reducir su impacto climático” hace que muchas se presentan como entusiastas defensoras de los bosques. Compañías petroleras como Eni y Shell hablan de su “compromiso con la protección y conservación de los bosques” (Eni) y de cómo “las soluciones basadas en la naturaleza pueden hacer una gran contribución a la ambición de Shell de ser una empresa de energía con cero emisiones netas para 2050, o antes". (Shell).

Sin embargo, estas mismas empresas carecen de un entusiasmo comparable para comprometerse a “proteger y conservar” las reservas subterráneas de carbono que continúan destruyendo para extraer petróleo, carbón y gas. ¿Dónde está el compromiso de acabar con esta destrucción que es la causa principal del colapso climático?

Un artículo de REDD-Monitor de diciembre de 2020 resume por qué empresas como Eni, Shell y muchas otras están tan entusiasmadas con los bosques, REDD y las “soluciones basadas en la naturaleza” o las soluciones climáticas naturales: “A los grandes contaminadores les encantan porque les permiten continuar con sus prácticas de siempre. Una serie de compañías de petróleo y gas, entre ellas Shell, BP, Total, Gazprom, Eni, Petronas, PetroChina y Occidental, anunciaron recientemente la entrega de gas natural licuado “neutro en carbono”. Los combustibles fósiles, por supuesto, no pueden ser “neutros en carbono”, y las afirmaciones de que las emisiones fueron “compensadas” mediante la compra de créditos de carbono son puro maquillaje verde. Estafas climáticas como REDD y las soluciones climáticas naturales existen exactamente con ese propósito. Para permitir que la industria de los combustibles fósiles se maquille de verde”. (24)

Permite maquillar de verde la quema continua de combustibles fósiles, así como la explotación económica y la destrucción socioecológica y cultural inextricablemente ligadas al extractivismo de combustibles fósiles, que hacen que REDD sea mucho peor que un simple fracaso colosal en cuanto a ayudar a reducir la pérdida de bosques.

Jutta Kill, WRM Secretariat

 

(1) Branford, S. & T. Borges (2021). Facebook enabling Amazon land grabbing, deforestation, finds investigation, and Branford, S. & M. Torres (2017) Crime and not enough punishment: Amazon thieves keep stolen public land. See also, Forest Trends (2014). Consumer Goods and Deforestation. An Analysis of the Extent and Nature of Illegality in Forest Conversion for Agriculture and Timber Plantations.
(2) Por estadísticas sobre deforestación en la Amazonía brasileña ver el proyecto PRODES del gobierno brasileño: http://www.obt.inpe.br/OBT/assuntos/programas/amazonia/prodes y http://www.inpe.br/noticias/noticia.php?Cod_Noticia=5811; por tendencias de la deforestación en determinados países, ver también la base de datos de Global Forest Watch en: Global Forest Watch dataset here.
(3) Ver por ejemplo: Song, L. (2019). An even more inconvenient truth. Why carbon credits for forest preservation may be worth than nothing; sobre el FCPF del Banco Mundial ver REDD-Monitor (2022): Congo’s forest ‘emissions reductions programme’: Germany, Norway and UK taxpayers paying for nothing, as the World Bank-backed Forest Carbon Partnership Facility produces only ‘hot air’ emissions reductions;  WRM (2019): WRM (2019): REDD+: un mecanismo intrínsecamente podrido.
(4) German Institute for Development Evaluation (DEval) (2020). Germany’s Contribution to the Forest and Climate Protection Programme REDD+.
(5) Geist, H. and Lambin, E. F. (2002). Proximate causes and underlying driving forces of tropical deforestation. BioScience, 52 (2002), 143-150.
(6) REDD and Natural Climate Solutions are a massive distraction from real climate solutions. REDD-Monitor, 14 December 2021.
(7) Lund, J. F. et al. (2016). Promising Change, Delivering Continuity: REDD+ as Conservation Fad. World Development, and Svarstad H. & Benjaminsen, T. (2017). Nothing succeeds like success narratives: a case of conservation and development in the time of REDD, Journal of Eastern African Studies.
(8) Ver la conversación en 2020 'Carbon Policy is not Climate Policy' por Larry Lohmann para algunas de las razones por las cuales esta noción es cuestionable.
(9) WRM (2020) ¿Qué hay de malo en plantar árboles?
(10) Counsell, S. (2021). ONG conservacionistas regalan a contaminadores un acaparamiento de tierras enorme bajo el nombre de “Soluciones basadas en la naturaleza”. En: "Soluciones Basadas en la Naturaleza": ocultando un enorme robo de tierras. Boletín 255 del WRM – Marzo/Abril 2021.
(11) Ver por ejemplo, carta del 25 de septiembre de 2020 de AIDESEP al FCPF en: Carta N° 156-2020-Aidesep. (2021). La realidad de REDD en Peru. Entre el dicho y el hecho y Rights and Resources Initiative (2018). Mai-Ndombe: Will the REDD+ Laboratory Benefit Indigenous Peoples and Local Communities?
(12) Forest Carbon Partnership Facility Takes Aim at Deforestation.
(13) Global Forest Coalition (2020). 15 years of REDD. Has it been worth the money?; WRM (2019). Misguided funding: Green Climate Fund support for REDD+;
(14) Cabello, J. (2013). The World Bank and 'market readiness': A 'carbon bible' for Southern countries.  
(15) Fern and Forest Peoples Programme (2011). Smoke and Mirrors: A critical assessment of the Forest Carbon Partnership Facility.
(16) BioCarbon Fund "Who we are" y BioCarbon Fund - Initiative for Sustainable Forest Landscapes para un panorama de quiénes están involucrados en las diferentes iniciativas.
(17) Ver entre otros: Foodwatch (2021). Offsetting: 'climate neutral’ through forest protection? Assessment of the ‘climate neutral’ claims related to the Tambopata-area REDD project in Brazil nut concessions in Madre de Dios, Peru; West, Th. et al. (2020). Overstated carbon emission reductions from voluntary REDD+ projects in the Brazilian Amazon. PNAS.
(18) Además de los informes de (17) y (19), ver también: REDD-Monitor (2017): Is Wildlife Work’s Mai Ndombe REDD+ project “additional”?; Seyller, C. et al. (2016). The 'Virtual Economy' of REDD+ Projects. International Forestry Review; Mulungu, K. (2021). The Luangwa Community Forests Project (LCFP) in Zambia. A review of the biggest REDD+ project in Africa financed by the Italian oil and gas company ENI. Report commissioned by Greenpeace Italy; REDD-Monitor (2019). Indonesia’s Katingan REDD project sells carbon credits to Shell.   
(19) La mayoría de las actividades REDD+ se encuentran en el Sur global, pero también hay proyectos REDD+ en Estados Unidos y Canadá. Ver por ejemplo: Ben Elgin (2020). These Trees Are Not What They Seem. How the Nature Conservancy, the world’s biggest environmental group, became a dealer of meaningless carbon offsets. Bloomberg Green.
(20) Entre los proyectos REDD+ que han causado conflictos figuran el proyecto REDD Corredor Kasigau en Kenya, los proyectos REDD Montañas Cardamon en Camboya, Los proyectos REDD+ Alto Mayo, Cordillera Azul y Tambopata en Peru, los proyectos REDD Russas y Valparaiso en Brazil, el proyecto REDD+ Katingan en Indonesia, los proyectos REDD Mai Ndombe en la República Democrática del Congo. REDD-Monitor ha publicado artículos sobre todos estos proyectos. Ver también: Nel, A (2017). Contested carbon: Carbon forestry as a speculatively virtual, falteringly material and disputed territorial assemblage. Geoforum 81: 144–152; Flynn, G. (2021). REDD+ Projects Still Struggling to Live up to Expectations in Cambodia.
(21) Ver por ejemplo: REDD-Monitor (2021). Indigenous Kichwa community takes the Peruvian State and Cordillera Azul National Park to court; and Comunidad Kichwa Puerto Franco se reúne con representantes del Parque Nacional Cordillera Azul y exige que respeten sus derechos.
(22) Basta! & Amis de la Terre (2013): “REDD+ in Madagascar: You Can’t See the Wood for the Carbon"
(23) BBC News Brasil (2021): Documentário: BBC revela venda ilegal de terras na Amazônia pelo Facebook.
(24) REDD and Natural Climate Solutions are a massive distraction from real climate solutions

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