Bolivia: el manejo comunitario de bosques en la historia de los pueblos indígenas

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En un documento realizado en el marco de FOMABO (Manejo Forestal en las Tierras Tropicales de Bolivia), un proyecto que surge a partir del convenio entre las Universidades KVL de Dinamarca y UAGRM - UMSS de Bolivia, con apoyo de DANIDA, se identifican las características principales del manejo comunitario de bosques relacionadas con los múltiples usos que le dan los pueblos indígenas al bosque. En la comprensión nativa, el bosque es la "casa grande" del ser indígena --"lo que es el supermercado para los no-indígenas es el bosque para los indígenas"-- donde se provee de todos los bienes y alimentos necesarios y concentra las distintas relaciones laborales y socioculturales. En la cosmovisión indígena el territorio es el espacio necesario que permite tanto las relaciones reproductivas como productivas con la naturaleza, y ambas permiten el adecuado aprovechamiento de los recursos naturales existentes en los territorios boscosos. El manejo comunitario del bosque, por estas características, se define como los múltiples usos y manejos de los recursos del bosque por parte de los pueblos indígenas.

Antes de la llegada de los europeos a tierras bajas de Bolivia por el Río de la Plata en 1535, los pueblos indígenas constituían diferentes comunidades étnicas con un común denominador basado en la relación dominante naturaleza-ser humano, donde el ser humano aprovecha los ciclos reproductivos de la naturaleza, vía la recolección de especies silvestres, la pesca y la cacería. Este sistema se mantuvo a lo largo del tiempo y en la actualidad forma parte de los sistemas de manejo y uso tradicional del espacio y los recursos naturales en sus respectivos territorios, pero a su vez forma parte de las caracterizaciones de la identidad social como pueblos indígenas, adoptando, asimilando y fusionando otros conocimientos de culturas diferentes, aunque manteniendo sus propios valores.

La identidad social indígena actual es el resultado de un conjunto de encuentros y desencuentros con otros sectores sociales diferentes y de la sincretización de valores ajenos: la religiosidad, sistemas de organización (capitanías, cabildos, zonas agrarias), sistemas de trabajo comunal (minga) que luego pasaron a formar parte de los usos y manejos tradicionales: recolección, caza, pesca y los múltiples usos del monte. Aspectos que se congregan en la cosmovisión actual, planteada como la reestructuración de sus territorios ancestrales y la interpelación al Estado y la Sociedad para un desarrollo con identidad propia a partir de ocupar espacios de poder nacionales y locales.

Se puede concluir que a nivel de las comunidades que habitan áreas de bosque, la práctica, la producción y utilización de productos forestales a nivel de aldea suelen inscribirse en sistemas sociales complejos que regulan el manejo de recursos, en los que muchos de los factores que influyen en nuestra capacidad de intervenir con soluciones forestales no tienen carácter forestal. Se trata primordialmente de factores humanos, relacionados con los modos en que la gente organiza el aprovechamiento de las tierras y otros recursos. Por consiguiente, requieren enfoques específicos para cada situación y difícilmente pueden abordarse con éxito mediante soluciones generales o enfoques orientados hacia un único elemento de la situación.

Es por eso que los análisis iniciales en cuanto a la naturaleza de la dependencia de la población respecto de los árboles y productos derivados fueron en algunos aspectos incorrectos o incompletos, y, por lo tanto, las soluciones identificadas fueron inapropiadas. Así ocurre en especial con las soluciones a la disminución de la disponibilidad de leña, y con los intentos de efectuar intervenciones contradictorias al marco social e institucional existente en las comunidades. Incluso los proyectos que han intentado identificar las necesidades, las aspiraciones y las posibilidades locales, en la práctica se han basado más en las opiniones de los planificadores y otros agentes externos que en las de la propia población del lugar. Con demasiada frecuencia, el diálogo para conseguir la participación local se ha iniciado tan sólo después de ultimado y establecido el diseño del proyecto.

El "manejo forestal comunitario" ha adolecido de considerable confusión y falta de claridad en cuanto a su naturaleza y finalidad. En ocasiones, la utilización de este término genérico parece haber ocultado la gran diversidad de objetivos fijados para los proyectos de desarrollo forestal comunitario. A menudo, el diseño y la ejecución de los proyectos se han visto perjudicados por una falta de claridad acerca de cuáles de esos objetivos se estaban persiguiendo o tenían prioridad. Aunque algunos de esos múltiples objetivos pueden ser compatibles o incluso reforzarse mutuamente, otros pueden resultar contradictorios. Es improbable que la plantación de árboles para alcanzar objetivos ecológicos, como la protección de los suelos, dé suficientes productos vendibles para que sea económicamente atractiva al agricultor. De manera análoga, es improbable que la plantación de árboles para generar ingresos beneficie a quienes tienen pocas tierras o carecen de ellas. Difícilmente puedan satisfacerse tanto las necesidades de subsistencia como las del mercado con un único modelo de producción. Es improbable además que los proyectos concebidos inicialmente para alcanzar un objetivo de producción sirvan igualmente para lograr un objetivo social posteriormente añadido, como por ejemplo el de beneficiar a los pobres, a menos que sean debidamente reestructurados.

El desarrollo forestal comunitario no constituye, pues, una disciplina o un programa aparte, sino una dimensión de la silvicultura, la agricultura, la energía rural y otros componentes del desarrollo rural. Si bien en otras experiencias se ha contemplado el manejo comunitario de bosques como parte de las actividades de las poblaciones "rurales", la importancia que se le asigna siempre ha sido de orden secundario, visto como plantaciones de árboles y no como una actividad principal de los usos y múltiples manejos de los recursos del bosque como ahora se postula. En definitiva, la institucionalización del manejo comunitario de bosques como múltiples usos y funciones del bosque será la institucionalización y el reconocimiento de las prácticas de los pueblos indígenas amazónicos.

Extraído y adaptado de: "Entendiendo la historia de los pueblos indígenas para promover la forestería comunitaria como una alternativa de desarrollo socio-económico local en las TCO's", José Martínez Montano, correo electrónico: jomartinez@scbbs-bo.com , Proyecto FOMABO (el documento completo está disponible en http://www.wrm.org.uy/paises/Bolivia/TCO.doc)