Camerún: investigación cuestiona mitos acerca de consumo de leña y deforestación

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Un estudio publicado por IITA y CIFOR en 1997 sobre la producción y el consumo de leña y la relación entre ese uso de la madera y la deforestación en el sur de Camerún arroja interesantes resultados, que cuestionan algunos de los mitos en relación con la responsabilidad de los pobres rurales en la destrucción de los bosques, así como con los supuestos beneficios de las plantaciones para contrarrestarla.

Estudios previos llevados a cabo en Africa habían demostrado que la agricultura contribuye tanto o incluso más que el uso de leña a la destrucción de los bosques. En Costa de Marfil, por ejemplo, cinco millones de hectáreas de selva fueron convertidas en tierras de cultivo entre 1966 y 1980, período en el que se destruyeron unos tres millones de metros cúbicos de madera –ni siquiera utilizada como combustible-- cifra superior al volumen total exportado en ese lapso. Recientes investigaciones centradas en el tema energético llegaron a la conclusión de que la agricultura constituye la principal causa de deforestación en Africa. Un estudio del Banco Mundial del año 1987 señala incluso que si bien la deforestación está vinculada generalmente a la corta de árboles para obtener leña, en realidad lo que generalmente sucede es lo contrario: la leña es un subproducto de la corta practicada para la agricultura. Dicha conclusión es válida para la zona de selva tropical de Camerún, donde amplias superficies de bosque han sido cortadas, roturadas y convertidas en tierras de cultivo. La leña es recogida de los restos de los árboles tumbados. Por el contrario, en la región del Sahel de dicho país, donde el paisaje está dominado por arbustos, la leña se obtiene de cortar las ramas de los pocos árboles existentes, asegurando su conservación.

La referida investigación prueba también que la urbanización, el aumento de las área de cultivos y la deforestación para la obtención de leña están correlacionadas. En las zonas densamente pobladas de Yaoundé –la capital del país-- y sus alrededores, donde el consumo de leña es mayor y donde ha habido una fuerte presión sobre los bosques por la agricultura, éstos han casi desaparecido. En cambio, en el área más rural de Ebolowa, las reservas de bosques son más abundantes, dado que la oferta de leña supera con creces su demanda. Por otra parte, el trabajo confirma que el consumo de leña en los hogares rurales para cocinar y calefaccionarse no implica un riesgo para los bosques, dado que los volúmenes de madera usados con estos fines son pequeños y además el recurso se regenera rápidamente.

El estudio muestra claramente que no pueden hacerse generalizaciones acerca de la relación entre uso de leña y deforestación, puesto que deben tenerse en cuenta muchas variables, tales como densidad de población --tanto rural como urbana-- naturaleza de las actividades realizadas por los pequeños campesinos, proximidad a los centros urbanos, demanda urbana de leña, calidad de los caminos, etc. Por ejemplo, las aldeas próximas a las principales ciudades venden grandes cantidades de leña, tanto obtenida a partir de los árboles cortados para destinar áreas de bosque a la agricultura como de la corta de madera en las reservas forestales. Por el contrario en las área rurales alejadas no hay venta de leña en absoluto debido a que en esas zonas la oferta de leña es mucho mayor que su demanda y los árboles tumbados para liberar tierra para la agricultura --principal causa de deforestación en este caso—son dejados descomponiéndose en el lugar.

Confirmando las conclusiones de estudios anteriores, la autora señala también que las plantaciones no constituyen una medida adecuada para proveer de leña a las poblaciones locales y disminuir así la presión sobre los bosques. Este tipo de soluciones fue promovido por gobiernos y agencias de desarrollo pensando que podría traer consigo efectos colaterales positivos, como la generación de empleo e ingresos. Pero en la realidad esto no se dio. Los pequeños campesinos de Camerún, así como los de la India por ejemplo, prefieren establecer plantaciones de uso múltiple --cuyos productos pueden ser vendidos a buen precio en el mercado-- que hacer crecer árboles con el mero fin de producir leña.

En resumen, los procesos de deforestación en Africa no pueden ser explicados a partir de análisis simplistas, utilizados con demasiada frecuencia para culpar a los pobres. Lo mismo es aplicable a las soluciones. Existe una enorme variedad de situaciones al interior de los países del continente, que deben ser tenidas en cuenta antes de hacer generalizaciones e implementar medidas.

Artículo basado en información obtenida de: Adrienne Paule Demenou, “La place du bois de feu dans un système agroforestier”, IITA/CIFOR, Cameroon, 1997.