Convención de la ONU sobre Diversidad Biológica: importante decisión en torno a los árboles transgénicos

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La Octava Conferencia de las Partes de la Convención de Naciones Unidas sobre Diversidad Biológica finalizó el 31 de marzo [de 2006] con dos decisiones importantes relacionadas entre sí: el mantenimiento de la moratoria al uso de la llamada “tecnología Terminator” y una recomendación de cautela a los países en relación con el uso potencial de los árboles de ingeniería genética. Estos asuntos pasaron a estar vinculados durante las deliberaciones sobre la extensión de la moratoria al uso de la peligrosa “tecnología Terminator”, es decir la modificación genética de las plantas para que produzcan semillas estériles que no puedan cultivarse. La conexión surgió cuando la industria alegó que necesitaba la “tecnología Terminator” para poder resolver los problemas de contaminación planteados por la comercialización de árboles transgénicos.

Como resultado de la relación entre estos asuntos, las campañas Terminar Terminator y STOP GE Trees trabajaron en conjunto para explicar los peligros inherentes de estas dos tecnologías y los motivos por los que es necesario que ambas sean prohibidas de plano.

La COP-8 decidió mantener la moratoria a la “tecnología Terminator” durante la primera semana de reuniones, aunque países como Canadá y Nueva Zelanda intentaron sin éxito hacer descarrilar este acuerdo en varias ocasiones posteriores. La decisión relativa al asunto de los árboles de ingeniería genética fue adoptada tarde en la última noche de la COP. Esta decisión histórica, que reconoce por primera vez los peligros potenciales, tanto sociales como ecológicos, de los árboles transgénicos y exhorta a los países a adoptar un enfoque muy cauteloso en relación con dicha tecnología, ayudará a retardar la precipitada carrera para comercializar ese tipo de árboles.

La decisión declara en parte que “La Conferencia de las Partes, reconociendo las incertidumbres relacionadas con los potenciales impactos ambientales y socioeconómicos, con inclusión de los impactos a largo plazo y transfronterizos, de los árboles de ingeniería genética sobre la diversidad biológica forestal mundial, así como sobre el sustento de las comunidades indígenas y locales, y dada la ausencia de información confiable y capacidad en algunos países para llevar a cabo evaluaciones del riesgo y estimar dichos potenciales impactos... recomienda a las partes adoptar un enfoque precautorio al tratar el asunto de los árboles de ingeniería genética”. La decisión exhorta también a empezar a compilar información sobre las consecuencias sociales y ambientales de los árboles transgénicos mediante un proceso en el que participen las organizaciones pertinentes, con inclusión de las comunidades indígenas y locales.

El hecho de que la CDB haya tenido una postura tan fuerte contra los árboles de ingeniería genética en la primera ocasión en que se presentó el tema, y a pesar de la presión ejercida tras bambalinas por Estados Unidos y la industria, indica la magnitud de las inquietudes relativas a las importantes y singulares amenazas que plantean los árboles transgénicos. Ricardo Carrere, del Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales, resumió las preocupaciones generadas al respecto: “Los árboles transgénicos son una de las amenazas más peligrosas para los bosques, que albergan la mayor parte de la biodiversidad terrestre del planeta. La liberación de árboles transgénicos contaminará inevitable e irreversiblemente los ecosistemas de bosques y destruirá la biodiversidad”.

Durante la primera ronda de conversaciones del Grupo de Trabajo sobre Diversidad Biológica Forestal de la COP-8 , que incluía en su programa el asunto de los árboles transgénicos, diez países exhortaron a detener la liberación de árboles transgénicos en el medio ambiente: primero Irán y luego Ghana, Malawi, Ecuador, Filipinas, Senegal, Noruega, Madagascar, Egipto y Rwanda. A su llamado se sumaron el Foro Indígena Internacional sobre Biodiversidad, Greenpeace, Women’s Caucus y la Federación de Científicos Alemanes. En discusiones posteriores Liberia tuvo un papel importante en el fortalecimiento de la decisión de la COP-8 en relación con los árboles de ingeniería genética.

Este es un paso importante para la campaña mundial para detener los árboles de ingeniería genética. Empresas como Arborgen están avanzando rápidamente en el camino de la comercialización de los árboles transgénicos en países como Brasil, Chile, India y Sudáfrica. En aquellos países miembros de la CDB de la ONU, la decisión de la COP-8 brindará una palanca política a las organizaciones contrarias al avance de las plantaciones de árboles transgénicos. La decisión ayudará también al avance de la campaña STOP GE Trees en Estados Unidos. Porque, aunque EE.UU. no sea parte de la CDB, el peligro de que se eliminen sitios potenciales para plantaciones futuras (y también lucros futuros) dará escalofríos a la industria, lo que ayudará a sofocar la investigación continuada y onerosa en árboles de ingeniería genética. Por ejemplo, Arborgen considera que Brasil es su “geografía más importante”; si los movimientos brasileños logran detener la expansión de los monocultivos de árboles, con inclusión de futuras plantaciones de árboles transgénicos, Arborgen puede tener problemas para seguir consiguiendo financiación para la investigación permanente en productos con poco futuro.

La Dra. Ricarda Steinbrecher, genetista e integrante de la Federación de Científicos Alemanes, lo resume de este modo: “Este resultado de la CDB que recomienda un enfoque precautorio respecto de los árboles GM representa un primer paso en el reconocimiento de los riesgos asociados a los árboles de ingeniería genética. [Este resultado] ayudará tanto a las ONG como a los científicos a enviar un mensaje de alerta urgente a todas las naciones [explicando] que no tenemos suficientes datos científicos sobre las implicaciones de los árboles GM, que plantean una amenaza para los bosques y los pueblos indígenas y locales de todo el mundo, y que por lo tanto es fundamental detener todas las liberaciones por lo menos hasta disponer de tales información y evaluaciones”.

Por Anne Petermann, STOP GE Trees Campaign, Global Justice Ecology Project, correo-e: globalecology@gmavt.net