Costa Rica: bosques secundarios una mejor opción que plantaciones

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Se llevó a cabo un foro en la región norteña de Costa Rica el 16-17 de setiembre para analizar y reflexionar en cuanto a las experiencias desarrolladas con bosques secundarios y plantaciones forestales en esa región. Participaron en el evento funcionarios gubernamentales, profesionales forestales, organizaciones de campesinos, compañías forestales y organizaciones ambientalistas. La región norteña, afectada por un severo proceso de deforestación es al mismo tiempo el área con mayor extensión de monocultivos forestales (gmelina, teca, laurel y terminalia) en el país. Estas plantaciones han recibido subsidios a razón de US$ 500 por hectárea con fondos públicos originados vía un impuesto selectivo sobre el uso de combustibles. La cantidad total dedicada a estos subsidios ha alcanzado los US$ 20 millones en los últimos 10 años. Un total de 40.000 hectáreas de plantaciones existen hoy en día en Costa Rica.

En el foro se discutió el polémico tema concerniente a la sustentabilidad ambiental del modelo de plantaciones. La conclusión a la cual se arribó fue que dicho modelo es inadecuado. La mayoría de las plantaciones en la región están en mal estado o han sido un fracaso total porque la tecnología implementada no tomó en cuenta las especiales condiciones de los trópicos. Además, la mayoría de los fondos públicos fueron captados por grandes compañías forestales y no por los pequeños campesinos.

Por el otro lado, en el foro se remarcó que los bosques secundarios eran en realidad una interesante opción para la producción maderera. En esa región existe una tradición en el uso de los bosques, que contienen más de 150 especies. A diferencia de los monocultivos, los bosques ofrecen diversos servicios ambientales tales como: conservación de la biodiversidad, capacidad de actuar como un corredor biológico, preservación de agua y de tierra, paisaje y recreación.

El foro recomendó desarrollar experiencias basadas en los recursos nativos con la inclusión del conocimiento de los campesinos y de los indígenas. Entre éstas, la regeneración enriquecida del bosque, plantaciones mixtas con especies nativas de crecimiento lento, mediano y rápido y sistemas agroforestales donde los pequeños campesinos juegan un rol central. También se demandó que las organizaciones de campesinos tuvieran un acceso efectivo a los fondos públicos.

Cuando las discusiones sobre los bosques se extienden más allá del círculo cerrado de los forestales profesionales -educados en el concepto del bosque como exclusivamente productor de madera -y se abren a la participación de la sociedad, incluyendo aspectos ambientales y sociales, naturalmente éstas son la clase de conclusiones a las cuales se arriba.

Fuente: Javier Baltodano, COECOCEIBA-Amigos de la Tierra, Costa Rica.