EEUU: árboles transgénicos destruidos en Universidad del Estado de Oregón

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A mediados de marzo de 2001, estudiantes y alumnos de la Universidad del Estado de Oregón (OSU por su sigla en inglés) destruyeron tres sitios de ensayo de Ingeniería Genética, donde se cultivaban distintas variedades de álamos bajo la dirección del profesor de forestación de esta universidad, Steve Strauss, fundador de la Cooperativa de Investigación en Ingeniería Genética de Árboles (Tree Genetic Engineering Research Cooperative - TGERC).

De acuerdo a una carta abierta enviada después de la acción al Profesor Strauss, las parcelas de ensayo “de esos lugares fueron evaluadas en forma independiente, y se determinó que se trataba de un experimento peligroso con consecuencias genéticas desconocidas”.

La carta continúa diciendo: “Anillamos o cortamos el 90% de los árboles de su investigación en los predios de la OSU en Peavey Arboretum. En los terrenos de la OSU cerca del río Willamette, eliminamos el 60% de los árboles. Por último, se cortaron todos los árboles en una parcela de ensayo en la Estación Experimental Agrícola de la OSU en Klamath Falls. En total se destruyeron más de 1.200 de los árboles de su investigación en Ingeniería Genética.”

La Universidad del Estado de Oregón es la número uno en el mundo en investigación sobre Ingeniería Genética de árboles. Entre otros estudios, la OSU experimenta introduciendo el herbicida Roundup Ready de Monsanto en células de álamos.

Esta acción por parte de estudiantes de la OSU se produce apenas unas semanas después de que ELF quemara una desmontadora de algodón utilizada por un proyecto de investigación en Visalia, California. Desde noviembre de 1998 han habido unas 40 acciones directas anti-transgénicas. Los autores de estas acciones sostienen que la biotecnología es completamente innecesaria y que su desarrollo a expensas de la salud ecológica y humana tiene por único fin aumentar las ganancias de las grandes corporaciones multinacionales.

Respecto a las cuestiones de los híbridos en general, la sustitución masiva de bosques nativos por plantaciones de monocultivos de árboles híbridos ecológicamente inestables, se define como un juego de azar con consecuencias aterradoras. Las únicas características de selección por las que se incorporan estos híbridos son económicas, y por esa razón las plantaciones de árboles híbridos no transgénicos se consideran una amenaza ecológica.

A este respecto, la carta abierta dice: “Algunos de los árboles que destruimos pueden haber sido híbridos y no ejemplares transgénicos. Pero la TGERC que usted dirige se concentra en álamos híbridos como método para producir genes modificados para crear sus árboles frankenstein. La totalidad de la investigación del programa sobre el género Populus se usa con el objetivo de patentar y comercializar árboles transgénicos.”

Entonces, “los trabajos que usted realiza con TGERC son social y ambientalmente inaceptables. Usted sostiene que realiza estudios de base independientes para abordar problemas del medio ambiente, pero su afirmación es desmentida por los millones de dólares que su programa recibe de las grandes corporaciones madereras con el objetivo de obtener super-árboles de crecimiento rápido para su beneficio. ”

Artículo basado en información obtenida de: Genetix Alert News Release, March 23, 2001,