Los monocultivos de árboles en la mira de una red latinoamericana

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La Red Latinoamericana contra los Monocultivos de Árboles (RECOMA) es una red descentralizada de organizaciones de todos los países de la región, que tiene como objetivo fundamental la coordinación de actividades para resistir la expansión de monocultivos de árboles a gran escala en la región, ya sean estos para la producción de madera y celulosa, para la producción de aceite de palma o para oficiar como "sumideros de carbono".

En ocasión del V Foro Social Mundial, diversos integrantes de la RECOMA presentes en Porto Alegre pudieron reunirse y ponerse al día sobre la situación de cada país, así como trazar estrategias futuras y planificar actividades para el año.

Uno de los aspectos destacados del trabajo de coordinación ha sido la posibilidad de contar con los resultados de diversas investigaciones llevadas a cabo por integrantes de la RECOMA --algunos ya completados y otros en curso-- y que seguramente aportarán elementos importantes para el trabajo de la red.

En Brasil se llevó a cabo un estudio sobre la generación de empleo y las condiciones laborales de plantaciones de árboles en gran escala asociadas a plantas de celulosa. La investigación fue realizada por la organización brasileña FASE y es una demostración más de los desastres sociales del modelo forestal que se procura imponer en la región.

En Ecuador, la organización Acción Ecológica llevó a cabo una investigación sobre las actividades de la fundación holandesa FACE, que ha instalado en ese país plantaciones de pinos y eucaliptos para absorber las emisiones de gases de efecto invernadero producidas por empresas eléctricas holandesas. Al mismo tiempo, Acción Ecológica ha iniciado una nueva investigación, enfocada ahora sobre los impactos socioeconómicos de los monocultivos de árboles.

En Chile, el Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales, está llevando a cabo un trabajo de investigación sobre los efectos sociales de las plantaciones de árboles, así como sobre sus supuestos beneficios económicos para el país, cuyos resultados serán muy importantes ya que Chile es presentado como “el modelo” por quienes impulsan el desarrollo de las plantaciones de árboles en otros países.

En Venezuela, la organización AMIGRANSA realizó un pequeño estudio sobre la situación de dos comunidades afectadas por la empresa irlandesa SMURFIT, que ocupó grandes áreas de tierras fértiles para implantar allí plantaciones de árboles de gran escala para abastecer su planta de celulosa. Como resultado de esa investigación surgió una iniciativa de acción que se plasmó en una carta abierta dirigida al presidente Hugo Chávez en apoyo de la lucha de las comunidades.

En Uruguay, el Grupo Guayubira encomendó una investigación sobre los impactos ambientales de la forestación y otra sobre sus impactos sociales. Esta última evidenció no sólo que la plantación de árboles es mucho peor que la propia ganadería extensiva en materia de generación de empleos por hectárea, sino que además las condiciones laborales imperantes en las plantaciones también son peores.

El objetivo de las anteriores investigaciones es el de aportar más información y análisis con el objetivo de fortalecer la lucha contra estos monocultivos. No se trata por lo tanto de un ejercicio académico, sino de elaboración de herramientas que no sólo sirvan para la acción sino que a su vez permita a las organizaciones insertarse mejor en las luchas sociales.

Otro de los temas que surgió como central en la agenda de la RECOMA es el referido a la certificación, tanto del FSC como de otros esquemas de certificación nacionales. La reflexión unánime de los integrantes de la red es que las certificaciones debilitan las luchas locales contra la expansión de los monocultivos de árboles y los participantes en la reunión acordaron desarrollar actividades conjuntas en la materia.

El hecho de que la RECOMA se haya reunido en el Foro Social Mundial ya es de por sí un mensaje claro en cuanto a que la Red percibe al tema de los monocultivos de árboles como un tema esencialmente social. El “otro” mundo posible debe ser diverso, tanto en lo ambiental como en lo social, por lo que allí no tendrán cabida los monocultivos de ningún tipo. En el caso de los de árboles, la RECOMA ya está avanzando en ese camino y su negación --NO a los monocultivos de árboles-- es fundamentalmente una afirmación: SÍ a la vida y SÍ a la diversidad.

Para contactarse con el secretariado de la RECOMA, dirigirse a Ana Filippini en la direccion: anafili@wrm.org.uy