Malasia: el "progreso" que trajo a Sarawak la represa de Bakun

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Durante años el proyecto de la represa de Bakun ha generado gran preocupación entre las ONGs ambientalistas y sociales y las organizaciones de pueblos indígenas en Sarawak y en todo el mundo. Las mismas se han opuesto desde siempre a este megaproyecto por resultar perjudicial para los bosques primarios remanentes de Sarawak que se encuentran en el área de inundación y para los pueblos indígenas que allí habitan (ver Boletines 2, 9 y 24 del WRM).

El reasentamiento forzoso de los residentes de Bakun, que totalizan alrededor de 10.000 indígenas pertenecientes a 15 aldeas es otra de las consecuencias negativas de este proyecto de "desarrollo". Junto a la desaparición de los Derechos Consuetudinarios de los Nativos sobre sus tierras ancestrales, miles de indígenas de las etnias Kayan, Kenyah, Lahanan, Ukit y Penan fueron sacados de sus hogares y reasentados en Asap, a unos 30 kilómetros del lugar que ocupa la represa.

No sólo que los sistemas de cultivo tradicionales de los pueblos indígenas han sido completamente destruidos -puesto que a cada familia se le ha asignado un pequeño lote- sino que las arbitrariedades y las irregularidades imperan respecto de la promesa del gobierno de una compensación por sus tierras perdidas. Muchos de ellos reclaman que dicha compensación ha sido muy inferior a lo pactado, o directamente que no han recibido dinero alguno. Lo que es más, muchas de las compensaciones ni siquiera llegaron al precio de las nuevas modestas casas en las que ahora están obligados a vivir. Incluso casas de bajo costo en otras partes del país resultan mucho más baratas y de mejor calidad. Además, en lugar de hacer participar a los nativos en la construcción de sus hogares, se contrató a Bucknalls -una multinacional con sede en el Reino Unido- para construir las viviendas y la infraestructura. Por último, pero no por ello menos importante, el "moderno" poblado carece de adecuada infraestructura en lo que respecta a calles, instalaciones sanitarias y escuelas.

Con el reasentamiento, las comunidades indígenas han perdido su tierra e ingresado en un acelerado proceso de aculturación, producido por la reconversión de su economía autosustentable en una economía de mercado. Al mismo tiempo sus tierras y bosques -que han sido su hogar durante siglos- habrán de terminar sumergidos por las aguas del megaproyecto de Bakun. ¿Es posible catalogar esto como "progreso"?

Fuente: Mohamed Idris, Sahabat Alam Malaysia, 26/11/99;