Después del acuerdo de París, las plantaciones de árboles están creciendo como supuestos sumideros de carbono para generar créditos, un negocio lucrativo, que también es usado para lavar la imagen de grandes empresas. Un reciente artículo de Climate Tracker devela parte de la sucia forma de mantener plantaciones de árboles para un negocio que se promociona limpio. Los casos corresponden a Paraguay y Colombia. En el primero, Apple usa monocultivos que presenta como bosques, en los cuales emplea agroquímicos prohibidos o restringidos en otros países, violando leyes y poniendo en riesgo a poblaciones, especialmente a la niñez. En Colombia, las empresas responsables reconocen aplicar químicos nocivos, como glifosato, que puede acumularse en los peces, que representan la principal fuente de proteína para la población. Además de transformar el territorio de sabana en inmensos monocultivos.
Para conocer más de las contradicciones e impactos de estas plantaciones, lea aquí el artículo.