PEFC: respaldo a sistemas de certificación no creíbles en el Sur

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El PEFC fue establecido entre 1998 y 1999 por sectores forestales nacionales –principalmente asociaciones de pequeños propietarios de bosques en varios países europeos- bajo el nombre de Esquema Paneuropeo de Certificación Forestal (Pan European Forest Certification Scheme). El cambio a su nombre actual (Programme for the Endorsement of Forest Certification Schemes – Programa para Avalar Esquemas de Certificación Forestal) ocurrió luego que diera su aval a otros sistemas no europeos. El sistema es gobernado por el Consejo del PEFC, integrado por representantes de sistemas nacionales de certificación que integran el PEFC. No se trata de un solo sistema de certificación con una única norma sino de un programa para avalar sistemas nacionales de certificación.

Si bien se suponía que el PEFC certificaría el manejo de bosques, ha incluido también las plantaciones de árboles en tanto “bosques” certificables, tal como ha ocurrido con otros sistemas de certificación.

El PEFC tiene una cantidad de características que lo convierten en el sello perfecto para plantaciones insustentables en el Sur, como puede verse en los dos artículos siguientes sobre la certificación en Chile y Brasil.

Al respecto, un informe de FERN (2004) afirma que “En ninguna norma del PEFC se reconocen los derechos indígenas”, lo que “preocupa especialmente, pues el PEFC pronto incorporará sistemas en zonas tropicales, donde los asuntos relacionados con los derechos indígenas y los derechos a la tierra plantean graves inquietudes”. Esto ya ha sucedido.

En su informe, FERN también consideró que “El no reconocimiento pleno de los derechos a la tierra de los pobladores locales por parte del PEFC es una omisión grave, y lo mismo ocurre con la no exigencia de consultas adecuadas con los interesados locales durante el proceso de certificación. Esto tiene particular importancia dado que el PEFC comenzará a respaldar sistemas no europeos en países donde la discusión sobre el derecho a la tierra y la reforma de las leyes forestales es la clave para un mejor manejo de los bosques. Si no reconoce este asunto, el PEFC corre el grave riesgo de ser atacado por una amplia gama de organizaciones sociales y ambientales de esos países y también del Norte”.

Esta inquietud se ha convertido en realidad: plantaciones en Chile y Brasil muy combatidas por los pueblos indígenas cuyas tierras fueron tomadas por las empresas de plantaciones han recibido una certificación avalada por el PEFC. La única razón por la que el PEFC no ha sido “atacado” en el Sur es que los sistemas de certificación que ha respaldado tienen tan poca credibilidad que ni siquiera han ameritado la atención de las organizaciones que luchan contra las plantaciones.

El informe de FERN declara también que el PEFC “todavía no ha cambiado los fundamentos del sistema adoptando la participación igualitaria de los diferentes grupos interesados. Todavía sigue dando predominio a la industria forestal y a los propietarios de bosques en cuanto al desarrollo del programa y de las normas. Por lo tanto, no es un sistema independiente. Además, “No se requiere consultar a los interesados durante el proceso de certificación, aunque algunos planes nacionales han llevado a cabo consultas con los interesados”. Para empeorar las cosas, “no en todos los casos se exigen visitas de campo”.

Lo anterior significa que en países como Chile y Brasil las mismas empresas plantadoras que serán certificadas son las que establecen las normas, que no existen las consultas adecuadas y que ni siquiera se necesitan visitas de campo, o por lo menos visitas de campo significativas.

Como expresa FERN, “el umbral para el aval es tan bajo que la mayoría de los sistemas de certificación resultan aptos”. Esto ha demostrado ser cierto.

A este respecto, FERN afirma que “PEFC Francia, no tiene normas mínimas de desempeño claras, no certifica a nivel de Unidades de Manejo Forestal ni exige visitas de campo” y advierte que “Esto no presagia nada bueno para los bosques certificados a través de sistemas de certificación tropicales que hoy quieren acceder al PEFC”. Esto también ha demostrado ser cierto: cientos de miles de hectáreas divididas en miles de unidades de manejo (que los certificadores nunca visitaron) hoy están siendo certificadas en Chile y Brasil a la sombra del PEFC.

En suma, el aval del PEFC puede tener credibilidad en unos pocos países europeos, pero en los dos sistemas que se analizan a continuación (CERFLOR y CERTFOR) se ha convertido simplemente en una herramienta para brindar acceso a los mercados a algunos de los peores tipos de monocultivos de árboles a gran escala, social y ambientalmente perjudiciales.

- FERN (2004).- Footprints in the forest. Current practice and future challenges in forest certification. http://www.fern.org/media/documents/document_1890_1900.pdf