Uruguay-Argentina: masiva manifestación contra las fábricas de celulosa

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Uruguay, territorio beneficiado por una profusa red hídrica y cuyos suelos se extienden sobre parte del acuífero Guaraní -uno de los mayores del mundo- tiene el logo de “país natural”. Podría serlo, con sus extensas praderas de ricos suelos productivos, con la abundancia de agua, el escaso desarrollo industrial y la baja densidad de población.

No obstante, ese paisaje que much@s podrían considerar una especie de paraíso, está amenazado. En efecto, antes de abandonar el gobierno en marzo de 2005, el gobierno saliente autorizó la instalación de dos enormes fábricas de celulosa sobre la margen del Río Uruguay, un río que corre a lo largo de toda la frontera oeste del país, separándolo de la vecina Argentina, con quien lo comparte.

Esa autorización está en entredicho por la oposición de uruguay@s y argentin@s de la provincia de Entre Ríos, vecina a la zona donde se instalarían la española ENCE y la sueco-finlandesa Botnia/UPM/Kymmene. Ambos pueblos se han hermanado para impedir que el río que les es común, el “Río de los Pájaros Pintados” (el significado de “Uruguay” en lengua guaraní), pueda llegar a transformarse en el “Río de los Peces Muertos”. Es que la actividad de las dos fábricas alcanzaría dimensiones gigantescas, con lo cual el riesgo de contaminación es enorme.

La integración de la región tiene su mejor expresión en la Red Socioambiental, que convoca a organizaciones sociales, ambientales y población en general del Uruguay y la Argentina. Allí han unido voluntades y fuerzas para resistir la imposición de megaproyectos contaminantes y nefastos en estas regiones aplastadas por el endeudamiento, el desempleo y la desesperanza.

En el año 2003 los integrantes de la Red intentaron expresaron su oposición a las fábricas de celulosa con un encuentro en el medio del puente internacional que une las costas uruguaya y argentina, en las cercanías de la ciudad de Fray Bentos. Las autoridades uruguayas no permitieron dicha acción y del lado argentino se autorizó que una pequeña delegación atravesara el puente. A pesar de eso, el tema, hasta entonces prácticamente invisible, comenzó a cobrar estado público hasta convertirse en tema de Cancillería (ver boletín Nº 75 del WRM).

A partir de entonces fueron sumándose voluntades y creció la fuerza de dos pueblos que perseveraron convencidos de la justicia de su causa. Las voces se multiplicaron en miles y miles hasta transformarse en un río humano imparable que hizo posible el proyectado encuentro.

El 30 de abril de 2005 marcó un punto alto en esa lucha de resistencia. Los cientos se hicieron miles y miles; el puente internacional se convirtió en una inmensa columna humana que se extendía en el lado argentino hasta perderse la vista, a la sombra de banderas uruguayas y argentinas (ver fotos en http://www.guayubira.org.uy/celulosa/abrazofotos.html). De las gargantas salían cantos e himnos, había manos que golpeaban bombos y portaban pancartas diciendo al mundo que estos pueblos le dicen SÍ A LA VIDA y por eso no quieren las fábricas de celulosa.

Por debajo del puente, lanchones y barquitos recorrían el manso Río Uruguay, flameando banderas. Como marco de esa jornada histórica, el paisaje parecía indicar la senda. Un cielo azul y límpido, sin gases tóxicos y malolientes. Unas costas de arenas tostadas donde el monte verde se besa con el río, sin efluentes y lodos negros, sin peces muertos.

Emoción, decisión. Ahora sí que la lucha ha ocupado las agendas oficiales y las primeras planas de los medios: las radios, la televisión, la prensa.

La instalación de las fábricas de celulosa fue uno de los temas del orden del día del presidente uruguayo Vázquez y el presidente argentino Kirchner en la reunión presidencial que mantuvieron en Buenos Aires, Argentina, el 5 de mayo. En esa oportunidad el Presidente argentino solicitó la paralización de la instalación de la obra y que técnicos universitarios estudiaran los posibles efectos que conllevaría dicha instalación en la costa argentina. Vázquez dijo haber recibido del Gobierno anterior un hecho consumado y que no podían parar la construcción de las fábricas, pero habría accedido a que desde círculos académicos se realice una investigación.

Cientos de manifestantes y ómnibus con banderas argentinas y uruguayas se congregaron a las puertas del hotel donde estaban reunidos los mandatarios. El Presidente Kirchner recibió un petitorio de 35.000 firmas en contra de la instalación de las fábricas.

La lucha continúa y la resistencia de organizaciones sociales y ambientales y población en general aumenta. No está todo dicho, dicen. También es cierto que Uruguay vive una especial coyuntura política de cambio, que en gran medida ha implicado una recuperación de la esperanza. Esa misma fuerza puede desencadenar otros cambios. Hay un pueblo organizado y decidido que quiere marcar el rumbo de su futuro. El ambiente, que tal vez todavía no está en la mira de los políticos, sí forma parte cada vez más de la preocupación de la gente. Porque sabe que es la base de la vida y de su perpetuación.

Por Raquel Núñez, Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales, correo electrónico: raquelnu@wrm.org.uy