Campaña plantaciones: un llamado a la acción coordinada

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Llevar adelante una campaña contra las plantaciones no es algo fácil, especialmente en lugares ubicados lejos de las zonas donde éstas se implantan. ¿Cómo pueden oponerse a la plantación de árboles? ¿El mundo no necesita más árboles? Una y otra vez nos enfrentamos con éstas y otras preguntas por el estilo. Explicamos entonces que no estamos en contra de la plantación de árboles, sino de un tipo específico de actividad, caracterizada por la instalación de monocultivos de exóticas en gran escala, que usurpan el espacio ocupado por los bosques y las tierras de la gente, y generan una gran cantidad de impactos negativos desde el punto de vista social y ambiental. Sin embargo, la tarea no es fácil. Inversamente, en las regiones donde se realizan las plantaciones no hay necesidad de muchas explicaciones, sino de apoyar a la gente que se les enfrenta, precisamente porque ellos conocen perfectamente -y sufren- sus consecuencias.

A pesar de las dificultades específicas de esta campaña, creemos haber avanzado un largo trecho y que hoy en día existen una conciencia y una oposición crecientes, en especial respecto de las plantaciones para pulpa. No obstante, del lado de enfrente también ha habido cambios. En muchos casos -como por ejemplo en Indonesia- el apoyo de los gobiernos y el interés de las empresas han pasado de las plantaciones de pulpa a las de palma aceitera. Al mismo tiempo se está dando a nivel global un fuerte impulso a la instalación de vastas áreas de plantaciones como "sumideros de carbono", utilizando el mismo tipo de monocultivos en gran escala que en el caso de las plantaciones para pulpa y de palma aceitera.

Ello supone la necesidad de continuar difundiendo información y análisis respecto de estos temas, tal como nosotros -y tantos otros- hemos venido haciendo hasta ahora, con la finalidad de facilitar la tarea de quienes están trabajando tanto a nivel local como internacional para poner fin a este tipo de forestación.

Sin embargo, también creemos que ya se ha hecho suficiente trabajo de base y que ahora es tiempo de emprender un esfuerzo concertado y coordinado en forma simultánea y en diferentes escenarios, entre los cuales:

- Nivel local. En la mayoría de los países del Sur existen diferentes niveles de oposición organizada -desde débil a muy fuerte- a las plantaciones en gran escala. En muchos casos se están dando luchas locales que necesitan apoyo. La divulgación de información dirigida al público en general acerca de esas luchas puede ser de gran ayuda para conseguir apoyo para las mismas y para aumentar la conciencia y la oposición públicas frente a este tipo de forestación.

- Procesos, agencias y actores a nivel internacional. Muchos de ellos están promoviendo directa o indirectamente las plantaciones, en tanto otros tienen un rol ambiguo en este sentido. Algunos de los más relevantes son: la Convención de Diversidad Biológica, la Convención de Cambio Climático, el Foro Intergubernamental de Bosques, el Fondo Mundial para el Medio Ambiente (GEF), la Banca Multilateral de Desarrollo, el Fondo Monetario Internacional, la FAO. Es necesario influir sobre todos ellos, dado que sus decisiones y acciones pueden tanto promover la expansión de las plantaciones, como colaborar a frenarlas.

- Agencias gubernamentales de cooperación. Muchas de estas agencias de gobiernos del Norte - la JICA de Japón es tal vez la peor, pero no la única- están fomentando activamente las plantaciones en muchos países, como parte de la estrategia de sus gobiernos para asegurar un suministro barato de madera, pulpa y aceite de palma oleaginosa a sus respectivos países, así como para facilitar sus exportaciones industriales (por ejemplo, de equipamiento para actividades forestales y fabricación de pulpa) o los compromisos contraídos por éstos respecto a sus emisiones de carbono.

- Firmas consultoras y proveedoras de tecnología. En muchas ocasiones estas firmas trabajan codo a codo con las agencias antes mencionadas. En este sentido, la finlandesa Jaakko Poyry constituye el ejemplo más notorio, aunque no el único, de cómo actúan las consultoras del Norte. Las mismas son sumamente influyentes a nivel de los gobiernos y colaboran a preparar el terreno para el desarrollo de los monocultivos forestales, que luego deberán ser cosechados e industrializados . . . usándose para ello la tecnología proveniente del Norte.

- Gobiernos del Sur. En última instancia son los gobiernos de los países del Sur los responsables de promover y apoyar las plantaciones. Esto puede ser el resultado de presiones ejercidas por algunos de los actores mencionados más arriba, lo que sin embargo no exime a los gobiernos de su responsabilidad en el asunto. Sin embargo, los gobiernos no son monolíticos. Hay individuos que trabajan en agencias y funcionarios públicos que tienen un punto de vista crítico del asunto, los cuales necesitan recibir apoyo para así promover cambios políticos al interior de los gobiernos. Para que las plantaciones se detengan se requieren decisiones gubernamentales, por lo que resulta fundamental ejercer presión a ese nivel.

- Consumidores del Norte. Los actuales niveles de consumo del Norte son insustentables y están destruyendo a la gente, las comunidades y el ambiente del Sur. El consumo de papel ya ha devastado muchos de los bosques del mundo y actualmente constituye la principal razón para promover plantaciones para pulpa en el Sur. Por su parte el consumo de combustibles fósiles provocó el efecto invernadero. A efectos de ahorrarse la necesidad de disminuir el consumo de esos combustibles, el Norte pergeñó la "brillante" idea de crear sumideros de carbono -en el Sur, por supuesto- bajo forma de plantaciones de especies de rápido crecimiento en gran escala. Tales patrones de consumo destructivos deben ser radicalmente modificados.

- Empresas. Obviamente son los principales beneficiarios de las acciones que llevan a cabo la mayor parte de los procesos y actores mencionados anteriormente. En tanto algunas de ellas (por ejemplo, la industria de la pulpa y la de la palma aceitera) son claramente percibidas a nivel local, otras (especialmente las que promueven los sumideros de carbono) pueden quedar escondidas. Dado su tamaño y poder económico, las mismas cuentan también con una enorme capacidad de influenciar políticamente a otros actores -incluyendo a los gobiernos locales- en su propio beneficio. Su lógica de gran escala genera impactos sociales y ambientales de gran escala, que no pueden ser disimulados bajo el discurso "verde" y "social" que han adoptado recientemente.

Lo anterior no pretende ser una lista exhaustiva de todas las posibles áreas de intervención para desafiar a ese modelo de plantaciones, pero destaca algunos de los muchos escenarios en los que se requiere ejercer influencia.

Ha llegado el momento de seguir adelante y de retar al modelo de plantaciones en todos los ámbitos posibles. De subrayar su carácter destructivo; de señalar las contradicciones entre lo que las agencias intergubernamentales están mandatadas a hacer -como ser la erradicación de la pobreza o la conservación de los bosques y de la biodiversidad- y su actitud respecto de la expansión de los monocultivos forestales; de informar a los ciudadanos de los países del Norte sobre lo que sus agencias de gobierno y sus compañías están haciendo en el Sur; de exigir a los gobiernos del Sur que terminen con la promoción de las plantaciones.

Hacemos un llamado a las personas y las organizaciones de todo el mundo a realizar un esfuerzo coordinado para frenar este modelo forestal destructivo. Hemos dedicado este boletín enteramente a la campaña sobre plantaciones, con la finalidad de brindar un panorama de todos los escenarios posibles donde cada uno pueda intervenir. También hemos incluido algunas sugerencias específicas, como forma de indicar algunas vías de acción. No obstante, esperamos recibir sus ideas y sugerencias sobre el asunto. Agradecemos se pongan en contacto con nosotr@s para que podamos coordinar acciones en los distintos niveles. Creemos firmemente que si trabajamos tod@s junt@s, podemos tener éxito en cambiar, en beneficio de las poblaciones locales y su ambiente, este destructivo modelo forestal.