Camboya. Plantaciones de caucho, áreas protegidas, REDD+ y otras amenazas: una pérdida dramática para los habitantes de los bosques

Hace veinticinco años, más del 80 por ciento de los camboyanos dependían de sus tierras y bosques para su sustento. Se dedicaban a la agricultura, la pesca y la cría de animales o dependían de productos del bosque no madereros para su supervivencia. Los bosques dieron vida y proporcionaron diversas fuentes de ingresos a la mayoría de las comunidades, que sabían muy bien cómo preservarlos. Un forastero quizás hubiera considerado que la vida común en los bosques de Camboya era ‘pobre’, pero las comunidades del bosque lo sentían de manera diferente. Para ellas, la vida podía transcurrir sin tantos problemas. La gente no caía en deudas terribles, tenía suficiente comida y no necesitaba migrar para trabajar en otros países.

Pero en los últimos 12 años, numerosas zonas de bosque de Camboya fueron taladas y convertidas en concesiones económicas de tierras, entre las que figuran plantaciones de caucho y yuca, así como otros usos de interés privado, con el argumento de ‘impulsar’ la economía. Junto a esto está la degradación masiva de los bosques por la tala ilegal impulsada por la insaciable demanda de madera de lujo. Las áreas protegidas y los programas de compensación de carbono, especialmente los proyectos REDD+, también han afectado gravemente a los bosques y las comunidades que dependen de los bosques. Una pregunta que formulan las comunidades es, después de todos estos años, ¿quién se ha beneficiado de este llamado ‘impulso’ de la economía camboyana?

La dramática pérdida de bosques es una pesada carga para los pueblos que dependen de los bosques, lo que afecta gravemente sus medios de vida, economías locales, el tejido social y las culturas, además de afectar negativamente a los sistemas alimentarios locales. Un habitante del bosque de la comunidad de Bamnak en el distrito de Krakor, provincia de Pursat, durante una conversación mantenida a fines de 2021 expresó lo siguiente: “Cuando todavía estaba el bosque, nuestras familias vivían en paz, cultivábamos y había muchas verduras para comer. Las mujeres podían cuidar a los niños, alimentar a las gallinas, patos y cerdos, mientras que los hombres salían a los bosques a recolectar productos para vender y obtener algo de dinero para mantener a las familias. Ahora que el bosque se fue, no sabemos qué hacer”. (1)

Desde 2002, la legislación del país permite la demarcación de bosques comunitarios para uso colectivo. La Ley establece que las comunidades pueden solicitar a las autoridades forestales el reconocimiento de un bosque comunitario y, según un subdecreto de 2003, el área puede ser manejada por un Comité de Bosque Comunitario, el cual debe ser establecido voluntariamente por la comunidad.

Sin embargo, la mayoría de estos Comités, y por lo tanto los bosques comunitarios, siguen siendo susceptibles a la amenaza de las concesiones económicas de tierras, la criminalización y otras influencias externas. Se han denegado o ignorado numerosas solicitudes de reconocimiento de bosques comunitarios. Actualmente existen incluso restricciones legales a las demandas que pueden hacer los Comités de Bosques Comunitarios establecidos, incluida la prohibición de movilizar personas para protestar y otras acciones públicas mientras se presentan pruebas de destrucción de bosques al Ministerio Forestal. La policía y los tribunales provinciales intimidan a los miembros de la comunidad cuando protestan o intentan detener posibles actividades de acaparamiento de tierras.

Lorang Yun, líder de la Alianza de Pueblos Indígenas de Camboya (CIPA, por su sigla en inglés), declaró en una entrevista del portal de noticias Mongabay en 2022: “Desde 2005, menos de 40 comunidades adquirieron algún título de propiedad comunal, a pesar de que cientos lo solicitaron”. Explicó que los Pueblos Indígenas enfrentan problemas en los tribunales en parte debido a los desenfrenados niveles de corrupción en torno a la propiedad de la tierra y a las concesiones económicas en el país. También explicó cómo las ONGs conservacionistas intensifican los conflictos, ya que establecen Áreas Protegidas aún cuando hay procesos de titulación de tierras comunales en curso. (2)

Un miembro del Comité del Bosque Comunitario de Andong Bor en la provincia de Oddar Meanchey, explicó: “No tenemos derecho a protestar ni a presentar un reclamo. Solo ellos [las autoridades de la administración forestal] tienen el poder de hacer algo. No tratamos de proteger el bosque solo para nuestro propio beneficio, es para todos”.

Plantaciones de caucho

Las plantaciones de monocultivos a gran escala, en particular de caucho, han estado en la primera línea de la deforestación en Camboya, especialmente en las últimas dos décadas. Global Forest Watch reveló cómo casi el cinco por ciento de la superficie terrestre de Camboya se destina a plantaciones de caucho. (3) Además, en el marco de las concesiones económicas de tierras también se ha expandido la producción industrial de monocultivos de palma aceitera, yuca, caña de azúcar, maíz y jatrofa.

En mayo de 2012, en medio de crecientes críticas, el gobierno suspendió el otorgamiento de concesiones económicas de tierras y se formó un comité interministerial para revisar las concesiones existentes. Como consecuencia se han revocado más de 100 concesiones a quienes no cumplieron con la ley o el contrato de arrendamiento de la concesión.

No obstante, con el impulso de la demanda de consumo internacional, la expansión de las plantaciones de caucho experimentó recientemente un aumento repentino. Un estudio mostró cómo las tasas anuales de conversión de bosques a caucho están estrechamente correlacionadas con los precios mundiales del caucho. (4) A diciembre de 2021 se habían destinado 946.926 hectáreas para plantaciones de caucho, distribuidas en 157 concesiones económicas de tierra. (5)

Áreas protegidas

Después que Camboya salió de los años de conflicto, en 1993 se crearon varias áreas protegidas mediante un decreto real. En la Ley de Áreas Protegidas de 2008 se incluyeron directrices más detalladas. Alrededor del 26 por ciento de la tierra en Camboya está designada como área protegida.

Sin embargo, la mayoría de estas Áreas Protegidas ha sufrido deforestación a gran escala. El Santuario de Vida Silvestre Snuol, por ejemplo, experimentó una tala masiva para dar lugar a plantaciones de caucho y de castaña de cajú, así como por la tala ilegal, tanto que su condición de Área Protegida se eliminó en 2018, sobre la base de que no quedaba casi nada que proteger.

Además de todo esto, importa destacar que el establecimiento de las Áreas Protegidas en el país ha provocado que miles de poblaciones que dependen de los bosques pierdan sus hogares a medida que el gobierno y las ONGs conservacionistas asumieron el control de la tierra que por generaciones albergó a numerosas comunidades.

Dichos programas de conservación continúan siendo una amenaza para las comunidades de los bosques, ya que el gobierno de Camboya se unió a la ‘Coalición de Ambición Alta’, un grupo intergubernamental que tiene el objetivo principal de ‘proteger’ para 2030 al menos el 30 por ciento de las tierras y océanos del mundo.

Además, en octubre de 2022, el gobierno del país señaló su compromiso de alcanzar la ‘neutralidad en materia de carbono’ para 2050 a través de la conservación de los bosques, principalmente mediante la implementación y ampliación de proyectos REDD+. (6)

El desastre de REDD+

El anciano de la comunidad Srey Khongphoen, de la comunidad de Andong Bor, provincia de Oddar Meanchey, recordó durante una conversación en 2020: “Cuando el bosque todavía existía, hace 10 o 15 años, era fácil encontrar comida, como las hojas de Prich. Había mucho Prich dentro de este bosque. En marzo, abril y mayo las hojas viejas caían y salían hojas nuevas, y la gente podía ir al bosque a recogerlas, cocinarlas y venderlas. En la temporada, una familia podía recolectar diariamente entre 5 y 6 kilos. Y el precio rondaba los 12.000 a 20.000 riel (de 3 a 5 dólares) por kilo. Las hojas de Prich proporcionaron una fuente de ingresos digna a los pueblos de los bosques”. Srey tiene 7 hijos y solía ganar alrededor de 40.000 a 60.000 riel (de 10 a 15 dólares) por día recogiendo hojas de Prich.

Esta situación cambió drásticamente en la zona de bosque comunitario de Andong Bor, con la introducción de un proyecto REDD+. REDD+ significa ‘Reducción de Emisiones derivadas de la Deforestación y Degradación de los bosques’. En mayo de 2008, el gobierno de Camboya lanzó un proyecto piloto REDD+ en los bosques comunitarios de Oddar Meanchey, abarcando casi 64.000 hectáreas de lo que solían ser bosques.

Los Comités de Bosques Comunitarios en la provincia de Oddar Meanchey fueron creados en 2005 al unir a 678 familias de 5 aldeas: Kantul Choun, Samrong Tahea, Voryiev, Damkor Tapok y Kralor Senchay, ubicadas en la comuna de Beng, distrito de Banteay Ampil.

Este Proyecto REDD+ -cuyo objetivo era vender créditos de carbono de una supuesta reducción de emisiones de 8,2 millones de toneladas por 30 años- afirmó trabajar “con las comunidades locales para crear grupos de Bosques Comunitarios que implementen actividades del proyecto para reducir la deforestación, mejorar los medios de vida y proteger la biodiversidad.” (7)

Los Comités de Bosques Comunitarios involucrados en el proyecto REDD+ de Oddar Meanchey recibieron un curso de capacitación relacionado con el proyecto de carbono, dirigido por la organización Children Development Association (CDA), la administración forestal y otras ONG locales e internacionales, incluida TerraGlobal, que tenía una asociación con WCS y Care. Los capacitadores les dijeron que si cuidaban bien el bosque podrían beneficiarse y los Comités obtendrían algo de dinero de la venta de créditos de carbono en 2020. Pero si no podían proteger el bosque, entonces no percibirían ningún dinero. Después de la capacitación, los Comités eran responsables de divulgar la información sobre el proyecto REDD+ a las personas de los diferentes pueblos.

Durante los primeros años del proyecto, los Comités pudieron patrullar los bosques para protegerlos de la tala ilegal. Pero desde el principio el proyecto estuvo lleno de conflictos y problemas. Como reveló una investigación de 2016, algunos comuneros se vieron obligados a pagar sobornos a los Comités de Bosques Comunitarios o a los soldados, sólo para poder entrar a recolectar productos forestales no madereros o pequeñas cantidades de madera. (8) En 2012, los regimientos militares ingresaron para establecer una base militar dentro del bosque comunitario de Andong Bor y comenzaron a cultivar plantaciones de yuca. Cada año, las plantaciones se expandían y los militares vendían yuca a las élites de la provincia de Banteay Meanchey.

En respuesta, los Comités de Bosques Comunitarios realizaron numerosas acciones para llevar el problema de la destrucción de los bosques ante las autoridades: presentaron denuncias legales, presentaron peticiones respaldadas por fotografías y otras pruebas recolectadas en las zonas locales, realizaron informes de investigación para las autoridades pertinentes, y también protestas movilizadas por las comunidades. Pero ninguna de estas medidas logró resultados positivos, porque los propios gobernadores distritales y provinciales apoyaron a los militares en lugar de a los Comités de Bosques Comunitarios. Los militares también vendieron dos zonas en las montañas de estos bosques a una empresa china de trituración de rocas. Durante una reunión celebrada en 2020, un miembro del Comité de Bosque Comunitario de Oddar Meanchey reflexionó lo siguiente: “Tal vez vender tierras los enriquece más rápido que vender carbono. Por eso talaron todo el bosque y se lo vendieron a los ricos; para obtener más dinero rápidamente.”

El proyecto REDD+ no logró detener el proceso de deforestación en Oddar Meanchey.
Según un mapa político elaborado por los propios Comités de Bosques Comunitarios, la mayoría de las zonas de bosque fueron vendidas a gente rica para cultivar principalmente plantaciones de yuca. También hay dos gasolineras, un depósito de yuca y otro terreno residencial para actividades económicas. Además, los militares repartieron parte del terreno para viviendas. Hay alrededor de 100 casas militares construidas a lo largo de la carretera con una parcela de tierra cada una para el cultivo de yuca y plátanos. Solo queda una pequeña zona que aún tiene algo de bosque. Pero, como dijo un miembro del Comité de Bosque Comunitario: “Nadie puede detenerlos. Incluso si recuperáramos nuestros bosques comunitarios, solo recuperaríamos tierra devastada. Necesitaríamos mucho tiempo para que los bosques regresen mientras protegemos lo que queda”.

Otro miembro del Comité de Bosque Comunitario expresó durante una conversación realizada en 2020: “La gente quiere recuperar sus bosques. Los bosques son muy importantes, atraen las lluvias, dan leña para que la gente cocine… pero hoy en día, después de tantos años sin ellos, algunas personas compran dos sacos de carbón al mes para cocinar. Sin embargo, la mayoría todavía cree que no éramos conscientes de lo ricos que éramos con los bosques que teníamos, con animales salvajes para cocinar y con hojas de Prich para obtener ingresos adicionales. La gente no tenía que preocuparse por lo que iba a comer; algunos simplemente iban a recoger frutas, cangrejos, caracoles, a pescar peces, ranas o a cazar animales salvajes por la noche. Hoy, sin embargo, alrededor del 80 a 90 por ciento de los niños o jóvenes ya no van a la escuela. Tienen que acompañar a sus padres a trabajar en Tailandia para aliviar la carga familiar. Muchos, si no todos, tienen que dejar el pueblo para ganar dinero”.

 “La pérdida de este bosque tiene un gran impacto. Si pudiéramos tener nuestro bosque como antes, la gente podría construir sus casas sin problemas. Ahora, cuando nuestros hijos se casan y se separan de la casa de los padres, no hay dinero para comprar madera para construir una casa nueva. Si pudiéramos tener nuestro bosque como antes, podríamos encontrar productos no madereros... algunas personas podrían ganar entre 100.000 y 150.000 riels (alrededor de 25 a 37,5 dólares) por familia. Y nuestro bosque comunitario no solo fue útil para nuestros pueblos aquí, sino para otros 20 pueblos, algunos del otro lado del bosque. Si pudiéramos tener nuestro bosque como antes, no necesitaríamos usar fertilizantes químicos para cultivar nuestro arroz. Ahora, el arroz es lo peor. La verdad es que la gente no tiene muchas esperanzas de recuperar los bosques que nos arrebataron”.

Los bosques son fuente de vida

A pesar de graves intimidaciones, acoso e incluso encarcelamiento, algunos habitantes de los bosques siguen luchando para preservar sus bosques y su vida. En la provincia de Pursat, cerca de la montaña Aoral, un miembro de la comunidad declaró durante una conversación en 2020, refiriéndose a la pérdida de sus bosques debido a las plantaciones de yuca a gran escala: “En el pasado, las personas podían vivir juntas, tenían tiempo para comer juntas, y cuando había una ceremonia o una celebración de inauguración de la casa, la gente se ayudaba entre sí cortando bambú, cortando leña, aserrando madera y, lo más importante, la gente no estaba molesta como hoy. Hoy en día, todo tiene que contar como dinero… Necesitamos estar unidos como Comités de Bosques Comunitarios para proteger y hacer valer nuestros derechos. Necesitamos recuperar nuestros sistemas alimentarios y economías locales. También debemos trabajar juntos para proteger los bosques restantes y regenerar el resto”.

Por su parte, varios miembros de comunidades de las provincias de Oddar Meanchey y Pursat explicaron la importancia de que la gente de las comunidades regrese para cultivar sus propios cultivos. Aclararon que para que esto suceda, las comunidades deben crear y proteger grandes estanques de agua para uso colectivo y estanques pequeños para uso familiar, para que los cultivos puedan ser regados diariamente. “El agua es tan importante como los bosques y la tierra”, explicó un anciano de una comunidad en Oddar Meanchey. Su sabiduría sigue siendo enorme y tienen muy clara la importancia de un bosque sano, donde el sustento no solo proviene de los cultivos, sino también de la captura de cangrejos, peces, ranas, caracoles, ratones u otros pequeños animales salvajes, así como de la recolección de productos no madereros, como hojas y hongos.

Las comunidades del bosque resaltan la importancia de la conexión que existe entre proteger y vivir con sus bosques y tener soberanía alimentaria, es decir, su poder y autonomía para tener alimentos suficientes, diversos y nutritivos. “Habrá muchas cosas para comer si volvemos a tener nuestros bosques, y las condiciones de vida de los pueblos de los bosques pueden no ser tan difíciles como hoy”, explicó un miembro de una comunidad de la provincia de Oddar Meanchey.

Sun Ridan
Focus on the Global South, Camboya


(1) Todos los testimonios en este artículo, a menos que se indique lo contrario, son de visitas de campo de Focus on the Global South, realizadas durante los años 2020, 2021 y 2022. Los nombres que se dejan en el anonimato son por razones de seguridad..
(2) Mongabay, No justice for Indigenous community taking on a Cambodian rubber baron, December 2022,
(3) Global Forest Watch, What’s Happening in Cambodia’s Forests?, 2019.
(4) Unravelling the link between global rubber price and tropical deforestation in Cambodia, 2019.
(5) Cambodia’s concessions.
(6) Everland, Cambodian Government to Scale Forest Conservation While Ensuring Economic Growth and Prosperity Through REDD+, 2022.
(7) Terra Global Capital, Oddar Meanchey Community REDD+ Project, Cambodia.
(8) REDD-Monitor, Oddar Meanchey, Cambodia: “No one seems to be learning any lessons”, 2016.

Los ‘servicios ambientales’ en la Constitución del Ecuador: ¿una forma de profundizar el acaparamiento de territorios?

En febrero de 2023, el gobierno de Guillermo Lasso llamó a una Consulta Popular en el Ecuador con el propósito de realizar algunas enmiendas a la Constitución. Entre los cambios propuestos se formuló una pregunta que modificaría el artículo 74 de la Constitución para incluir las compensaciones por servicios ambientales con rango constitucional.

En este contexto, es bueno resaltar que la denominación de servicio ambiental a las funciones y ciclos de la naturaleza -tales como la filtración de agua en bosques y suelos, el ciclo del carbono, la biodiversidad, la polinización que realizan las abejas, etc.-, fue hecha desde la lógica de la economía capitalista. Así, se le impuso a la naturaleza el papel de prestadora de ‘servicios’ ambientales, con la falacia de que darle un valor económico serviría para salvarla. El ponerle un precio a las funciones y ciclos de la naturaleza, fue muy bien recibido por agencias de la ONU, Banco Mundial, industrias y empresas contaminantes, ONG conservacionistas, financistas, entre otros, que buscaban y siguen buscando nuevas formas de acumulación y lucro.

Por otro lado, al hablar de compensaciones, se hace referencia a la posibilidad de que a partir de una determinada área se emitan certificados (también llamados ‘créditos de compensación’) que supuestamente garantizan que el ‘servicio’ ubicado en ese espacio está siendo protegido. Pero lo que en realidad se está protegiendo es la mercancía que, en este caso, son los certificados de compensación. La naturaleza termina siendo convertida en unidades desconectadas, fragmentadas, predecibles, mensurables y comparables de ‘servicios ambientales.’

Las compensaciones de emisiones de dióxido de carbono son las más expandidas, pero también existen compensaciones por pérdida de biodiversidad y de fuentes de agua. Los certificados le permitirán, a quienes los compran, a contaminar o destruir de manera ‘equivalente’ a lo que establece el certificado. En el caso del carbono, por ejemplo, cada certificado le permite al contaminador a emitir una tonelada de dióxido de carbono equivalente, mientras que se le permite además obtener una imagen ‘verde’ o publicitar campañas diciendo ser ‘carbono neutral’.

La enmienda constitucional que se buscaba en la Consulta Popular de Ecuador relacionada a los servicios ambientales no se llevará a cabo porque la mayoría de los electores votó por el NO. Sin embargo, este intento del gobierno es una alerta sobre los intereses y las presiones de las empresas para profundizar las políticas de apropiación y mercantilización de la naturaleza. El del Ecuador es un caso emblemático ya que su Constitución es un ejemplo a nivel mundial sobre el reconocimiento de los derechos de la Naturaleza.

La Constitución de Montecristi y lo que se intentó modificar

La Constitución de 2008 (llamada de Montecristi) fue el resultado de un proceso amplio, liderado por luchas históricas y diversas en el Ecuador. Dicha Constitución, entre muchas otras cosas, al menos con sus enunciados, robusteció las capacidades estatales, orientó la economía con criterio nacional y social, determinó un sistema tributario redistributivo de la riqueza, y dedicó un título al ‘Régimen del Buen Vivir’ como paradigma alternativo y guía para las políticas públicas del país. Es importante mencionar que el concepto del ‘Buen Vivir’ no nace de la Constitución de Montecristi, si no que proviene de una milenaria tradición y sabiduría enraizada en los pueblos andinos. En este sentido, la Constitución, además, denomina al Estado como Plurinacional.

Pero quizás el mayor avance, histórico y único en el mundo, es el reconocimiento de la Naturaleza como sujeto de derechos (Art 71-74); entre sus derechos está el  de ser defendida y la prohibición de la apropiación de los servicios ambientales. Como ejemplo de la fuerza reivindicativa de dicha inclusión, el Preámbulo de la Constitución inicia así: “Celebrando a la naturaleza, la Pachamama, de la que somos parte y que es parte vital de nuestra existencia (…)”, poniendo al centro del análisis la relación intrínseca entre humanos y no-humanos.

El artículo 74 que se intentó modificar con la Consulta Popular, estipula que: “(…) Los servicios ambientales no serán susceptibles de apropiación; su producción, prestación, uso y aprovechamiento serán regulados por el Estado.”

La pregunta en la Consulta Popular decía: “¿Está usted de acuerdo con que las personas, comunidades, pueblos y nacionalidades puedan ser beneficiarios de compensaciones debidamente regularizadas por el Estado, por su apoyo a la generación de servicios ambientales, enmendando la Constitución de acuerdo con el anexo 8? ”(1) De haber ganado el ‘si’ en la Consulta, esto hubiera logrado que se le otorgue al Estado además, la autoridad para definir “los lineamientos y mecanismos de compensaciones que las personas, comunidades, pueblos y nacionalidades reciban por su apoyo a la generación de los mismos”.

Los intereses detrás de la Consulta Popular

Para entender las implicancias de esta Consulta en el contexto ecuatoriano, el WRM dialogó con Ivonne Yánez, miembra fundadora de la organización Acción Ecológica en el Ecuador, activista, feminista e investigadora, quien además integra el Consejo Asesor del WRM.

WRM: La Constitución ya incluye la idea de ‘servicios ambientales’, aunque con el espíritu de proteger dichos ‘servicios’ y de imposibilitar su apropiación. Nos puedes explicar, entonces, ¿cuál era en concreto el objetivo de la enmienda constitucional que se buscaba con la Consulta Popular?

Ivonne: Como Acción Ecológica estamos en contra del propio concepto de servicios ambientales, puesto que sabemos que son un invento del capitalismo y que los primeros servicios ambientales fueron en Estados Unidos hacia los años 70, para evitar cumplir con la creciente normativa ambiental.  

Sin embargo, al menos el Art. 74 de la Constitución Ecuatoriana prohíbe claramente su apropiación. Con el cambio propuesto en la Consulta Popular, de incluir las compensaciones como un derecho constitucional, se podría haber abierto fácilmente la apropiación de los servicios ambientales por parte de empresas o inversionistas privados. Sabemos que no puede haber compensaciones sin un régimen de propiedad entre quienes las ofertan, compran y venden.

Por otro lado, el interés del gobierno detrás de la enmienda era posicionar al Ecuador como proveedor de servicios ambientales y dar señales a los mercaderes de carbono de que en el país podría haber un libre mercado de compensaciones, dando rienda suelta a todo tipo de negocios. Inclusive ahora con activos digitales, tokens o valores que pueden estar relacionados con el mercado de carbono y servicios ambientales. Los proyectos de carbono digital se aprovechan de las tierras, territorios, bosques, ríos, biodiversidad, y culturas de los Pueblos Indígenas para hacer negocios poco claros y de alto riesgo. (2)

WRM: ¿No son ya permitidos los Pagos por Servicios Ambientales en el Ecuador con programas como Sociobosque y con la introducción de proyectos de carbono? Si es así, ¿por qué entonces se intentó esta reforma en la Constitución?

Efectivamente, en Ecuador ya existe la figura de Pago por Servicios Ambientales, por ejemplo, en el Código Orgánico Ambiental y su reglamento, en los programas SocioBosque y ProAmazonia—que incluyen REDD+— o en el Programa Ecuador Carbono Cero. (3)

En todas estas políticas públicas ya se incorpora el incentivo o la prestación de servicios ambientales, y un reconocimiento económico o el de imagen verde a las empresas. En ese sentido la pregunta era innecesaria. Sin embargo, pudimos ver cómo en los últimos meses hubo una presión muy grande de las empresas comerciantes de compensaciones de carbono para que se cambie el artículo 74 puesto que consideraban que era un candado que no les permitía hacer todos los negocios.

Está claro que la pregunta relacionada a los servicios ambientales fue, por un lado para intentar elevar la popularidad del gobierno que está por los suelos. Y, por otro lado, para que los mercados voluntarios de compensaciones de carbono puedan afianzarse en el país, a través de una posterior reforma de la normativa ambiental que de facto permitiría la apropiación de los servicios ambientales. Aún sin defender la idea de servicios ambientales, al menos debemos preservar el artículo de la Constitución que restringe que se hagan virales en el Ecuador los servicios ambientales que vienen a ser como un recurso estratégico cuya titularidad esta ahora en manos del Estado.

WRM: ¿Qué implicaciones tendría el que se aprueben las compensaciones por servicios ambientales, considerando el proceso y los acuerdos de la Constitución del 2008?

En la Consulta Popular, ganó el ‘No’ en la pregunta 8 relacionada a los servicios ambientales. En algunas provincias hasta con el 80 porciento. Sin embargo, hay que analizar esto con un poco más de detenimiento. Las organizaciones indígenas amazónicas se oponían a esta pregunta porque en realidad defienden la idea de que los servicios ambientales en sus territorios son propiedad de los Pueblos Indígenas. Y que, sin intervención del Estado, ellos pueden negociar los Pagos por Servicios Ambientales directamente con quienes ellos deseen.

En este caso, la pregunta que incluía también el tema de que el Estado sería el administrador, resultaba para las organizaciones indígenas amazónicas que había una centralidad mayor del control de servicios ambientales y por ende podría afectarles en los negocios que pudiesen hacer de manera autónoma sin tener que registrar todo en el Estado.

Finalmente, el que haya ganado el ‘No’, no significa que el gobierno no va a querer hacer todos los cambios normativos secundarios para profundizar la idea de servicios ambientales y por ende el comercio de los mismos en el Ecuador. Seguiremos atentas y denunciando lo que estos significan para los pueblos y para el planeta.


(1) Ver las preguntas y disposiciones, incluyendo al anexo 8, de la Consulta Popular
(2) Acción Ecológica, Amenazas del Capitalismo Digital: el caso de One Amazon.
(3) Los programas SocioBosque y ProAmazonia en el Ecuador buscan colocarse en los planes de REDD+ (Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación de Bosques). Esto permite que se negocie el carbono de los bosques de los pueblos en los mercados de carbono y de otros servicios ambientales. Ver más en Acción Ecológica, "De Pacha Mama Sagrada A Mercancía Privada", y WRM, 15 años de REDD: un mecanismo intrínsecamente corrupto.
El “Programa Ecuador Carbono Cero” (PECC) es un programa ambientalista de mercado que configura la compraventa de certificados de ‘reducciones de carbono’ bajo el principio de pagar para contaminar. Para esto se creará un portafolio de compensaciones y además, crea la marca ‘Punto Verde’. Ver más en Acción Ecológica, "Ecuador Carbono Cero = ¿Permisos para contaminar?".

Soluciones basadas en la naturaleza: las empresas contaminadoras agravan el caos climático con maquillaje verde y compensaciones basura

Urge poner fin a la quema de combustibles fósiles para limitar el caos climático. No obstante, en el año 2022, las compañías de petróleo y gas aumentaron la producción y se embolsaron inmensas ganancias. No están interesadas en mantener los combustibles fósiles bajo tierra. Por el contrario, las empresas contaminadoras, no solo del sector del petróleo y el gas sino también de la minería, la aviación y la tecnología de la información así como de otras industrias con elevadas emisiones, intentan maquillar de verde sus actividades con el argumento de que compensan sus emisiones invirtiendo en ‘soluciones basadas en la naturaleza’. En los hechos esto significa acaparamiento de tierras, violencia y control de las empresas sobre vastas superficies de tierra en el Sur global. Mientras tanto, las emisiones de carbono continúan.

En marzo de 2023, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por su sigla en inglés) publicó su ‘informe de síntesis para los responsables políticos’ de la sexta evaluación del panel sobre la ciencia del caos climático. Estos informes son documentos muy discutidos que dejan fuera tanto como dicen. El último informe, sin embargo, es muy contundente en cuanto a que se necesitan reducciones “profundas, aceleradas y sostenidas” de las emisiones de gases de efecto invernadero en esta década para tener la posibilidad de limitar el incontrolable caos climático. Ya en febrero, el secretario general de la ONU, António Guterres, manifestó al Consejo de Derechos Humanos de la ONU que “los productores de combustibles fósiles y quienes los financian deben comprender una verdad crucial: buscar mega-ganancias cuando tantas personas están perdiendo sus vidas y derechos, ahora y en el futuro, es completamente inaceptable”. (1)

Sin embargo, esos mismos productores de combustibles fósiles, aumentaron la producción en 2022 y se embolsaron inmensas ganancias. Shell, por ejemplo, reportó las ganancias más altas en 115 años. (2) Mantener el flujo de petróleo y gas inevitablemente está causando daños, no solo al clima sino también a la vida humana y no humana en los sitios de extracción y a lo largo de toda la cadena de suministro. Las empresas y asociaciones comerciales como el Instituto Americano del Petróleo son plenamente conscientes de esto. Es por ello que están gastando miles de millones de dólares en anuncios con imágenes de bosques y de un ‘futuro verde y limpio’ en el que las empresas de gas y petróleo se presentan como las soluciones al cambio climático. (3) Estos anuncios desvían la atención del hecho de que la emisión de carbono fósil a la atmósfera, que estuvo enterrado por millones de años en depósitos subterráneos de carbón, petróleo y gas, es la principal causa del cambio climático. A menudo sugieren que las emisiones provocadas por las empresas pueden compensarse con el almacenamiento de más carbono en bosques, manglares, árboles o suelos. Compensar sus emisiones de esta manera, afirman las empresas, hace que sus productos sean ‘carbono neutros’ o tengan un balance de ‘emisiones netas cero’. Mientras tanto, la quema de combustibles fósiles continúa y la concentración de carbono fósil en la atmósfera sigue en aumento, agravando el caos climático.

Una mirada a las promesas de ‘emisiones netas cero’ de empresas en los sectores de petróleo y gas, minería, aviación y tecnologías de la información muestra que sus promesas de ‘descarbonización’ dependen en gran medida de la compensación de carbono. Ninguna de las empresas en estos sectores ha prometido detener la extracción o la utilización de carbono fósil. Esto inevitablemente significa más caos climático. Las empresas ocultan esta verdad detrás de la falsa promesa de que existen ‘soluciones basadas en la naturaleza’ (programas de compensación de carbono, en otras palabras) que harán posible la quema de combustibles fósiles sin dañar el clima.

Despojos basados en la naturaleza

El concepto de ‘soluciones basadas en la naturaleza’ fue introducido en 2016 en el vocabulario ambiental por ONGs conservacionistas y por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Su principal objetivo era asegurar la financiación de las áreas protegidas gestionadas por estas ONG conservacionistas. La idea era que las empresas contaminadoras paguen a las ONG conservacionistas para que almacenen carbono adicional en los bosques y, a cambio, las empresas obtengan créditos de carbono. (4) Su enfoque de una ‘conservación sin gente’ ha causado innumerables conflictos y violencia contra los Pueblos Indígenas y las comunidades tradicionales cuyos territorios se convierten en áreas protegidas para almacenar carbono de una manera ‘basada en la naturaleza’. (5)

Las restricciones a las prácticas campesinas y al uso de estos bosques por parte de los Pueblos Indígenas están justificadas por las ONG conservacionistas y los compradores de créditos de carbono con el argumento de que ‘es importante para el clima proteger el carbono almacenado en el bosque’. Explícita o implícitamente, el uso de los bosques comunales y las prácticas de cultivo itinerante y de incendios controlados para preparar la tierra, son falsamente culpados como agentes de la deforestación, mientras que la deforestación a gran escala impulsada por las empresas continúa intocada. (6)

Las empresas de los sectores de petróleo y gas, minería, tecnología de la información y aviación, así como otras industrias altamente emisoras, son firmes defensoras del falso concepto de las ‘soluciones basadas en la naturaleza’. Más que eso, han estado comprando créditos de carbono de proyectos de conservación de carbono en bosques y suelos que pusieron fuertes restricciones a la forma en que comunidades campesinas en Brasil e Indonesia, pastores en el norte de Kenia y Pueblos Indígenas en Perú pueden o no usar sus tierras ancestrales. (7) También se ha demostrado que muchos de estos proyectos venden ‘créditos de carbono basura’. (8) En esos casos es muy poco probable que los créditos representen realmente una tonelada adicional de carbono almacenada en los árboles, o una tonelada adicional de carbono que no fue liberada a la atmósfera.

Shell, por ejemplo, ha estado comprando créditos de carbono de proyectos de carbono en bosques en Indonesia y Perú. (9) El ‘despojo basado en la naturaleza’ de esta empresa que le permite afirmar la compensación solo de sus emisiones de combustibles fósiles, requeriría plantar árboles o cambiar el uso comunitario de bosques en al menos 8,1 millones de hectáreas de tierra por año.

Cada vez más las empresas internacionales del agronegocio y de la celulosa y el papel también maquillan de verde su violento modelo de plantación industrial presentándolo como una ‘solución basada en la naturaleza’ para la crisis climática. El gigante brasileño de la celulosa y el papel Suzano, por ejemplo, procura generar créditos de carbono a partir de una expansión masiva de plantaciones de árboles en el estado brasileño de Mato Grosso do Sul, donde la compañía está construyendo la fábrica de producción de celulosa de eucalipto más grande del mundo. (10) Recientemente, Suzano ha presentado documentación para obtener créditos de carbono de sus plantaciones de eucalipto y de áreas de conservación dentro de las plantaciones, en el marco del muy criticado programa Verified Carbon Standard (VCS) de la organización Verra. (11)

En el sector minero, Rio Tinto fue una de las primeras empresas internacionales en recurrir al mecanismo de compensación por pérdida de biodiversidad para justificar la destrucción de bosques en Madagascar. En la mina Fort Dauphin, QMM, una de las subsidiarias de Rio Tinto en Madagascar, extrae el mineral óxido de titanio (también llamado ilmenita) que se utiliza para fabricar pintura blanca y otros productos. (12) En 2022, la empresa –con una propiedad de 4 millones de hectáreas en todo el mundo– anunció que estaba estudiando la posibilidad de ganar dinero extra con la venta de créditos de carbono mediante la plantación de árboles en la tierra que había destruido previamente con sus actividades mineras. (13)

En 2015, el gigante minero anglo-australiano BHP fue noticia por la responsabilidad que tuvo en la ruptura de una represa que desencadenó el peor desastre ambiental de Brasil. Una inundación de desechos mineros invadió el río Doce y entró al Océano Atlántico a lo largo de 650 km (400 millas) de distancia, matando a 19 personas y sepultando pueblos. (14) Al año siguiente, y en el contexto de que BHP negaba su responsabilidad por la ruptura de la represa en Brasil, la empresa anunció una asociación con la Corporación Financiera Internacional (IFC, por su sigla en inglés) del Banco Mundial y la ONG conservacionista Conservación Internacional para invertir en la conservación de bosques y obtener créditos de carbono a cambio de la inversión. (15). En 2018, BHP también apoyó un proyecto REDD (Reducción de Emisiones derivadas de la Deforestación y Degradación de bosques) gestionado por la misma ONG Conservación Internacional y el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (SERNANP), de Perú. El proyecto Alto Mayo cubre una superficie de 182.000 hectáreas en la región de San Martín, en el norte de Perú, y afecta a más de 5.000 personas. En enero de 2023, el periódico británico The Guardian informó cómo las familias se habían quedado sin hogar cuando sus casas en el Parque Nacional fueron quemadas y que se les había dicho que ahora eso era un bosque de carbono. (16) Desde junio de 2008, el proyecto ha producido más de 7,4 millones de créditos de carbono que fueron comprados por empresas como Microsoft, United Airlines, Disney, BHP y Gucci.

Las principales empresas de la industria de la aviación también continuaron con el maquillaje verde de su contaminación al ofrecer vuelos con compensaciones, a través de ‘soluciones’ basadas en la naturaleza. Las principales aerolíneas internacionales han estado entre los compradores de créditos de carbono de cada uno de los proyectos de compensación en bosques que han sido noticia por causar conflictos y restringir el uso tradicional de la tierra o por vender créditos de carbono basura. (17) El transporte aéreo es un medio de transporte muy exclusivo. Aproximadamente el 80 por ciento de la población mundial no puede pagar un pasaje de avión. En 2018, solo entre el 2 y el 4 por ciento de la población mundial realizó vuelos internacionales y tan solo el 1 por ciento de la población mundial, los viajeros frecuentes, emiten el 50 por ciento del dióxido de carbono de la aviación comercial (18).

En el sector de la tecnología de la información, desde Amazon hasta Microsoft y Netflix recurren a la compra de créditos de carbono y a la promoción de ‘soluciones basadas en la naturaleza’ para maquillar de verde su enorme y creciente huella de carbono. Netflix y la empresa matriz de Facebook, Meta, por ejemplo, compraron créditos de carbono de un proyecto de conservación de carbono en el suelo al norte de Kenia. En su informe ‘Blood Carbon’ (Carbono de Sangre), Survival International revela que el proyecto vendió millones de créditos basura. El proyecto también “se basa en desmantelar los sistemas de pastoreo tradicionales de larga data de los Pueblos Indígenas y reemplazarlos con un sistema controlado centralmente, más parecido a la ganadería comercial”. (19)

Éstos son tan solo algunos de los ejemplos de cómo los mayores contaminadores del mundo utilizan la compensación de carbono y los ‘despojos basados en la naturaleza’ para ocultar su responsabilidad en el caos climático como resultado de la quema de combustibles fósiles que realizaron en el pasado y que continúan actualmente. Mientras tanto, los costos económicos, ambientales y sociales aumentan y el sufrimiento humano por la sequía, las olas de calor, las tormentas y las inundaciones cada vez más frecuentes y extremas crece de manera insoportable. Quienes se ven más afectados son las comunidades al frente de las luchas por la tierra y los grupos marginados de las sociedades.

En este contexto, los movimientos sociales y las redes de la sociedad civil siguen repitiendo que la compensación de carbono es una distracción peligrosa que frena la construcción de un movimiento genuino para poner fin de manera rápida y decisiva a la quema de combustibles fósiles. En 2021, por ejemplo, más de 360 grupos dijeron No a las ‘soluciones basadas en la naturaleza’ (20) y en marzo de 2023, más de 80 grupos exigieron que la Unión Europea rechazara las compensaciones de carbono tras una serie de escándalos que demostraron que millones de créditos de carbono emitidos por el mayor sistema voluntario de compensación de carbono, Verified Carbon Standard, de Verra, eran créditos ‘basura’. (21)

Allí donde las compensaciones con ‘soluciones basadas en la naturaleza’ se establecen, las comunidades resisten las restricciones impuestas a sus formas de vida y sustento. Esta resistencia, posicionada donde se da el acaparamiento de tierras en la ecuación de las compensaciones de carbono, saca a la luz una gran injusticia detrás de la compensación de carbono: las comunidades del Sur global se ven obligadas a cambiar su forma de vida para que las empresas puedan seguir beneficiándose de la extracción de combustibles fósiles y del modelo de crecimiento capitalista que está alimentando la crisis climática.

Jutta Kill, jutta@wrm.org.uy
Integrante del Secretariado del WRM


(1) UN Secretary-General António Guterres’ remarks to the Human Rights Council, in Geneva on 27 February 2023.  
AR6 Synthesis Report: Climate Change 2023.
(2) Calls for bigger windfall tax after Shell makes ‘obscene’ $40bn profit.
(3) Desmog. Big oil’s trade group allies outspent clean energy groups by a whopping 27 times.
(4) Amigos de la Tierra Internacional. 2021. Soluciones Basadas en la Naturaleza: Un lobo con piel de cordero.
(5) Publicaciones del WRM sobre la violencia del enfoque de “la conservación sin gente”.
(6) Pueden ver, entre otros, Movimiento Mundial por los bosques Tropicales (WRM) (2022): 15 años de REDD: Un mecanismo intrínsecamente corrupto.
(7) Milieudefensie How Shell is using nature-based solutions to continue its fossil-fuel agenda. 2022. Survival International. Blood Carbon. 2023. Movimiento Mundial por los bosques Tropicales (WRM). Neocolonialismo en la Amazonia: Proyectos REDD en Portel, Brasil. 2022. Kichwa communities’ statement. These are not just concerns, they are violations of our rights. 2022
(8) B. Crezee & T. Gijzel. Showcase project by the world’s biggest carbon trader actually resulted in more carbon emissions. 2023. Source Material. World’s biggest companies, from Netflix to Ben & Jerry’s, are pouring billions into an offsetting industry whose climate claims appear increasingly at odds with reality. 2023. Die Zeit. CO2 Certificates: Phantom Offsets and Carbon Deceit. 2023.  
(9) Milieudefensie. How Shell is is using nature-based solutions to continue its fossil-fuel agenda. 2022.
(10) Paper 360°. Suzano sets the standard for sustainable pulping. 2022.
(11)  Suzano carbon credit project.
(12) ReCommon. Your Mine. A mine owned by multinational destroys a forest, a village is  pushed into hunger, a community that won't stop resisting.
(13) Rio Tinto. Exploring nature-based solutions to climate change. Investing in conservation will accelerate decarbonisation. September 2022.
(14) The Guardian. London court reopens $7bn Brazil dam collapse lawsuit against BHP. July 2021.
(15) ReCommon. Mad Carbon Laundering. 2017. BHP explains its forest carbon investment.
(16) Guardian article ‘Nowhere else to go. January 2023.
(17) Unearthed. Top airlines’  promises to offset flights rely on ‘phantom credits’.
(18) Stay Grounded. The injustice of flying.
(19 ) Survival International. Blood Carbon. 2023.
(20) Collection of materials linked to statement NO to Nature Based "Solutions"!
(21) Open Letter. 80 NGOs demand that the EU rejects carbon offsets. Offsets have no place in the policy toolbox.